Las luces LED se han convertido con los años en la iluminación estándar en prácticamente todo el mundo y en casi todos los sectores, sustituyendo a las opciones de iluminación incandescente y CFL. ¿Por qué? Es energéticamente más eficiente, dura mucho más y es más barata. Sin embargo, poco se ha hablado de los efectos sobre la seguridad y la salud que puede tener la luz azul emitida. El aumento de la iluminación LED puede dañar la salud humana y animal, según varios estudios recientes.
El estudio. Una investigación publicada en la revista Science Advances señala que la principal consecuencia de la luz azul para la salud es su capacidad para suprimir la producción de melatonina, la hormona que regula los patrones de sueño en humanos y otros organismos. Y los autores advierten que en algunos casos eso puede provocar una variedad de condiciones de salud crónicas con el tiempo.
Una tendencia. En realidad, la luz azul en sí no es nueva. El sol produce rayos de color azul y las bombillas antiguas producían algo de luz azul, aunque menos de la que emiten las de bajo consumo (fluorescentes) o LED. Sin embargo, ahora el LED está experimentando un rápido desarrollo tecnológico y económico. Durante años, su uso fue exclusivo de la electrónica pero ahora se encuentran en la mayoría de sistemas de iluminación domésticos, industriales y comerciales.
De hecho, los académicos de la Universidad de Exeter han ilustrado el cambio de iluminación que los países europeos utilizan por la noche para iluminar calles y edificios. Usando imágenes satelitales de la Estación Espacial Internacional (ISS), descubrieron que las emisiones de color naranja de las luces de sodio más antiguas están siendo reemplazadas por emisiones de color blanco producidas por LED.
Contaminación lumínica. Los investigadores también hacen hincapié en que el aumento de la radiación de luz azul está causando "impactos biológicos sustanciales" en todo el continente por la contaminación lumínica. Explican que en Europa se ha reducido la visibilidad de las estrellas en el cielo por la noche, lo que, según ellos, "puede tener un impacto en el sentido de la naturaleza de las personas". También altera los patrones de comportamiento de animales como murciélagos o polillas.
Darren Evans, profesor de ecología y conservación en la Universidad de Newcastle, explicaba en este reportaje de The Guardian que el alumbrado público ha reducido las poblaciones de insectos nocturnos. David Smith, de la organización de conservación Buglife señalaba en el mismo artículo que: "La contaminación lumínica puede impactar dramáticamente a los invertebrados, ya sea en su vida diaria, o incluso reduciendo las poblaciones de especies que viven en hábitats iluminados por luces LED".
Puede dañar los ojos. Otras evidencias científicas han confirmado en los últimos años los "efectos fototóxicos" de las exposiciones a corto plazo a la luz azul de alta intensidad, así como un mayor riesgo de degeneración macular (perdida de la visión) relacionada con la edad después de la exposición crónica a estas fuentes de luz. Otro estudio estadounidense de la Facultad de Medicina Morehouse de Atlanta apuntaba a que la luz azul puede dañar los ojos, pero solo si las longitudes de onda están por debajo de los 455 nanómetros y la intensidad es bastante alta.
Soluciones. En algunos países se están haciendo esfuerzos por tratar de reducir el impacto de la iluminación LED. En Reino Unido las autoridades ya están atenuando las luces durante las horas nocturnas y están cambiando los anchos de banda de sus bombillas LED para producir una luz azul menos dañina que usa bombillas más cálidas. Y los expertos recomiendan el bloqueo de la luz azul en el espectro de 415-455 nanómetros (nm) en iluminación LED para uso comercial.
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