El "informe Kissinger": cuando Estados Unidos diseñó un plan para controlar la superpoblación mundial

El legado del exsecretario de Estado contempla un controvertido documento de política exterior para debilitar a los países pobres

Nixon y Kissinger
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"El 90% de los políticos le dan mala reputación al otro 10%". Son palabras de Henry Kissinger, exsecretario de Estado y asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, que falleció anoche a los 100 años. Kissinger fue una de las figuras de política exterior más influyentes y controvertidas en la historia del país norteamericano y a él se le atribuye la diplomacia secreta que ayudó al presidente Richard Nixon a abrir la China comunista a Estados Unidos y Occidente.

Mientras muchos elogiaron a Kissinger por carácter estratega, otros lo tildaron de criminal de guerra por su apoyo a las dictaduras anticomunistas, especialmente en Latinoamérica. También su legado contempla un polémico informe de política exterior y demografía que ha sido estudiado durante décadas: el "informe Kissinger", un plan diseñado para controlar la sobrepoblación mundial, uno en el que se defendía que el fin justifica los medios.

Una potencia diplomática. Haber escapado de la Alemania nazi en su juventud le valió un conocimiento muy útil cuando trabajó en las Administraciones de dos Presidentes y después asesoró a muchos más. Incluso recibió el Premio Nobel de la Paz por ayudar a poner fin a la participación estadounidense en la Guerra de Vietnam, pero fue uno de los premios más controvertidos de todos los tiempos. El proceso de "vietnamización" fue largo y sangriento, interrumpido por bombardeos masivos a Vietnam del Norte y Camboya, que condujeron al surgimiento del régimen genocida de los Jemeres Rojos.

“Para mí, la tragedia de Vietnam fueron las divisiones que ocurrieron en Estados Unidos que hicieron, al final, imposible lograr un resultado que fuera compatible con los sacrificios que se habían hecho”, dijo Kissinger en la CNN en 2005.

Una carrera polémica. La diplomacia de Kissinger y de entrometerse en los conflictos internacionales no tenía límites cuando se trataba de acercar los intereses estadounidenses. En 1970 conspiró con la CIA sobre la mejor manera de desestabilizar y derrocar al presidente chileno, marxista pero democráticamente elegido, Salvador Allende, mientras decía en un memorando tras el sangriento golpe de estado de Argentina en 1976 que se debía alentar a los dictadores militares.

En Medio Oriente, Kissinger llevó a cabo una "diplomacia de lanzadera" para separar las fuerzas israelíes y árabes después de las consecuencias de la Guerra de Yom Kippur de 1973. En general, muchos miembros del Congreso se opusieron al secretismo del enfoque Nixon-Kissinger en materia de política exterior, y los activistas lo atacaron por "violar los derechos humanos" en otros países.

El "informe Kissinger". Algunos denominan a Kissinger como el arquitecto de la política exterior estadounidense. Y de sus manos salió también un documento ultrasecreto titulado Memorando de Estudio de Seguridad Nacional o NSSM-200, también llamado "Informe Kissinger", ya que este era Secretario de Estado en el momento en que se redactó en 1974. Este documento sugería que el crecimiento de la población en los países poco desarrollados representaba una preocupación de seguridad nacional para EEUU, ya que incrementaba el riesgo de disturbios civiles e inestabilidad política en los países que tenían un alto potencial para los intereses norteamericanos.

Así que el documento reunía una serie de medidas de control poblacional y la promoción de la anticoncepción en países de rápido crecimiento como India, Bangladés, Pakistán, Indonesia, Tailandia, Filipinas, Turquía, Nigeria, Egipto, Etiopía, México, Colombia y Brasil.

¿Por qué? Porque la economía de EEUU requería abundantes minerales extranjeros, especialmente de países menos desarrollados. Este hecho daba mayor interés a EEUU en la estabilidad política, económica y social de los países proveedores. Según cita el texto

"Dondequiera que una disminución de las presiones poblacionales, a través de la reducción de la tasa de natalidad, puede aumentar las posibilidades de dicha estabilidad, la política demográfica se hace relevante para los suministros de recursos y para los intereses económicos de los Estados Unidos".

La solución. El aborto. El informe Kissinger recomendaba a los líderes de EEUU "influir en los líderes nacionales"  para buscar un mayor énfasis en los medios de comunicación masiva y otros programas de educación de la población. El documento abogaba por la promoción de métodos anticonceptivos y otras medidas de control poblacional, como el aborto inducido. Cita textualmente: "Ningún país ha reducido su crecimiento poblacional sin recurrir al aborto". Además, se plantea considerar asignar preferencialmente los alimentos excedentes a los estados que sean más constructivos en el uso de medidas de control poblacional.

Algunas de las ideas clave del informe son muy controvertidas. En otro punto dice lo siguiente: "En este contexto, es importante demostrar a los líderes que tales programas de planificación familiar han funcionado y pueden funcionar dentro de un período razonable de tiempo. En estas relaciones sensibles, sin embargo, es importante tanto en estilo como en sustancia evitar el aspecto de coacción".

El final. El reinado de Kissinger y su orquestación de la política exterior estadounidense fue decayendo con la dimisión de Nixon en 1974 en medio del escándalo Watergate. Aún así, continuó siendo una fuerza diplomática como secretario de Estado bajo el sucesor de Nixon, el presidente Gerald Ford, y ofreciendo opiniones firmes durante el resto de su vida. Ford llamó a Kissinger un "supersecretario de Estado", pero también destacó su carácter irritable y seguro de sí mismo, lo que algunos críticos llamaron paranoia y egoísmo. Incluso Ford dijo: "En su opinión, Henry nunca cometió un error".

Imagen: GTRES

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