Javier Milei quiere dolarizar la economía de Argentina. Tiene un referente muy polémico cerca: Ecuador

En Latinoamérica hay tres países dolarizados: Ecuador, El Salvador y Panamá. No les ha ido tan bien

Milei
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“Hoy comienza la reconstrucción de Argentina, el fin de la decadencia. Se termina el modelo empobrecedor del Estado omnipresente. Hoy volvemos a abrazar las ideas de la libertad, las de nuestros padres fundadores”. Son las palabras de Javier Milei, de 53 años, quien ha arrasado en la segunda vuelta presidencial con el 56% de los votos, frente al 44% de Sergio Massa. Es el discurso del nuevo presidente de Argentina.

Milei, que transitó desde la televisión a la política hace solo dos años, se ha propuesto derribar el sistema económico actual de Argentina. Y la dolarización es uno de los pilares de su campaña. En Latinoamérica hay tres países que han seguido esos pasos: Ecuador, El Salvador y Panamá.

El contexto. A día de hoy, la inflación supera el 140% interanual en el país latinoamericano, con cuatro de cada 10 argentinos en la pobreza y con las reservas del Banco Central en números rojos. No es la primera vez que el país atraviesa una situación así, pero las cifras actuales son las más elevadas de las últimas tres décadas.

La dolarización del país. "¿Vas a dolarizar o no la economía?", le insistía el candidato de la oposición a Milei durante uno de los últimos debates. "Sí, vamos a dolarizar la economía. Vamos a cerrar el Banco Central. Vamos a terminar con el cáncer de la inflación", contestaba el libertario. Se trata de la iniciativa estrella de su futura gestión: recortar fuertemente el gasto público y dar curso legal al dólar norteamericano en reemplazo del peso. En resumen: liquidar los pasivos del Banco Central más la base monetaria (los pesos en circulación). Pero para eso deberá disponer de un "vehículo" financiero en el exterior.

¿Es viable? Tanto gran parte de los economistas como el partido de la oposición en Argentina creen que esa propuesta es "inviable" y costosa para la economía, sobre todo teniendo en cuenta que el país no tiene suficientes dólares y que implementar una medida así implicaría una tasa de cambio con un valor mucho más alto que el actual. Tal y como se explica en este editorial de The Economist, se calcula que necesitarían unos 40.000 millones y ahora mismo no tienen esas reservas. Les tocaría vender industrias y empresas nacionales a cambio de dólares.

Otro de los efectos inmediatos sería la dificultad del Banco Central para contrarrestar corridas bancarias. Al no poder emitir dólares, se necesitaría recurrir a nuevos préstamos, generando un endeudamiento brutal. Para algunos analistas, es igual a convertirse en un "mendigo global”, con Argentina pagando con préstamos de Qatar vencimientos de deuda del FMI. Según un informe de Aurum Valores, en el mejor de los escenarios, el stock total de la deuda en manos de privados pasaría de 89.500 millones de dólares a más de 200.000 millones, un aumento del 130%.

¿Qué dicen los expertos? Coinciden en que para llevar a cabo esta medida es necesario rescatar el total de los pesos que circulan en la economía y entregar a cambio dólares para todas las operaciones. Y eso requiere mucho tiempo e inversión. "Hasta los propios referentes del espacio de Milei reconocen que no se puede hacer durante el primer año de gobierno, porque no tienen suficientes dólares. Pero sí es importante ir haciendo un camino, porque hace muchos años que no tenemos moneda, y eso no le da previsibilidad ni a la inversión, ni al ahorro ni al consumo de los argentinos", señalaba Damián Di Pace, economista y especialista en consumo, en este artículo de la CNN.

El ejemplo de Ecuador. Milei siempre ha calificado la dolarización ecuatoriana como un "éxito", afirmando que los ecuatorianos están "muchísimo mejor" que los argentinos. Hace más de 20 años, Ecuador inició su proceso de cambio de moneda cuando la economía atravesaba una crisis, con una hiperinflación que llegó al 96% y una moneda nacional, el sucre, totalmente devaluada.

Los que apoyan este modelo defienden que la fuerte escalada de la inflación se solucionó cuando el dólar se convirtió en moneda de curso legal. No obstante, otras voces alertan que ese proceso de dolarización no ha servido para resolver los problemas de fondo del país, como un déficit fiscal muy elevado, lo que claramente tuvo que financiar con una elevada deuda externa, que se tornó impagable y tuvo que ser renegociada en 2020.

Dependiente del petróleo. Hay que tener en cuenta que Ecuador es ahora el país que tiene el nivel de riesgo más elevado en América Latina, seguido por El Salvador, otra nación dolarizada. Además, el cambio la convirtió en una economía dependiente del precio del petróleo, que, cuando baja, la hace caer. Tal como plantea Gabriel Puricelli, profesor de Políticas Públicas, en este artículo de Ámbito, entre 2000 y 2014, el boom del precio de las commodities, sobre todo del petróleo, llevó a un crecimiento del PBI per cápita en Ecuador. Pero ese crecimiento ahora "lleva nueve años estancado", por lo que podría decirse que "la dolarización agotó sus efectos benéficos hace casi una década".

El otro caso de Panamá. Fue el primer país de América Latina en dolarizar su economía, a través de un Convenio Monetario con Estados Unidos en 1904. Lo cierto es que, a diferencia de Ecuador o El Salvador, Panamá ya nació con la circulación del dólar. Los norteamericanos llevaron a cabo una inversión masiva y el dólar comenzó a circular rápidamente. Según Rolando Gordón Canto, decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Panamá, las ventajas de la dolarización superaron a las desventajas.

Desde 2015, la economía ha registrado un crecimiento anual promedio de 4,6%. Y el año pasado el índice inflacionario fue de 2,9%, el más bajo en la región. Sin embargo, el éxito de la dolarización también ha dependido de otros factores como, por ejemplo, la ubicación estratégica del país, la libre circulación de capitales y los convenios de doble imposición. Por otra parte, Panamá continúa siendo una de las naciones más desiguales de América Latina, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Y la deuda pública alcanzó el 62,1% del PBI a finales de 2022, uno de los valores más altos de la región. Lo resume así Gordón: "Como nosotros no emitimos dinero tuvimos que salir a pedir prestados miles de millones de dólares para poder hacer frente a la pandemia".

Imagen: Mariana Nedelcu (GTRES)

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