La moratoria de pisos turísticos de Valencia refleja un cambio mucho mayor: el fin de la barra libre para el sector en las ciudades

El pleno valenciano ha decidido suspender la concesión de nuevas licencias mientras trabaja en la regulación

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El Ayuntamiento de Valencia ha decidido ponerse serio con los apartamentos turísticos. Y darse de paso un tiempo para regular una actividad creciente, alentada por las cifras récord de turismo en la comunidad y que solo en lo que va de año ha dejado en el Consistorio 733 solicitudes de viviendas turísticas. Ante ese boom, que ha motivado estampas tan curiosas como las denominadas "jaulas de turistas" en el centro urbano, el Gobierno local ha decidido aplicar una moratoria en el sector. El objetivo: suspender durante un año la concesión de nuevas licencias.

Con ese parón el Consistorio quiere "dar seguridad jurídica y regular" un negocio creciente y con un claro impacto en la ciudad, el sector y el mercado residencial.

Respaldo unánime. Con debate, reproches cruzados y dudas hasta prácticamente última hora, pero el pleno municipal de Valencia aprobó ayer por unanimidad una moratoria para las viviendas turísticas de la ciudad. La medida la había anunciada días antes la alcaldesa, María José Catalá (PP), en respuesta tanto a las reclamaciones de las asociaciones vecinales como de la oposición.

Su objetivo es doble: frenar de forma temporal la proliferación de apartamentos para visitantes, que han experimentado un auténtico boom en cuestión de unos años; y aprovechar la pausa para dotar a la ciudad de una ordenanza reguladora.

e Un instante del pleno celebrado ayer en Valencia.

¿Y qué plantea? Una moratoria para apartamentos turísticos, lo que en la práctica —precisa el Ayuntamiento de Valencia— se traducirá en la suspensión temporal de "la tramitación y otorgamiento de licencias", tanto las destinadas a edificación para nuevos apartamentos como las de "cambio de uso" de toda una construcción o parte de ella. La medida tiene una vocación temporal, de un año, aunque Catalá ya dejado caer que podría prorrogarse durante otros 12 meses.

En cuanto a las áreas en las que se aplicará, el Consistorio apunta a las zonas residenciales de Ciutat Central y otras en las que se ha detectado una "incidencia real de viviendas turística", en los barrios de Benimàmet, Carpesa, Poble Nou, La Punta, El Palmar, El Saler y El Perellonet. "Quedan excluidos los sectores urbanos o urbanizables cuyo uso global o dominante sea el terciario o el industrial —aclara el Consistorio—. Se excluyen los terrenos clasificados como suelo urbano que ya cuentan con una regulación específica [...] de vivienda turística por el Plan Especial de Protección de Ciutat Vella y el Plan Especial del Cabanyal-Canyamelar".

Una norma con letra pequeña. La medida dejará fuera también a aquellos inmuebles, sin importar dónde estén ubicados, a los que se haya asignado un "uso terciario exclusivo". La razón es que en estos casos los alojamientos para turistas no restan vivienda al mercado residencial, "ni perjudican negativamente al entorno urbano", razona el Consistorio. En la práctica, esa decisión centra el foco en pisos turísticos como los localizados en edificios con comunidades de vecinos y excluye los situados en otros dedicados por entero a los visitantes, además de los hoteles.

Quedan fuera de la suspensión también los edificios con uso terciario autorizado en la planta primera si disponen de acceso independiente desde la calle. La medida mira además al futuro, a los "nuevos apartamentos turísticos", por lo que no afecta a quienes ya hayan solicitado licencias y cumplan los requisitos. "La suspensión será aplicable a las declaraciones responsables que se presenten a partir del día de la publicación del acuerdo en el Diari Oficial de la Generalitat", remarca.

Objetivo: regular. Desde que deslizó sus planes de plantear una moratoria, Catalá ha insistido en que la medida es temporal, una herramienta para que el Consistorio pueda poner orden en una actividad que se ha disparado a lo largo de los últimos años en la capital valenciana. "Es simplemente una suspensión por un periodo de tiempo para regular la situación de los pisos con estas características", esgrimía hace días. Ayer, durante el pleno, el concejal de Urbanismo incidía en la misma idea y abogaba por una regulación que "incentive el uso residencial de las viviendas al establecer una firme seguridad jurídica y reglas de juego claras".

Pero… ¿Tantos pisos hay? Sin duda. Las cifras varian de una fuente a otra, pero el panorama que dibujan es claro. Y no admite muchas interpretaciones. Los apartamentos turísticos en la capital valenciana han experimentado un auténtico boom al mismo tiempo que el precio de la vivienda en la ciudad —fenómeno que se repite en otras muchas ciudades de España, no todas turísticas— se incrementaba con subidas de hasta dos dígitos porcentuales. Idealista identifica por ejemplo que durante el último año el precio del alquiler en la ciudad se disparó un 20,2%.

El registro de la Generalitat recogido por El País muestra que, a finales del año pasado, la ciudad de Valencia sumaba 5.747 pisos turísticos. Visit Valencia asegura sin embargo que a inicios de este mismo año había cerca de 10.300 anunciados en diferentes plataformas. Su peso en la oferta de alojamiento, si hablamos de plazas disponibles para turistas, sería mayor incluso que la de los hoteles tradicionales.

Hay más datos. Solo en lo que va de 2024 el Ayuntamiento ha recibido 733 solicitudes de viviendas de uso turístico, cifra que incluye tanto las licencias como declaraciones responsables. No está mal si se tiene en cuenta que el diario Levante señala que el año pasado se presentaron 456 solicitudes de licencia para viviendas turísticas y que en 2022 el total no llegó a alcanzar siquiera las 100 peticiones.

Uno más a la lista. Valencia no es la primera ciudad española que mueve ficha ante la proliferación de pisos turísticos. Hace no mucho lo hizo ya el Ayuntamiento de Madrid, que ha congelado las licencias; o Sevilla, cuyo Consistorio ha impulsado medidas para limitar su impacto en la ciudad. En Valencia la moratoria ha llegado acompañada además de un respaldo del pleno a seguir con el Plan de inspección de viviendas turísticas. Según los datos esgrimidos por Catalá en los últimos días, se han cerrado ya 160 pisos de Valencia que estaban en situación irregular.

Imágenes | ChiralJon (Flickr) y Ajuntament de València

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