El mundo bancario ya no es lo que era. Hace no mucho, a los bancos les bastaba abrir una oficina para que les llovieran potenciales clientes e hipotecas. Ahora, el cierre de sucursales, la venta de activos tóxicos, las fusiones y la digitalización no ha hecho otra cosa que acrecentar el problema de rentabilidad que azota al sector, en una era de tipos de interés en mínimos. Un negocio que se ha ido resquebrajando aún más con el impacto económico de la pandemia. Eso explica por qué los bancos están buscando otras alternativas: o por qué los bancos tradicionales se están convirtiendo en tiendas.
Sin ir más lejos, algunas entidades se han estrenado en la venta de productos electrónicos y electrodomésticos como móviles, televisores, coches e incluso lavadoras. Es ya una tendencia.
Cuando Bankia se convierte en MediaMarkt. Se trata de un mercado que ya comercializa productos financieros y no financieros, también de terceros, que permiten tener bajo control los datos del cliente. Bankia, por ejemplo, tiene su propio portal de ventas online Bankia Shop, en el que ofrece al público productos como portátiles, frigoríficos, robots de cocina, altavoces y un largo etcétera. El banco, además, da la oportunidad de pedir un préstamo para financiar la compra a sus clientes. No es la primera vez que una entidad española comienza a vender productos de consumo.
CaixaBank lleva un tiempo haciéndolo y, de hecho, la entidad puso en marcha hace un par de años una tienda física de electrodomésticos en Málaga que financiaba productos desde el 0% TAE. Esto la llevó a recibir críticas de la Federación Española de Comerciantes de Electrodomésticos, que le acusaba de un “intento desleal” de competencia. Otros bancos, como Santander, ofrecen a sus clientes alquilar determinados productos como iPhones o venden productos de alimentación y reciclados, al igual que hace BBVA con Amazon en colaboración con el Celler de Can Roca.
Un banco, menos banco. El objetivo es básicamente ‘ser menos banco’ para ser rentable; reducir el peso del negocio tradicional de hipotecas y depósitos (que se encuentra en mínimos) para ganar ofreciendo soluciones financieras de 180 grados. ¿Cómo? Supongamos que alguien contrata una hipoteca. El banco se ofrece para llevar también la reforma de la casa, la compra de la lavadora, y por qué no, meter en el pack acuerdos con distribuidores de gas y telefonía.
CaixaBank fue pionero en esta tendencia y su ritmo de crecimiento ha sido tan brutal que ya es el segundo distribuidor de móviles Samsung en España. Dentro de su oferta en ‘Compra Estrella’, la entidad ha mantenido también acuerdos de distribución con grandes marcas como Balay, Bosch, Pikolín o Roomba. Y los datos son muy positivos: en la presentación de resultados del tercer trimestre del pasado año, la entidad desveló que solo en esos nueve meses del año, vendió más de 49.500 alarmas, 241.500 televisores y móviles y 14.500 coches.
¿Por qué lo hacen? Esta nueva área de negocio permite a estas entidades diversificar e incrementar sus ingresos a través de los márgenes de venta que obtienen entre la compra al por mayor y la venta al cliente de estos productos. Mientras, aumentan su cartera de financiación al consumo, un segmento que algunas entidades normalmente explotan a través de alianzas con grandes marcas de distribución, como El Corte Inglés o MediaMarkt. Y, sobre todo, hacerse con los datos de los clientes.
La financiación al consumo ha perdido fuerza en los últimos meses debido a la incertidumbre tras meses en los que los bancos estaban acudiendo en gran medida a este tipo de préstamos, que les reporta más intereses aunque presenta una morosidad más rápida. Y en el caso de financiaciones al 0%, ¿qué ganan los bancos con estas ventas? Principalmente, retener a los clientes durante el plazo de devolución del préstamo, así como una mayor vinculación de los mismos, un premio en tiempos de alta competencia bancaria.
El renting. La banca también ha encontrado un nicho en el renting de coches. Entidades como CaixaBank ya compiten de tú a tú con los grandes concesionarios, firmando acuerdos con los fabricantes para vender sus modelos en la red de oficinas. Por ejemplo, actualmente potencia en su web ofertas de Volkswagen. Banco Santander fue un paso más allá en enero con la compra de Autodescuento S.L., la sociedad a la que pertenece coches.com. En 2019, el portal gestionó un volumen de oportunidades de compra-venta equivalente al 32% de las operaciones de compra de vehículos nuevos de particulares en España, nada menos.
Reducir plantillas y cerrar oficinas. Para entender el fenómeno hay que comprender que en España sobran oficinas bancarias. En nuestro país hay 25.000, más que iglesias, colegios y tres veces más que concesionarios. Para ponerse al nivel de las entidades europeas, deberían reducirse a la mitad. Los bancos llevan años reduciendo sus plantillas. Lo hemos contado en Magnet. Desde la crisis de 2008 se han cerrado la mitad de las oficinas de banca y se han suprimido casi 100.000 empleos, el 35% del total del país según datos del Banco de España. Los últimos han sido el de la propia Caixabank, el mayor ERE de la historia del sector con la salida de 8.291 trabajadores, y los 3.800 que firmó BBVA hace unas semanas.
Sucede a la inversa. Esta tendencia llega en un momento de reconversión del sector, en el que no solamente los bancos buscan crecer en otros negocios, sino que otros negocios como las telefonías o compañías de seguros buscan crecer en el mundo de la banca. Un ejemplo es Movistar Money, que tiene una alianza con CaixaBank para préstamos al consumo, así como de Orange Bank, un banco por el momento solamente disponible para clientes de la compañía. Whatsapp también lanzó una aplicación de pagos en India y Brasil, según publicaba Omicrono, y la matriz de TikTok ha pedido licencia bancaria en Singapur, como daba a conocer Les Echos. Es cuestión de tiempo que lleguen a España.
Los bancos están haciendo de ‘telecos’, sí, pero también se preparan para que las tecnológicas empiecen a ofrecer servicios financieros en el futuro.
Imagen: Caixa Bank