A pesar de un inicio de campaña de vacunación bastante más lento de lo que se esperaba, las comunidades autónomas confían en que este mes y el siguiente se pueda incrementar el ritmo de inmunización. El Gobierno tiene la intención de repartir en febrero a cada comunidad un total de 1.810.575 dosis de AstraZeneca, 1.779.579 de la vacuna de Pfizer y 412.000 dosis de Moderna.
Con la perspectiva de un aumento de dosis recibidas y del ritmo de suministro, las autonomías ya buscan instalaciones adecuadas para llevar a cabo una vacunación masiva que logre conseguir que el 70% de la población esté vacunada antes de verano. El conjunto de ideas pasa por habilitar grandes espacios. Lo hemos visto ya en Estados Unidos, Reino Unido o Israel, donde se acondicionaron estadios de fútbol, polideportivos y otros recintos de gran tamaño para aligerar el proceso y evitar el colapso de los hospitales, que viven una saturación día a día.
¿Quíen pensaría hace años que el estadio de los Yankees de Nueva York o el del Manchester United en Reino Unido se iban a convertir de forma improvisada en un centro de vacunación para combatir una pandemia?
En Cataluña, por ejemplo, se van a acondicionar espacios destinados para ello en algunos museos o espacios emblemáticos; Zaragoza tiene pensado crear carpas en terrenos de Adif. Andalucía también pretende vacunar en grandes superficies y centros comerciales a los mayores de 80 años sin problemas de movilidad. No obstante, en el extranjero ya se barajan ideas más modernas y seguras para lograr una hazaña logística a la altura de las circunstancias. Y España podría tomar nota de algunas ideas.
Clínicas de "autoservicio" para vacunarse desde el coche
La idea de la firma de arquitectos NBBJ es un diseño de clínica prefabricada que ahorre a los ciudadanos el hecho de salir siquiera del coche. Algo así como un McAuto de vacunas. Estas unidades podrían ser efectivas cuando la vacunación masiva tenga lugar, ya que podrían inocularse hasta 4 pasajeros del automóvil, a través de las ventanillas o con las puertas del vehículo abiertas.
Los pacientes solo deberían conducir hasta estas bahías especiales, fuera de los hospitales, donde los médicos tuvieran fácil acceso. Allí, interactuarían con el personal de atención médica sin tener que abandonar vehículo. Cada bahía mide 56 metros cuadrados y estaría separada entre columnas, como si fueran filas de servicio de entrada. Al no ser un diseño lineal, sino paralelo, se aceleraría el proceso de vacunación y se descongestionaría el sistema sanitario tradicional en las instalaciones médicas.
Las unidades también tendrían beneficios psicológicos en los ciudadanos, ya que muchos se sienten vulnerables al acceder a instalaciones médicas con el temor de contagiarse o tener contacto con el virus.
Pabellones prefabricados en las plazas de las ciudades
En Italia, se va a poner en marcha otra alternativa nada descabellada que supondría un ahorro significativo y aliviaría el colapso en recintos grandes. El arquitecto Stefano Boeri ha diseñado pabellones prefabricados de madera y tela, que se establecerán para albergar estaciones de vacunación en las plazas. Alrededor de 1.500 de estas estructuras se instalarán en los próximos meses en el país para paliar la emergencia sanitaria.
"La vida pública de Italia está en nuestras plazas. Necesitamos asegurarnos de que estos pabellones sean accesibles, cómodos y lugares que la comunidad considere, por un período de tiempo, parte de sus vidas para derrotar al Covid", señalaba su artífice.
El esqueleto de este pabellón está escondido bajo un tejido resistente al agua, que según el arquitecto es totalmente reciclable. En el interior, los espacios se separan mediante un sistema de paredes textiles flexibles, igualmente prefabricadas y diseñadas para ofrecer transparencia a la vez que absorben el sonido. El pabellón se organiza alrededor de un núcleo central, áreas de servicio de vivienda para trabajadores de la salud, incluidos baños, vestuarios y almacenes. Para mitigar el impacto ambiental de la instalación de una gran cantidad de pabellones temporales, Boeri los diseñó para que se puedan desmontar y reutilizar fácilmente en otros lugares.
Además, la estructura está destinada a ser energéticamente autosuficiente con un anillo de paneles solares en el techo diseñado para proporcionar suficiente electricidad para satisfacer las necesidades de todo el pabellón.
O en contenedores portátiles de fácil instalación
Entre otras ideas, también se podrían aprovechar las unidades de cuidados intensivos de dos camas en contenedores diseñadas por los arquitectos italianos Carlo Ratti e Italo Rota, que se construyeron en un hospital de Turín y se han implementado en varios países. Construido dentro de un contenedor de 6,1 metros de largo, el módulo contiene camas e instalaciones, incluidos ventiladores, monitores, soportes de fluidos intravenosos y controladores de jeringas para dos pacientes.
"Desde el punto de vista del diseño, los contenedores tienen limitaciones: sus dimensiones no se pueden cambiar", decía uno de los arquitectos, pero para una campaña de vacunación sería más que suficiente. Estos contenedores combinan los beneficios de las carpas hospitalarias ensambladas rápidamente con la seguridad de las salas de aislamiento permanente, que tienen sistemas de ventilación que generan presión negativa.
Además, tienen varias ventajas adicionales sobre otras estructuras prefabricadas, ya que se pueden mover a las áreas más afectadas por la pandemia y requieren poco tiempo de instalación. Incluso el hospital prefabricado más optimizado requiere unos días de instalación y pruebas antes de ser completamente funcional. Las cápsulas CURA ya vienen equipadas con todo el equipo médico (pantallas, camillas, ventiladores, ventanas) y se pueden desplegar y mover en cuestión de horas. Una vez en el sitio, cada contenedor requiere menos de una hora de tiempo de instalación, ya que todo ya está montado dentro de él, sólo es cuestión de descargarlo, alimentarlo y conectarlo al vacío y los gases.
Como sea, con una aceleración en el ritmo de vacunación no es de extrañar que muchos espacios tengan que ser reacondicionados o habilitados para acoger los servicios médicos necesarios. Quizás, antes de saturar de nuevo polideportivos o estadios de fútbol abarrotados, deberíamos repensar otras alternativas más novedosas y seguras.
Imagenes: NBBJ y Boeri Stefano Architetti