Estos últimos cinco años he analizado algunos de los mejores móviles del mercado. Muchos de ellos son los modelos más caros, los más aspiracionales y, al margen de poder probar los mejores Android del mercado, he utilizado cada año el último modelo de iPhone Pro.
El último fue el iPhone 15 Pro, pero se acerca el momento de comprar un nuevo teléfono y, tras ver la presentación de Apple de los nuevos iPhone 16, creo que ya no soy un usuario Pro. Realmente, llevaba años sin comprar un nuevo móvil debido a mi trabajo: analizar móviles implica que, cuando terminas con uno, saltas al siguiente. Ese es el motivo por el que llevo un lustro sin la necesidad de comprar un smartphone.
Ahora, mi trabajo ha cambiado y, aunque sigo ligado a la tecnología, las reviews ya no son parte de mis tareas, por lo que necesito un teléfono. Decidir si iba a ser un Android o un iPhone ha sido complicado debido a que me gustan todos los sistemas, pero con la decisión de seguir en el ecosistema de Apple, tocaba ver si me compraba el iPhone 16 Pro o probaba con el iPhone 16.
Tras meditarlo mucho y repasar la presentación de Apple, creo que entiendo por qué las versiones base tienen tantísimo éxito y son de los móviles más vendidos cada año. Incluso por encima de los modelos Pro en algunas ocasiones. Y el año pasado ya dijimos que el iPhone más barato era también el más atractivo…
iPhone 16, te elijo a ti
Voy a explicarme. La decisión no ha sido nada fácil. Cuando pruebas tantos teléfonos, encuentras muchas cosas que te gustan en cada uno de ellos, pero también algún detalle que te tira para atrás. Pongamos por ejemplo el iPhone 15 Pro. Es un móvil que me gustó por materiales, sensaciones en la mano, calidad de la pantalla, de su cámara principal y teleobjetivo, por el sonido de sus altavoces y por lo que implica el ecosistema.
Sin embargo, se calienta muchísimo bajo presión, el gran angular está lejos de la competencia, cuando se calienta baja notablemente el brillo de la pantalla y hay decisiones de iOS que no me gustan nada. Para algunos, es un móvil ideal, para mi… no. Otros como el Galaxy S24 Ultra o el Pixel 9 Pro han llamado mucho mi atención estos días, pero, de nuevo, el ecosistema de Apple.
Por tanto, tomé la decisión de pasar al iPhone 16 Pro y fui a repasar la presentación de Apple. Y menos mal.
Hay que esperar al análisis del iPhone 16 Pro que harán mis compañeros, pero el continuismo del modelo me permite aventurar que, otra vez, será uno de los mejores móviles del año. Sin embargo, hay algunos detalles que ya no son para mi. Apple ha potenciado estas dos últimas generaciones la grabación de vídeo con los formatos logarítmicos y sin pérdida (el ProRes).
Son dos formas brutales de trabajar con el iPhone porque, en muchas ocasiones, permiten que un filmmaker prescinda de una cámara más pesada para grabar sus vídeos, ya que todo lo que necesita lo tiene en el bolsillo (aunque ánimo con el calentamiento en verano en el caso de los iPhone anteriores al 16 sin disipador de temperatura). Es una opción, como digo, genial, pero para alguien que no graba vídeo, la verdad es que no le interesa demasiado esto.
Este año, el 16 Pro salta a la resolución 4K a 120 FPS, algo que mola, pero a lo que tampoco sacaría partido. Y ya que estamos con la cámara, hay dos cuestiones de preferencia. El gran angular tiene 48 megapíxeles, pero no soy una persona de 48 megapíxeles. Y el telefoto tiene cinco aumentos en los modelos Pro y Pro Max. Tiene mucho más sentido que los 3x del iPhone 15 Pro del año pasado (sobre todo porque ese móvil ya tenía un espectacular 2x digital), pero las veces que necesito un tele tan largo, prefiero usar mi cámara debido a que la calidad de la fotografía es mejor.
En mi día a día, incluso de vacaciones, el 80% de las fotos que hago son a mis mascotas, a la comida o en reuniones sociales. Otro 10% son fotos para acordarme de algo posteriormente o para incluir en proyectos en un documento y el 10% restante son fotos para subir a redes. Es decir, no necesito el LOG, no necesito el ProRes y tampoco voy a utilizar demasiado el 5x.
Luego está el tema del titanio. Lo cierto es que me encantó el tacto del iPhone 15 Pro, pero al final casi todos vamos con una funda. Y que el procesador sea más potente que el del iPhone 16, la verdad es que tampoco me preocupa demasiado. Juego en móvil, sí, pero sobre todo a juegos por streaming. Tengo Xbox Series X, PS5, Switch, PC, me acabo de construir una GameBoy… es decir, es fantástico que títulos como 'Death Stranding' lleguen al iPhone, pero lo jugué hace unos cuantos años cuando se lanzó por primera vez. Y en una pantalla más grande.
Por tanto, si los modos profesionales de cámara no son para mí, si no voy a jugar tanto y si el material me daba igual, la respuesta lógica era que, si quería uno de los nuevos iPhone, tenía que ir a por el iPhone 16. Voy a echar muchísimo de menos una pantalla a 120 Hz (que parece mentira, Apple, que en un móvil de casi 1.000 euros sigas con una pantalla a 60 Hz), pero en este primer ejercicio de análisis para comprar un móvil tras cinco años, creo que el modelo básico es el adecuado para mí.
Como usuario de modelos Pro todos estos años, cuando veía que los modelos no-Pro estaban en los primeros puestos de la lista de ventas, incluso por encima de los modelos Pro en algunas ocasiones, no me lo explicaba del todo.
Evidentemente, entra en juego la cuestión presupuestaria (esto también es interesante porque el iPhone 16 + el Apple Watch Series 10 cuestan casi lo mismo que un iPhone 16 Pro), pero si el usuario más ‘casual’ (por decirlo de una manera), realiza cada cierto tiempo ese mismo análisis que yo he hecho, es normal que piense que grabar en logarítmico, un teleobjetivo mejor y un formato ProRAW no merezcan la inversión si no se van a aprovechar como es debido.
Al final, es una cuestión tremendamente personal y que no se me entienda mal: el iPhone 16 Pro es un telefonazo y si te gusta y te haces con él, seguro que lo vas a disfrutar, pero me he dado cuenta de que, quizá, ya no es para mí. ¿Me arrepentiré y se me quedará corto el iPhone 16? Puede que sí, puede que no, pero tras un análisis sesudo, creo que lo disfrutaré.
Tiene un A18 que pinta muy bien, más RAM (para Apple Intelligence) que era algo que le hacía falta a los modelos base, y un brillo de pantalla decente. También tiene disipador de calor (de nuevo, parece mentira que esto tenga que comentarse como una novedad en un móvil de este precio) y no tengo ProRAW, pero tampoco le sacaba tanto partido. Están los mismos perfiles de color que en el 16 Pro, la mezcla de audio y se mantiene el 2x digital que tan buenos resultados vimos en el iPhone 15.
Por último, si has llegado hasta aquí, puede que me digas: "pero Alex por qué no un Android como un Pixel 9 o un OnePlus 12". Y la respuesta es muy simple: considero que el Apple Watch es el mejor smartwatch del mercado para mis necesidades, tengo la casa domotizada con Homekit, muchos AirTags y accesorios MagSafe. De ahí lo que decía antes que no fue tan difícil plantear seguir en Apple porque el ecosistema… es lo que tiene.
Y ya que estamos hablando de modelos Pro, creo que tampoco soy usuario de una consola como la nueva PS5 Pro. Aunque esa es otra historia.
Imágenes | Apple
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