Monetización más jugosa y censura más laxa: cómo Kick se está erigiendo poco a poco en el rival de Twitch

KICK STRAMING
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El mundo del streaming está revolucionando Internet tal y como lo conocemos, pero esta televisión del futuro prácticamente monopolizada hasta el momento por la plataforma Twitch está empezando a ver cómo aparecen los primeros competidores por controlarla. Hace unos días nos hicimos eco del contrato megamillonario que firmaba el famoso creador de contenido xQc para mudarse a Kick. Ayer mismo la conocida streamer Amouranth hacía público que también se irá a la competencia.

Varios factores están acentuando el fenómeno, sobre todo si tenemos en cuenta una participación de ingresos por suscripción más favorable para los streamers y la controversia reciente en torno a la decisión de Twitch de restringir el contenido de marca. Todo eso tiene como resultado que la popularidad de Kick entre la comunidad esté creciendo a un ritmo fugaz. Entremos más en detalle.

¿Qué es Kick? Se trata de una plataforma de retransmisión en vivo muy similar a Twitch, YouTube Live, Facebook Live, etc. De hecho, prácticamente copia el mismo diseño del primero, cambiando los colores por verde y negro. Los espectadores pueden suscribirse al canal de un creador  y participar en tiempo real en los chats de estas retransmisiones. La gran columna de contenido tiene que ver con el gaming, pero también se realizan directos de contenido cotidiano, música, arte, vlogs, viajes, ASMR y un largo etcétera.

Sin embargo, pese a la apariencia que parece que comparte con su rival más inmediato, esta plataforma permite lo que Twitch prohíbe. Un buen ejemplo es el contenido Hot Tub, sesiones en las que aparecen chicas bañándose en jacuzzis que fueron prohibidas recientemente en Twitch, al igual que contenido relacionado con apuestas.

Una monetización diferente. Pero si hay algo que caracteriza a Kick y que les diferencia de la competencia es su monetización. Los streamers reciben el 95% de los ingresos de suscripción, mucho más que el 50/50 de Twitch o el 70/30 de YouTube. Además, los streamers también se quedan con el 100% de las donaciones, denominadas Kicks. Además, para unirse al programa de afiliados de Kick, solo se necesitarán 75 seguidores y 5 horas totales de retransmisión mientras que Twitch requiere al menos 500 minutos, más de 8 horas, en los últimos 30 días.

Y un pago fijo. Pero eso no es todo. Kick también promete un "nuevo e innovador programa exclusivo para creadores" en el que los socios "no tendrán que depender únicamente de su número de suscriptores cada mes". En este caso, obtendrán unos ingresos constantes basados en las horas vistas y el total de espectadores a los que retransmitan con la opción de cobrar el mismo día. 

Son cifras muy elevadas, sí, pero la duda aquí es cómo la plataforma va a poder mantenerlas. Según sus creadores, confían en conseguirlo gracias a los anuncios: “Kick se asociará con los principales anunciantes del mundo para generar liquidez. Mejores incentivos para los creadores llevará a los mejores creadores a Kick, y los mejores creadores traerán a los mejores anunciantes“.

El éxodo de streamers. Pese a que Kick todavía es un embrión y ahora mismo no tiene los usuarios para competir con Twitch (en marzo de 2023 tenía más de 1 millón de usuarios activos), ha comenzado una cruzada por adquirir grandes nombres. Y este nuevo cambio de rumbo lo ha liderado el conocido influencer xQc, uno de los streamers más populares en Twitch con casi 12 millones de seguidores que fichaba por 100 millones de dólares la semana pasada y sin ninguna cláusula de exclusividad. Esta semana también se hacía público que Amouranth, una de las estrellas más consolidadas en el panorama del streaming también dará el paso a Kick, aunque aún no se ha confirmado la cuantía de su contrato.

En la lista hay otros como Destiny, un veterano streamer que fue expulsado de Twitch por violar los Términos de Servicio, o Hikaru Nakamura, el mayor streamer de ajedrez de Twitch. Y los españoles podrían llegar pronto. Kick sabe que España es uno de los países con más estrellas, como Ibai Llanos, que cuenta con el récord de audiencia. Aunque el streamer ha reconocido que Kick se puso en contacto con él, asegura que no tiene intención de irse. "Ahora que se ha ido xQc, tengo el mejor contrato que se puede tener en Twitch, estoy blindado por un año más".

Polémica sobre el contenido. Como decíamos antes, Twitch lleva modificando su política de contenido durante los últimos años, prohibiendo algunos temas que antes permitía. Y es precisamente este el agujero por el que Kick quiere entrar. Su proceso de moderación de Kick es bastante más indulgente, lo que significa que incluso pueden aparecer vídeos de carácter semierótico. Aunque eso no les aparte de unas pautas de comunidad muy similares a las de Twitch en cuanto a violencia, fraude, drogas, discriminación y la infracción de los derechos de autor.

Los juegos de azar, motor de la plataforma. Todo eso nos lleva a otra de las mayores diferencias que podemos encontrar en Kick y que no vemos en muchas plataformas famosas: apuestas o 'slots' (máquinas de juegos de azar). Twitch prohibió este tipo de retransmisiones en 2021 tras varias polémicas, pero Kick sí lo permite, sobre todo teniendo en cuenta que la plataforma es propiedad de un conglomerado de empresas especializadas en apuestas deportivas.

De hecho, su cara pública es Tyler 'Trainwreck' Niknam, un jugador online que se hizo un nombre en Twitch y que tuvo que abandonar la plataforma debido a la prohibición de los juegos de azar. Kick ha sido acusada desde entonces de ser financiada por el juego. Y no es de extrañar. Uno de los principales inversores, Ed Craven, es cofundador de un sitio web de apuestas criptográficas llamado Stake.

Imagen: Kick

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