Policías corruptos, accidentes aéreos y osos ciegos de cocaína: una película basada en hechos reales

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Esta semana se ha publicado en Variety que Cocaine Bear es el título provisional del último proyecto cinematográfico en firme de la directora Elizabeth Banks (Dando la nota: Aún más alto, Los Ángeles de Charlie) y de los productores por Phil Lord y Chris Miller (los de La LEGO película).

Se trata de “un thriller que se centrará en el estudio de personajes y que está inspirado en los hechos reales que tuvieron lugar en Kentucky en 1985". Esos hechos reales son los avatares de un narco que murió en un fatal y cómico accidente y un oso negro al que se encontró muerto con una cantidad indeterminada de cocaína en su sistema digestivo.

Si esto te parece más bien un argumento inventado por una IA generadora de titulares virales de Vice, no has sido el único en pensarlo, pero parece que sí que hay una base real en esta historia, que es la siguiente.

Push it to the limit

En 1987 un cazador en el Bosque Nacional Chattahoochee, en Georgia, se topó con el cuerpo de un oso de 80 kilos “junto a 40 sobrecitos individuales de cocaína abiertos”, según el reportaje de la época de The New York Times. Como se sabría más tarde, los sobrecitos, que tenían una pureza del 95%, habían caído en la zona literalmente del cielo. Sobre el animal, el forense dijo: “no hay mamífero en el planeta que pudiese sobrevivir a eso. Hemorragia cerebral, insuficiencia respiratoria, hipertermia, insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular… Lo que quieras, ese oso lo tenía".

Nadie sabe qué motivo llevaría al animal a husmear en los paquetes, ni cómo serían los instantes antes de su precipitada muerte, aunque contamos con que los responsables del largo tengan a bien recrear una escena bien dentro del realismo… o de la fantasía, con un plantígrado danzando con agresividad sujetando con sus zarpas sendas águilas imperiales mientras suena de fondo la banda sonora de Scarface.

Los estupefacientes eran, como se supo después, parte de un alijo más grande de Andrew Carter Thornton. El narcotraficante, que en ese momento llevaba una línea de tráfico entre Colombia y el norte de Georgia, montaba su avioneta como de costumbre, pero por algún motivo arrojó los más de 30 kilos de cocaína que llevaba encima y después se tiró él mismo. No estaba en control de su cuerpo, y por eso se dio con la cola del avión en la cabeza, quedó inconsciente y apareció en una carretera secundaria con el paracaídas cerrado. Además del paracaídas, llevaba un chaleco antibalas, prismático nocturno, 4.500 dólares en efectivo, varias armas y cuchillo y unos mocasines de Gucci.

Vidas ilustres

Así que los agentes a cargo de la investigación, con la intención de incautar la droga perdida, estimaron la ruta de vuelo y siguieron sus pasos para ir encontrando todas las bolsas llenas de droga. Una de ellas, la que no se pudo recuperar, es la que se cree que devoró el peludo antes de dormir el sueño de los justos.

Ateniéndonos a su biografía, tanto Thornton como el oso podrán entretener a las audiencias con sus aventuras. Antes de su trabajo criminal, el hombre había sido a) oficial de la Fuerza Aérea b) receptor del Corazón Púrpura c) oficial de policía de narcóticos y d) abogado. Antes de que le encontrasen muerto ya había dado con sus huesos con la justicia, que le encontró parapetado y profundamente armado en una casa en otro Estado huyendo de cargos de conspiración y cohecho. En cuanto al animal, no queremos darte demasiada información, pero te adelantamos que a) tuvo una vida laboral después de su muerte y b) le rebautizaron como Pablo Escobear.

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