A estas alturas no hace falta hablar de lo perjudicial que resulta fumar. Hoy sabemos que es malo para todo: para tu salud, para tu productividad y para los que te rodean. Por eso, de un tiempo a esta parte los esfuerzos se han enfocado en reducir el número de personas que pueden verse tentadas a iniciarse. ¿Y los fumadores que no pueden dejarlo? Para ellos también hay buenas noticias.
El estudio. Una nueva investigación de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Michigan ha descubierto algo que a veces se ha puesto en tela de juicio en torno a los fumadores que llevan décadas con un cigarro en la boca. La conclusión: se vive más tiempo independientemente de la edad a la que se deje de fumar. O, dicho de otra forma, nunca es tarde para dejarlo, tengas 20 o 75 años.
El enfoque. La idea de la que partió el equipo de investigadores fue desmitificar muchas de las campañas y enfoques de los últimos años. La vinculación del hábito de fumar con, por ejemplo, el cáncer y sus variantes, o con las enfermedades cardíacas y pulmonares, ha hecho que los responsables de concienciar a la población de fumadores para que lo dejen se hayan centrado en un grupo de personas más o menos joven.
La clave, como indican, es esa coletilla tantas veces escuchada de “antes de que sea demasiado tarde”. Por tanto, ya tenían el enfoque del estudio, ¿de verdad hay un momento en que ya es demasiado tarde para dejarlo?
Como explica la investigadora y autora principal, Thuy Le: "Hemos visto una notable disminución del tabaquismo entre los adultos jóvenes durante la última década. Sin embargo, las tasas entre los adultos mayores que fuman se han mantenido estancadas y, hasta donde sabemos, ninguna investigación había establecido los beneficios que les reporta dejar de fumar. Queríamos demostrar que dejarlo es beneficioso a cualquier edad y ofrecer un incentivo a los mayores que fuman para que dejen de hacerlo”.
Analizando la mortalidad. Lo primero que hizo el equipo fue calcular las tasas de mortalidad específicas por edad según el estado de tabaquismo. Para ello utilizaron los riesgos relativos de mortalidad por todas las causas a través de los datos de una variedad de fuentes nacionales en Estados Unidos.
De esta forma, los grupos estaban formado por personas que nunca fumaron, las que fuman actualmente y las que habían fumado, pero lo dejaron. Con esta información se creó lo que denominaron como "tablas de vida", las cuales mostraban la esperanza de vida de las personas en intervalos de 10 años entre las edades de 35 y 75.
Resultados. Lo encontraron fue que, en comparación con los que nunca habían fumado, quienes fumaban actualmente y habían fumado durante la edad adulta hasta los 35, 45, 55, 65 o 75 años perderán, en promedio, 9,1, 8,3, 7,3, 5,9 y 4,4 años de vida, respectivamente, si continuaran fumando durante el resto de sus vidas.
Sin embargo, si dejaran de fumar a cada una de estas edades, evitarían una pérdida promedio de 8,0, 5,6, 3,4, 1,7 y 0,7 años, respectivamente. Entre los que dejaron de fumar a los 65 años, la probabilidad de ganar al menos un año de vida fue del 23,4%, y para los que dejaron de fumar a los 75, la probabilidad fue del 14,2%. Dicho de otro modo, dejar de fumar nunca deja de ser extremadamente positivo, como demuestran esas probabilidades incluso con 75 años.
Bola extra. No solo eso. Como indican en el estudio, sus datos mostraron que casi el 10% de las personas que dejaron de fumar a los 65 años ganaron al menos ocho años de vida en comparación con quienes siguieron fumando, y el 8% de quienes dejaron de fumar a los 75 años ganaron al menos cuatro años.
Como concluyen los autores, el beneficio de dejar de fumar no se limita a los adultos jóvenes y de mediana edad que fuman, “este estudio demuestra su aplicabilidad también a las personas mayores. Si bien los beneficios de dejarlo a edades más avanzadas pueden parecer bajos en términos absolutos, representan una gran proporción de la esperanza de vida restante de una persona”, zanjan.
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