El día en que el Metro de Madrid se convirtió en un parque acuático gracias a las inundaciones

El día en que el Metro de Madrid se convirtió en un parque acuático gracias a las inundaciones
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Llovía en Madrid ayer y la conversación en las redes sociales rotó en torno a lo de siempre: que si qué pesados los madrileños montando el drama cada vez que caen cuatro gotas, que si hay muchos madrileños y por eso se habla tanto de sus cosas, que si madre mía para una vez que cae agua cómo os estáis poniendo, etcétera.

Resulta que ayer los habitantes de Madrid tenían motivos serios para alarmarse en Twitter: el carácter torrencial de las precipitaciones provocó que aunque breves, las lluvias fueran muy intensas. Tanto que los servicios de emergencia se tuvieron que movilizar en treinta y cinco ocasiones en apenas una hora. Y claro, las infraestructuras se resintieron.

La comunidad cortó la M30 y la A-42, y distritos como Ciudad Lineal disfrutaron durante unos minutos de la tan ansiada playa madrileña. Pero la peor parte se la llevó el metro: la intensidad del agua fue tan, tan fuerte que se coló en los andenes de entrada, bajó las escaleras mecánica de algunas estaciones con una fuerza inusitada y convirtió en auténticas piscinas los hall de entrada de muchas otras.

Un espectáculo.

Imagen 1
Otra

Al parecer, algunas de las estaciones más afectadas fueron las que estaban en obras, un factor de riesgo más. En el caso de las fotografías de más arriba, una de las estaciones inundadas (los raíles convertidos en ríos) fue Marqués de Vadillo. La parada ha tenido tradicionales problemas con las lluvias: en 2007 otras aguas torrenciales inundaron los pasillos de acceso y el hall de entrada.

¿Por qué? Según nos han explicado desde Metro de Madrid, el problema surgió con la ruptura de un colector del Canal de Isabel II. No pudo absorber más agua por lo que comenzó a filtrarse por las estaciones.

En Valdezarza, Línea 7, la estación tuvo que ser cerrada: como se aprecia en otra de las imágenes el agua comenzó a caer del techo de repente. En San Bernardo, Línea 4, los pasajeros caminaban plácidamente por los andenes cuando una cortina de agua comenzó a caer del techo, abriendo las puertas del firmamento, y a desparramarse por la vía.

Y en (probablemente) Colombia, Líneas 8 y 9, la situación llegó al punto de que muchos de los transeúntes tuvieron que salir corriendo de la entrada de la estación porque estaba absolutamente a rebosar de agua, en una estampa que no se había visto en el Metro de Madrid en mucho tiempo. Dos y tres tazas de agua para todos.

Y todo eso sin salir del subsuelo. En la superficie muchas calles entraron rápidamente en una dinámica alarmante, con numerosas torrenteras que provocaron ríos recorriendo la calzada y vías impracticables. La DGT decidió cortar varios kilómetros de uno de los principales ramales circulatorios, la M30, ante la peligrosidad de las condiciones. En Madrid ciudad, las estampas eran tan impresionantes como esta:

O estas, en los propios túneles de la M30.

Pero, en fin, nada como el impacto en el Metro de Madrid. Aunque todas las estaciones (exceptuando las de la Línea 5, en obras) fueron reabiertas al poco y la lluvia cesó a las escasas horas, las imágenes de los momentos fueron de carácter surrealista, con el agua corriendo a borbotones por el subsuelo, bajando por las escaleras y transmutando en monstruo líquido del que había que huir a toda costa.

Por un día, Madrid tuvo un nuevo Aquapark. Su metro.

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