Hay youtubers dando de comer animales vivos a sus mascotas. Y a miles de usuarios les encanta

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YouTube es una plataforma realmente interesante. En ella se puede encontrar todo tipo de contenido. Esta inconmensurable fuente de conocimiento, entretenimiento y humor es casi siempre un buen lugar para pasar un rato agradable a través de su ilimitado catálogo. Pero, de vez en cuando, te puedes encontrar con uno de esos vídeos que te hielan el cuerpo y te gustaría olvidar cuanto antes. Un ejemplo de cómo la explicitud puede romper las barreras podría ser la tendencia que parece haber ahora en la plataforma, donde algunos youtubers alimentan a sus mascotas con animales vivos para "disfrute" de los usuarios.

Estos vídeos que pululan por la red se cuentan por miles y han creado un nicho que aúna millones de visitas y hacen crecer algunos canales. Lo cierto es que hay personas adictas a verlos. Y lo que más llama la atención es que YouTube no puede hacer nada al respecto.

Una tendencia. “Saludos a los que se sienten mal pero no se quejan como niños de 9 años porque entienden el ciclo de la vida”, comenta un usuario en un vídeo donde se ve explícitamente como un famoso youtuber de este “mundillo” mete a un conejo en un calcetín y lo suelta en una jaula donde se encuentra un caimán sumergido en el agua. A los pocos segundos, y tras verse a un conejo totalmente asustado y atemorizado buscando escapatoria, el depredador engulle a su presa. No es el único vídeo de esta temática que encontramos. Miles de otros clips de YouTube muestran escenas similares: ciempiés gigantes devorando ratones, ranas engañosamente tontas que engullen a ratas y serpientes pegándose un festín de roedores.

Por increíble que parezca, no estamos en una página turbia rusa, como esas que organizan peleas entre animales y ofrecen apuestas a los usuarios. Se trata de YouTube, nuestra página de vídeos del día a día.

Youtubers que se dedican a esto. Si bien algunos comentarios de los vídeos son de repulsa a la práctica (de gente que habrá acabado ahí por casualidad), encontramos a otros muchos que disfrutan del contenido. “Me encanta este tipo de vídeos, buen trabajo”, comenta un internauta. “La naturaleza es muy guay”, dice otro. Tal es la tendencia, que ahora mismo hay miles de usuarios que visitan masivamente canales como Desert Wolf Armory (198,000 suscriptores) y Gatorpool Gators (77,100 suscriptores) para ver a los creadores alimentar a sus mascotas exóticas con una variedad de animales vivos.

De hecho, estos creadores tienen explicaciones sorprendentemente matizadas de por qué se involucran en estas prácticas y las filman. Muchos argumentan que sus mascotas son animales depredadores que necesitan una nutrición y estimulación adecuadas, y que las presas vivas satisfacen ambas necesidades. Pero los títulos de los vídeos dan que pensar: "Hora del aperitivo. Hay una rata gigante en el menú".

La plataforma no puede hacer nada. Aunque la política de maltrato animal de YouTube es clara: prohíbe técnicamente "el contenido en que los seres humanos alientan o coaccionan a animales para enfrentarse a otros" y ha tomado medidas para eliminar el contenido que muestra una obvia crueldad hacia los animales, hay una franja de vídeos que se cuelan en un “vacío legal” que sí parecen permitidos en la plataforma. De hecho, da la sensación de que la narrativa de estos vídeos incluso logra enganchar a quienes disfrutan del espectáculo, esos que rehusan irse antes del final (el éxtasis o mejor dicho, la “caza”) y se tragan toda la publicidad que les aparece con tal de saciar su curiosidad. Al presentarle varios ejemplos de estas escenas, la compañía defendió hace meses que "los videos no violan ninguna regla", y se negaron a responder otras cuestiones.

Qué dice la ley. Un grupo de defensa de derechos de los animales japonés presentó una denuncia el mes pasado por crueldad animal contra un youtuber que subía videos de sus reptiles devorando presas vivas, incluidos un conejo y un hámster. Los expertos legales decían que presentar cargos en este caso puede ser difícil. La Ley de Bienestar de Animales del país asiático, al igual que en muchos otros países, prohíbe matar o herir a animales protegidos o mamíferos, aves y reptiles en posesión de seres humanos, sin una buena razón. También prohíbe los actos de crueldad, incluido el abuso físico, la cría en circunstancias miserables y la negligencia. Pero la ley no prevé que se sirva a los animales como alimento vivo.

Hacer un negocio con tus pirañas. Marek Gregorarz, un hombre de 45 años que dirige una empresa de alimentos naturales para mascotas, tiene un canal de YouTube, Bearski Method, donde sube videos mostrando la forma en que alimenta a sus pirañas. En un reportaje de VICE argumentaba que alimentarlas con peces y ranas vivos les permite a las pirañas recrear su dinámica social natural con un individuo dominante que lidera el ataque y sus subordinados que lo siguen.

Parker Settecase, de 29 años, cuenta una historia similar. Su canal, Parker's Pensées, tuvo un gran e inesperado éxito en los videos donde sus ranas toro africanas devoran ratones vivos. Según lo que ha investigado, estas ranas pueden alimentarse con insectos, pero una vez al mes requieren una presa más grande para satisfacer sus necesidades nutricionales. Casualmente subió un video de esto a YouTube y ocho meses después había acumulado más de un millón de visitas. Ahora ya son más de 38 millones.

¿Por qué se ven? La morbosidad y la innata sed de sangre del ser humano han encontrado una válvula de escape en este tipo de contenido. Si bien a la mayoría le puede parecer repugnante, puede existir una programación biológica persistente que perpetúe nuestro deseo de ver muerte y violencia, como indican en VICE. Y hay estudios que lo respaldan. Los mecanismos de refuerzo en nuestro cerebro pueden reaccionar positivamente a las imágenes y sonidos de la caza y la guerra, probablemente un vestigio de nuestros antiguos instintos de supervivencia. En un pasaje del Libro Cuarto de La República de Platón, el filósofo debatía que se puede sentir apetencia por contemplar la degradación, el dolor y la mutilación.

No son documentales. Comparar un documental de depredadores con estos vídeos no es del todo razonable. Es cierto que algunos escenarios de este tipo de vídeos plausiblemente podrían suceder en el mundo natural (como es el caso de este pez cautivo que se come una rana arborícola, un video que lleva más de 12 millones de visitas y subiendo), lo cual es salvaje pero quizás éticamente aceptable. Otros escenarios, sin embargo, tienen una naturaleza más sensacionalista y plantean un debate sobre la crueldad a la que se ven abocados los animales involucrados. Este montaje con lagartos, escorpiones, mantis y otras criaturas enfrentándose entre sí tiene casi el doble de visualizaciones. Y en efecto, a lo que estamos asistiendo realmente es a ver cómo meten a un conejo en un calcetín y lo lanzan a una jaula infestada de reptiles carnívoros. Y a muchos parece gustarle, aunque cueste de creer. Los likes están ahí para demostrarlo.

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