Los herederos de Berlusconi pensaban que tenían una colección de arte. Era un montón de basura de 20 millones de euros

Silvio Berlusconi tenía una colección de arte con 25.000 piezas, pero no tenía ni idea de arte

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Silvio Berlusconi poseía una de las mayores fortunas de Italia, que había amasado a lo largo de su dilatada y polémica carrera empresarial y política. Se estima que la fortuna total del millonario italiano ascendía a 6.800 millones de euros en el momento de su muerte.

Su testamento estableció que los herederos de esa fortuna serían sus cinco hijos y dos ex esposas, pero lo que no esperaban es que parte de su legado fuera una colección de arte ruinosa y de escaso gusto artístico.

El reparto de su herencia milmillonaria. Según publica Forbes, los dos hijos mayores de Berlusconi, recibirán unos 1.900 millones de euros cada uno y el control de Fininvest, la principal empresa familiar. Por su parte, los tres hijos pequeños les corresponderían 906 millones de euros. Para las dos ex esposas dejó una herencia de 100 millones para cada una y otros 100 millones a su hermano Paolo.

Los herederos de Berlusconi se habrán llevado una gran sorpresa cuando han descubierto que la enorme colección de arte en la que el millonario había invertido 20 millones de euros, en realidad, eran poco más que estampitas compradas en un mercadillo.

El mecenas frustrado. Pese a estar siempre envuelto en polémicas y su fama de bon vivant, el millonario milanés supo moverse en el terreno de los negocios y las finanzas. Sin embargo, no tuvo tanto criterio a la hora de invertir en obras de arte.

Berlusconi era un apasionado del arte, pero no tenía un gusto muy refinado a la hora de elegir las más de 25.000 obras que había comprado durante toda su vida. Su amigo íntimo, crítico de arte y subsecretario del Ministerio de Cultura Vittorio Sgarbi, confesaba al programa ‘Report’ de la RAI italiana que el Berlusconi compraba la mayoría de las obras a través de los programa de teletienda de la televisión que vendían arte por subasta durante las noches de insomnio. Sgarbi dijo que el ex primer ministro se guiaba más por la cantidad que por la calidad o prestigio de la obra. Por lo que su valor artístico es prácticamente nulo. Como un NFT, pero en físico.

Paisajes, vírgenes y mujeres desnudas. En su intervención televisiva Sgarbi no dejaba lugar a dudas de la total ausencia de criterio artístico del magnate italiano, pero reconoce que tenía claro lo que le gustaba: los paisajes, las vírgenes y las mujeres desnudas. El periódico La Repubblica confirma que entre las obras se encuentran paisajes urbanos de París, Nápoles y Venecia, numerosas estampas de vírgenes y motivos religiosos, así como imágenes de mujeres desnudas que, según publica The Guardian, proceden de la napolitana Galleria Newarte, donde un día recibieron la llamada de Berlusconi preguntando por un cuadro que costaba 150 euros.

Por suerte para los herederos, el magnate de la comunicación italiano también colgó algunas obras de Tiziano y Rembrandt en las paredes de su mansión a las afueras de Milán. “De los 25.000 cuadros, tal vez haya seis o siete con algún valor artístico”, añadió Vittorio Sgarbi. Sale a una media de 800 euros por cuadro, pero es que las pocas obras de los grandes maestros suben la valoración media, que en ningún caso, servirá para recuperar los 20 millones de euros que Berlusconi se gastó en ellas.

Las desgracias nunca vienen solas. Los herederos de Berlusconi no ganan para sustos. Por si no fuera poco tener que tirar 20 millones de euros a la basura en baratijas, los hijos y ex esposas del millonario no pueden tardar en decidir qué van a hacer con las 25.000 obras, ya que se encuentran guardadas en un enorme almacén cerca de su residencia Villa San Martino, que les cuesta la friolera de 800.000 euros al año.

La BBC afirma que a estos gastos hay que sumar que muchos de los cuadros están afectados por carcoma y tienen serios daños en lienzos y marcos, siendo mayor el coste de exterminar la plaga y restaurar la pieza que el valor de la propia obra.

Según Sgarbi, los hijos de Berlusconi no tienen interés ni conocimiento sobre el arte, y podrían optar por deshacerse de la colección o donarla a alguna institución. Sin embargo, también existe la posibilidad de que quieran conservarla como un recuerdo de su padre o como una muestra de su poder y riqueza. Sea cual sea la decisión que tomen, lo cierto es que el legado artístico de Berlusconi no pasará a la historia como uno de los más valiosos ni relevantes del mundo.

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Imagen | Flickr (European Parliament)

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