Cuando Steve Jobs era CEO de Apple solía conducir desde su casa en Palo Alto hasta la sede de la compañía en Cupertino. Se trataba de un viaje de unos 20 minutos que realizaba varias veces a la semana con su Mercedes-Benz SL55 AMG. Este coche, de aproximadamente 120.000 dólares, era un capricho que muchos empresarios tecnológicos de Silicon Valley podían permitirse sin pestañear. El coche de Jobs, sin embargo, era especial por una razón.
A diferencia de cualquier otro SL55 AMG que pudiera encontrarse por ahí, el que manejaba el cofundador de la firma de la manzana no tenía matrícula. Si caminando por el campus de 1 Infinite Loop te encontrabas con un Mercedes plateado en una de sus plazas de aparcamiento, ese era su vehículo. Ahora bien, durante mucho tiempo no estuvo claro cómo Jobs consiguió moverse en un coche que aparentemente contradecía las leyes de California.
El secreto estaba en el leasing
Como recogen nuestros compañeros de Applesfera, el líder de Apple no estaba haciendo nada ilegal, sino que había encontrado la forma de poder utilizar un coche sin matrícula a lo largo del tiempo. Para conseguirlo, sencillamente cambiaba de Mercedes cada seis meses. Esto se debía a que la normativa local permitía a los coches nuevos circular sin identificación durante unos 180 días. La idea era perfecta, ¿no? Pero hay muchos otros detalles interesantes.
Si bien Jobs tenía muchísimo dinero, fortuna que por estos días está utilizando su viuda Laurene Powell Jobs, no compraba un coche nuevo cada vez que lo necesitaba. El medio tecnológico iTWire tuvo la oportunidad de entrevistar hace más de una década a Jon Callas, quien era CTO de Entrust y había trabajado en varios puestos en Apple. Callas contó que Jobs tenía un acuerdo de leasing que le permitía renovar su coche por uno idéntico cada medio año.
Entonces, ¿por qué hacía todo esto el cofundador de Apple? Aparentemente, para conservar su privacidad. Las matrículas pueden revelar información personal sobre el propietario del vehículo, por lo que Jobs quería evitar esto. Un apunte interesante es que, al menos entre 2006 y 2010, el empresario cometió muy pocas infracciones. Wired cuenta que en ese período de tiempo recibió dos citaciones, ambas por exceso de velocidad en Santa Clara.
Jobs era un visionario muy particular. En algunos aspectos de su vida era muy rudimentario. Por ejemplo, vivió años prácticamente sin muebles en su casa porque ninguno le convencía, aunque tenía una “habitación secreta” en Pixar para desarrollar sus ideas. En ciertos ámbitos no dudaba en darse lujos, como cuando mandó a construir un yate de 120 millones de dólares cuyas líneas y minimalismo recuerdan a un producto de Apple.
Imágenes | Mercedes-Benz AG | Apple | Joe Ravi
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