Así es como Trump ha seleccionado a los siete países musulmanes que acaba de vetar

Así es como Trump ha seleccionado a los siete países musulmanes que acaba de vetar
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Ha sido el primer gran encontronazo de la nueva administración de Trump. Después de firmar el decreto que prohibía la entrada a los viajeros de siete países con mayoría musulmana, independientemente de si tenían o no VISA y Green Card, se le ha echado todo el mundo encima. Protestas masivas en los espacios públicos. Mensajes condenatorios de algunas de las principales potencias mundiales. Bombardeo de los medios de comunicación contra esta norma discriminatoria.

Pero desde el lado de los críticos de la propaganda de izquierdas y desde los seguidores de Trump también ha empezado a circular otro mensaje: ese decreto de Trump no lo ha ideado él. No es cierto que haya elegido sólo a los países en los que no tiene negocios. En realidad, se ha apoyado de una norma que ya había sido establecida por la Administración Obama años atrás.

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Los siete países que "señaló" Obama y no Trump

Esta teoría tiene una buena parte de verdad. El decreto ejecutado ahora por Estados Unidos no lleva en su redacción los nombres explícitos de esos países (con la excepción de Siria, que sí aparece citada) de los que se ha bloqueado el movimiento migratorio.

El texto alude a la Ley de Inmigración y Nacionalidad, y en concreto a los epigrafes modificados recientemente por el Programa de Exención de Visa y Ley de Viaje de Terroristas o VWP de 2015 que sí se aprobaron bajo el mandato de Obama. En esos documentos aparecían señalados Irán, Sudán, Libia, Somalia, Yemen e Irak y por eso el texto de la Administración Trump no necesitaba nombrarlos de nuevo. Así que los titulares del estilo "Países con los que Trump tiene vínculos empresariales no han sido afectados por las nuevas restricciones de viaje" pueden llevar a equívoco.

Ahora bien, la normativa que ratificó Obama no pedía el bloqueo de los ciudadanos de esos países. Poniéndonos en contexto, estos programas se aprobaron en 2015 junto a otro paquete de normas con la aprobación de la Ley Omnibus de Asignaciones Consolidadas Suplementarias. Y los nombres de los países de la lista los propuso el Departamento de Seguridad Nacional aquel año (no Obama en persona), aunque luego extendió la norma a otras naciones con Estados “patrocinadores del terrorismo”.

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Señalar no es vetar: los libaneses o iraníes podían seguir entrando a Estados Unidos

La nueva ley, entre otras cosas, estableció nuevos requisitos de elegibilidad para los viajeros. Estos nuevos requisitos de elegibilidad no impedían viajar a los Estados Unidos, sino que obligaba a que los viajeros que no cumplieran con los requisitos obtuviesen una visa para viajar a los Estados Unidos y, generalmente también, pasar una entrevista en persona en la Embajada o Consulado de EE.UU de su país de origen.

También impedía que entrasen sin restricciones los viajeros de Europa y Japón que hubieran visitado alguno de los siete países musulmanes en los últimos cinco años, en cuyo caso también deberían solicitar una visa, como le ocurre a otros muchos viajeros de otros países del mundo.

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Pero, salvo un período de seis meses con los refugiados iraquíes, desde la aprobación de estos programas Estados Unidos no había vetado la entrada a libios o iraquíes, sino que añadía el paso de una entrevista en persona que debían pasar satisfactoriamente antes de que los viajeros pudieran acudir al país, y eso es distinto a la norma de la nueva administración de bloquear la entrada de todos los ciudadanos de esos siete países, tengan los permisos en regla o no, durante noventa días.

También hay otro matiz: el bloqueo de Trump se ha llevado a cabo mediante una orden ejecutiva, que solo depende de la autoridad Presidencial, mientras que la aprobación de Obama venía dada por una firma de un proyecto de ley, que han tenido que pasar tanto por el Congreso como por el Senado, dos cámaras dominadas durante la presidencia de Obama por los republicanos.

La VWP: un camino tortuoso para muchos

Eso no significa que la norma de 2015 no haya causado malestar y dificultades entre los viajeros de esos países de procedencia, y de hecho ya hubo grupos de protestas contra la VWP, aunque desde luego no causaron el mismo nivel de indignación que ha levantado la orden de Trump.

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Como lamentaban entonces, la VWP podría entenderse como un “bloqueo extremo”. La administración estadounidense recoge las huellas dactilares e imagen escaneada del iris de los viajeros de estas zonas. El proceso de acceso a Estados Unidos puede alargarse hasta dos años en algunos casos, hasta el punto de que los iraquíes que han ayudado a los militares estadounidenses en la guerra (y que por eso mismo podrían estar en peligro de ataque en su propio país) son retenidos en un proceso burocrático que nos les garantiza el visado.

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