La posición de Corbyn y el laborismo frente al Brexit: entre una salida blanda y el segundo referéndum

La posición de Corbyn y el laborismo frente al Brexit: entre una salida blanda y el segundo referéndum
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La jornada de ayer en la Cámara de los Comunes fue buena para el partido laborista. Todo marchó como estaba previsto y el Parlamento británico ha rechazado el pacto de Brexit de May. El paso siguiente es llevar a cabo la moción de censura presentada ayer mismo por Corbyn al Gobierno de May y esperar a la votación. Las apuestas dicen que May conseguirá el respaldo de la mitad de la cámara. De ser así, May intentaría iniciar una segunda negociación del Brexit. De no lograrlo, y si todas las piezas van fallando para los conservadores, habría elecciones anticipadas, el sueño último de los progresistas.

Los laboristas están ganando más peso político conforme las agujas del reloj se acercan a medianoche, y por eso es interesante conocer qué posiciones barajan con respecto a la salida de la Unión Europea votada por el 51.9% de los votantes británicos hace dos años.

Brexit blandísimo: el discurso público oficial de los laboristas

Según la página web del partido, el objetivo de los socialistas es conseguir “el mejor Brexit”, intentando apoyar la opción que permita la mayor creación de empleo y el mantenimiento de la calidad de vida de sus ciudadanos. Son declaraciones ambiguas y en el breve documento no hay rastro de la fórmula con la que lograrían alcanzar estos objetivos. Sí dicen que buscan:

  • “Permanecer en una unión aduanera con la UE y dentro del mercado único”.

  • “Mantener los derechos y protecciones” de la UE.

  • “Respetar los resultados del referéndum” de lo votado por el pueblo en el Brexit.

  • Y evitar una “frontera dura en Irlanda del Norte”.

Lo coherente desde un punto de vista político sería que el partido laborista buscase anular el Brexit por completo o, por lo menos, apoyar un segundo referéndum para ver si esta vez sale el “remain”, pero la tibieza en la redacción de estos objetivos políticos responde a la cómoda posición de estar en la oposición y a que en ningún momento quieren perder votos de cara a esas deseadas elecciones anticipadas.

La última encuesta de intención de voto en noviembre le daba a los tories un apoyo del 36% y a los socialistas del 39%. Es una carrera muy ajustada, y aunque los acontecimientos recientes podrían ayudar a los laboristas, no pueden permitirse de ninguna manera cargarse el apoyo electoral de los euroescépticos que también votan por ellos y que apoyaron el “leave” en el pasado referéndum.

¿Y cuántos votantes socialistas quieren una y otra opción? Según las encuestas, un 72% de sus votantes quiere un segundo referéndum, con lo que un 28% de ellos no lo desea. La inmensa mayoría sí que está de acuerdo con un mínimo: Reino Unido no debe salir de la UE.

¿Pero qué quiere de verdad el partido de Corbyn?

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People's Vote, la campaña de los "remainers" que buscan un segundo referéndum.

Corbyn se ha visto políticamente forzado a declarar que preferiría ver una negociación del Brexit que les satisfaga antes que provocar un segundo referéndum. La estrategia parece indicar que votará en contra de todo lo que no sea un acuerdo de Brexit blando sin backstop, y de ahí que la futura y segunda negociación del partido Conservador tampoco contará con el apoyo de los laboristas.

Es decir, Corbyn va a hacer todo lo posible por intentar adelantar las elecciones.

Pero la postura del líder laborista no es la única dentro del partido, y cada vez se siente más hostigado por los suyos a cumplir lo que salió votado internamente en el congreso del partido el pasado septiembre en Liverpool: sumarse a la campaña que provoque un segundo referéndum. ACTUALIZACIÓN: seis nuevos parlamentarios laboristas se han sumado a los ya 70 que le exigen a Corbyn el apoyo al segundo referéndum.

El problema es que un segundo referéndum sería añadir más caos al actual. Sí, claro, muchas encuestas dicen que los británicos han aprendido de sus errores y ahora votarían mayoritariamente a quedarse en la UE, pero también decían que en el resultado del primer Brexit ganaría el “remain”.

Como han señalado algunos, un segundo referéndum legitimaría el sentimiento victimista de los euroescépticos, al ver que sus representantes no son capaces de cumplir sus deseos. También otros señalan que el segundo referéndum, lejos de lo que podría parecer, podría legitimar los futuros acuerdos de salida del partido conservador y enderezar internamente al partido que ahora está en plena desunión.

Pensemos en las elecciones: aunque hay más número de votantes laboristas que querían el "remain" que el "leave", la mayoría de circunscripciones tradicionalmente laboristas votaron por abandonar la Unión Europea.

El sistema británico hace que cada diputado tenga que responder ante los votantes de su circunscripción, y por eso estos diputados socialistas de zonas típicamente laboristas no harán nada que ayude a realizar un segundo referéndum. Serían incluso capaces de oponerse a muchos de los puntos oficiales del partido, los concernientes a transigir con la unión aduanera ni con el mercado único.

Hay una postura intermedia: a medida que agotan los plazos, como ya está pasando, el segundo referéndum podría ir haciéndose más posible. Si ante menos opciones en la mesa los laboristas apoyaran el segundo referéndum porque no queda más remedio, justificándose así ante los votantes euroescépticos.

Quién dará el brazo a torcer

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Pero siempre hay que recordar que dependen de la agenda temporal. Si todo sigue igual, el 29 de marzo Reino Unido saldrá de la UE y se aplicará el “no deal”. Y para los laboristas, aunque no estén en el Gobierno, este resultado sería catastrófico e incluso podría pasarles factura política por haberlo permitido.

Y volvemos a los objetivos mínimos del principio, los que tienen publicados en su página web: los socialistas, "tragando" con la decisión del pueblo, quieren un acuerdo lo más blando posible. Salvando el "no deal", parece que lo próximo será retirar el Artículo 50 y posponer el Brexit. De esos escenarios a los laboristas les interesan o bien unas elecciones anticipadas para crear un nuevo Gobierno que proponga un nuevo acuerdo de negociación ante la UE… o el arriesgado segundo referéndum.

Si todo saliese bien para los británicos, podría ocurrir que el ala moderada del partido conservador y los laboristas llegasen a un acuerdo para optar por la vía Noruega, una fórmula de la que cada vez se habla más y que permitiría una permanencia en la UE que les garantizase un control económico, aunque tendrían que ceder en el control de las fronteras, justo una de las razones mayoritarias del voto “leave” del pueblo.

Pero dadas las demostraciones recientes de los políticos británicos, avanzamos a pasos forzados hacia ese indeseado "no deal".

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