España tiene los permisos de paternidad más largos de la OCDE. El problema es que los estamos solapando

  • De sus 16 semanas de permiso, los hombres disfrutan de 12 de forma simultánea con la madre

  • Los expertos: "Puede limitar el efecto positivo de la política en aumentar la involucración del padre"

Kelly Sikkema Hs Egxljozs Unsplash
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Los españoles aprovechamos los permisos de paternidad. Mucho. Casi en su totalidad, como demuestra el estudio que acaba de dedicar a la materia un grupo de investigadoras de ESADE. La gran pregunta que deja botando ese informe, más allá de cuánto, cuándo, dónde y cómo los españoles estamos disfrutando de esa prestación es… ¿Lo hacemos de forma adecuada? ¿Está sirviendo para que los padres se involucren más en el cuidado de sus hijos? El análisis deja la duda sobre la mesa recordando una cifra clave: 12 de las 16 semanas de permiso paterno, el 75% del tiempo disponible, se disfrutan mientras la madre está aún en casa.

Así pues… ¿Le estamos sacando todo el provecho?

España, la más "generosa". Esa es una de las primeras lecturas que deja el informe de ESADE, que constata que durante los últimos años los permisos de paternidad en España se han ampliado "hasta convertirse en los más generosos" de la treintena de países que forman la OCDE. Desde 2021 los españoles disfrutamos de 16 semanas, lo que equipara el permiso paterno al de maternidad y corona las reformas que se han ido sucediendo desde 2017. Hasta ese año y desde marzo de 2007, las empresas concedían a los padres solo dos semanas libres.

Aunque España figura en el noveno puesto del ranking del total de "permisos remunerados" para padres —lo que incluye otras prestaciones—, por detrás de Francia, Portugal o Bélgica, si nos fijamos expresamente en los de paternidad nuestro país ocupa el primer lugar. Al menos según el estudio de ESADE, que ha consultado los registros acumulados por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y la Tesorería General (TGSS) entre comienzos de 2016 y 2022.

Esade

Disfrutando de las 16 semanas. Aunque los trabajadores españoles puedan disfrutar de permisos de paternidad de 16 semanas, no todos esos días se gestionan igual. O dejan al menos el mismo margen de actuación. Las seis primeras semanas de permiso son obligatorias. A partir de la séptima el empleado ya tiene mayor libertad a la hora de organizar su tiempo y decidir cómo quiere aprovecharlo.

Siempre y cuando no deje pasar más de un año desde el nacimiento del bebé, un padre puede gestionar con holgura las 10 semanas de permiso no obligatorio. Y eso pasa por fraccionarlas —alternándolas con períodos en los que se reincorpora a su puesto— o incluso usarlas a tiempo parcial, combinándolas con horas de trabajo.

¿Qué muestra el estudio? De entrada, que habitualmente los padres consumen casi todo el permiso que les permite la ley, rozando el tope de 16 semanas. De hecho en enero de 2022 la comunidad con el menor promedio de duración fue Extremadura y su marca era de 15,04 semanas. La opción que apenas triunfa es la del permiso parcial, que lo combina con horas de trabajo: solo el 4,5% se decantó por esa vía.

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Dividiendo el permiso. En lo que parece haber mucho menos consenso, al menos según ESADE, es en cómo gestionar las semanas de permiso no obligatorio, aquellas que siguen a la sexta. A partir de ese momento el trabajador puede fraccionarlas y alternarlas con días en los que regresa a su puesto. Con el paso del tiempo esa opción parece ir ganando adeptos: si en abril de 2019 representaban cerca del 30%, en enero de 2022 suponían ya el 52%. "Este comportamiento difiere del de las madres, ya que un porcentaje muy bajo, inferior al 5% durante todo el período, decide fraccionar su permiso", concluyen las investigadoras.

La restante mitad de los padres, cerca del 50%, hace coincidir todo su permiso para simultanearlo con el de las madres. El análisis de ESADE refleja cómo ha variado la tendencia entre los hombres a lo largo de los últimos años, sobre todo tras la reforma de 2019 que extendió el permiso de cinco a ocho semanas.

La conclusión de las expertas, y así lo deslizan en su estudio, es clara: "A medida que se van popularizando y las familias entienden su funcionamiento, más hogares se acogen a la posibilidad de fraccionar el permiso para alargar el número total de semanas que alguno de los progenitores puede estar en casa con el menor".

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Pero… ¿Qué implica eso? He ahí la clave. En su estudio las investigadoras de ESADE dejan un toque de atención: hay un cambio claro en el fraccionamiento de los permisos y la forma en cómo los estamos organizando tienen ciertas ventajas, pero también pueden desvirtuar parte del fin con el que se pensaron. Y el motivo es muy sencillo: en promedio y desde 2021, los padres disfrutan la mayor parte de sus permisos de forma simultánea con la madre. Para ser más precisos, se da esa circunstancia en 12 de las 16 semanas disponibles, el 75% del tiempo.

La factura de los solapamientos. "Aún el 75% del permiso por paternidad se disfruta mientras la madre también está en casa", recoge el estudio, que advierte de las implicaciones: "Aunque existe evidencia de que la presencia del padre en casa en los primeros meses después del parto puede tener efectos positivos para la salud de la madre, esta tendencia también puede limitar el efecto positivo de la política en aumentar la involucración del padre en el cuidado de los menores".

La duración de los permisos paternos y su equiparación con el de los maternos tiene otra lectura clave: su efecto para frenar la discriminación laboral. "También se esperaría que la equiparación del permiso de paternidad con el de maternidad provoque cambios en las expectativas de las empresas sobre las diferencias entre padres y madres en términos de la duración de los permisos, la reducción de la jornada laboral o incluso el abandono del empleo después de dar a luz. Esto podría reducir la penalización de las madres en el mercado laboral (child penalty), reduciendo así la brecha de género asociada a la llegada de los hijos".

Dime dónde vives… Y te diré cómo y cuánto disfrutas las semanas de permiso. Al fin y al cabo que ESADE aporte una fotografía general no significa que no haya diferencias relevantes entre regiones. Las hay. Y profundas. Por ejemplo, mientras en Canarias, Andalucía y Extremadura apenas el 35-45% dividen sus permisos, en áreas como Navarra, La Rioja o País Vasco se decanta por esa opción un porcentaje muy superior de hombres, aproximadamente el 70%. La explicación tiene más que ver con sus tejidos empresariales que con la latitud o la geografía.

"Mientras que no vemos diferencias notables en la duración del permiso de paternidad entre comunidades o sectores, sí observamos importantes diferencias en el porcentaje de padres que decide fraccionar el permiso de acuerdo a estas dos dimensiones —recoge—. Esta variación tanto territorial como sectorial sugiere que ciertos aspectos de su uso siguen estando determinados, o bien por características de los padres (por ejemplo, nivel educativo o renta), o bien por las de los empleos que ocupan, donde puede variar la aceptación o facilidad de fraccionar el permiso".

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La clave: el tipo de empleo. La explicación estaría por lo tanto más que en el tipo de empleo que en dónde se ejerce, lo que no quita que las diferencias de peso de los sectores económicos entre regiones pueda alterar la foto final. Empleados de la hostelería y agricultura son los que menos fraccionan sus permisos. En el polo opuesto están los profesionales del sector de la información, la comunicación y actividades financieras. Entre ellos más del 70% acaba dividiendo sus permisos.

"Sugiere que el fraccionamiento del permiso es una práctica más habitual en los sectores más competitivos y con trabajadores con más nivel de formación", desliza: "Los patrones sugieren que la distribución del tiempo de permiso está influida por factores como el nivel educativo o ingreso de los padres, o las características del empleo, como la aceptación o facilidad para dividir el permiso."

Menos diferencias hay en la duración de los permisos. Mire la región que se mire del país, las diferencias que pueda haber entre unas y otras resultan mínimas. En todas los padres disfrutan de media casi las 16 semanas que les otorga la ley, con diferencias mínimas entre comunidades, que no suelen llegar ni a la semana. La foto puede variar de nuevo entre sectores: si las industrias extractivas los permisos suelen durar, de promedio, 14,01 semanas, en sanidad y servicios sociales el dato se dispara ya a 15,68 y en las actividades territoriales se sitúa en 16.

Intransferibles y bien remuneradas. Y es así, aclara la propia ESADE, por una combinación de circunstancias, perfectamente identificadas. "El hecho de que en España los padres estén disfrutando de media de casi todas las semanas disponibles se debe a la combinación de tres factores: el hecho de que no sean transferibles al otro progenitor; la generosidad de su retribución (100% del salario); y la obligatoriedad de las seis primeras semanas tras el nacimiento del menor", recoge el análisis tras recordar que lo de aprovechar todas las semanas de permiso de paternidad "no es necesariamente la norma" en los países vecinos.

Imágenes | Kelly Sikkema (Unsplash) y ESADE

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