El nuevo Fiat Topolino ni es un Fiat ni es un coche. Es algo mucho mejor: extremadamente rentable

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Stellantis parece haber encontrado un filón donde menos lo esperaba: el Citroën AMI. Tan buen resultado está dando el pequeño vehículo eléctrico de los franceses (no se le puede llamar coche) que han anunciado el Fiat Topolino, un pequeño homenaje al Fiat 500 que se vendió entre 1936 a 1955.

Fiat Topolino. Fabricado durante 19 años, el Fiat 500 también fue conocido como el Topolino, un pequeño vehículo que enamoraba por su estética y simplicidad. Esta joya, además, contaba con un techo descapotable que lo hacía perfecto para disfrutar de un paseo con buen tiempo.

Pero lo mejor del Topolino era su simplicidad. Tal y como explican en Motor 1, utilizaba curiosas soluciones, como "dos largueros perforados hasta una suspensión trasera con media ballesta que salía de los propios largueros".

Lo más básico de lo básico. Explican en el medio digital que donde realmente residía el encanto del coche era en su motor: "Para reducir al máximo los costes, Giacosa eliminó todos los componentes que podían ser sustituidos por soluciones "naturales". Así diseñó un motor con lubricación por salpicadura (el cigüeñal y otros dispositivos se lubricaban por sí mismos, con su propio movimiento) y una bomba de aceite muy básica, mientras que prescindía por completo de bombas en los circuitos de refrigeración y combustible".

Incluso, el suministro de gasolina podía regularse desde el interior, pues contaba con un sistema basado en la gravedad. Un grifo podía abrirse o cerrarse desde el salpicadero, el lugar donde estaba situado el pequeño depósito de 21 litros que utilizaba para moverse. Había que buscar soluciones ingeniosas para reducir el coche a los apenas 3,2 metros que medía pese a sus cuatro plazas.

Y, con todo, una vez lanzado los 13 CV del Fiat Topolino conseguían impulsar a este minúsculo vehículo hasta los 80 km/h de velocidad máxima. En su renacimiento, curiosamente, el nuevo Topolino no podrá pasar de 45 km/h.

El renacimiento. En realidad, el nuevo Fiat Topolino ni es un Fiat ni es un coche. Es un Citroën AMI y, por tanto, un vehículo de categoría L6e. O, lo que es lo mismo, un cuadriciclo ligero. Por ello, no puede pasar de 45 km/h ni, tampoco, puede circular por autovías o autopistas.

A cambio, es posible conducir un vehículo de este tipo desde los 15 años, con carné AM. Un vehículo que tiene 75 kilómetros de autonomía gracias a sus baterías de 5,5 kWh, que incluye un enchufe doméstico en la puerta para cargarse y que apenas mide 2,41 metros, por lo que es ideal para aparcarlo en cualquier sitio.

Vuelve la sencillez. Tiene sentido que Fiat haya optado por la denominación Topolino para su propia reinterpretación del Citroën AMI. El pequeño coche eléctrico de los franceses se ha vendido como una solución perfecta para quien necesita un coche eléctrico exclusivamente para ciudad y prefiere eliminar todo aquello completamente accesorio.

Tanto es así que en Citroën optaron por dotar al teléfono móvil del conductor el valor de sistema de infoentretenimiento: un pequeño botón para colocar donde mejor nos convenga es el acceso rápido al mismo. Una solución tan simple como efectiva y que consigue constreñir los precios del AMI.

El ejemplo del My AMI Buggy. Hace poco más de un año, Citroën nos citó para conocer en persona el Citroën My AMI Buggy, una versión muy campera que por aquel entonces solo era un prototipo y que, según los trabajadores de la compañía, habían pedido que se llevara a cabo, pues confiaban en que podía venderse mucho. En menos de tres meses, en España ya habían colocado más de 500 unidades del AMI.

Y a finales de 2022, la edición campera se hizo oficial. El pequeño "coche" eléctrico se había convertido en un éxito para Citroën que, además, veía cómo podía vender más caro el mismo producto a costes bajísimos. El Citroën AMI es tan simple que delantera y trasera son gemelas (solo cambia el color de los faros). Lo mismo que sus puertas. Es por esto que una se abre hacia adelante y otra hacia atrás.

Todo un complemento.  Comprobado su buen rendimiento, para Stellantis ha sido tan sencillo como remarcar el coche a nombre de Fiat, ponerle detalles más refinados y venderlo con una estética que recuerda a los años cincuenta. Personalmente (y a costa de recibir el hate) me encanta estéticamente, con sus tonos pastel, su capota enrollable, los detalles bitono y los tapacubos cerrados.

Es el producto perfecto para venderlo como un artículo chic a clientes adinerados. Desde Citroën no nos escondían que gran parte de sus compradores eran personas mayores, con dinero y que utilizaban sus AMI para moverse por un entorno muy cercano a su casa. Una urbanización, bajar a una playa cercana...

Muchísimo sentido. Por todo ello, el movimiento de Stellantis es realmente inteligente. Fiat hace años que juega a recuperar la estética Dolce Vita, esa Roma idealizada de Vespas y mujeres con pañuelos en la cabeza de los años 50. Un contexto que Fiat lleva años sacándole partido.

Además, como sucede con el Fiat 500, el Topolino se presta a recibir numerosas ediciones especiales con muy poco coste para el fabricante pero con capacidad para venderse a un precio superior. Gucci, Armani, Bulgari o Kartell son solo algunos ejemplos. Y la industria hace tiempo que sabe de las bondades de vender estas ediciones especiales.

De momento, tendremos que esperar a abril de 2024 para su comercialización

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Foto | Fiat

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