El MIT crea la batería más larga del mundo: una fibra flexible de 140 metros capaz de cargar dispositivos de todas las formas

El MIT crea la batería más larga del mundo: una fibra flexible de 140 metros capaz de cargar dispositivos de todas las formas
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La imagen que ilustra este artículo es un robot-submarino y la cuerda que vemos a su alrededor no es otra cosa que la batería que le transmite energía. Investigadores del MIT han creado una batería de iones de litio, recargable y con una forma de fibra flexible ultralarga que puede adaptarse a todo tipo de dispositivos, desde wearables hasta otros objetos impresos en 3D de prácticamente cualquier forma.

Como demostración, el equipo liderado por el profesor Tural Khudiyev ha creado una batería de 140 metros de largo, para demostrar que es capaz de fabricarlas. Pero desde el MIT apuntan todavía más lejos, al asegurar que bajo este método pueden crear baterías del tamaño que necesitemos. "No hay un límite máximo establecido para su longitud. Podríamos hacerla de un kilómetro", aseguran.

Las baterías flexibles abren un mundo de posibilidades

Este nuevo estilo de baterías empieza a ser cada vez más consistente. Los grandes fabricantes ya empiezan a desarrollar baterías ligeramente flexibles para sus dispositivos, pero en el mundo académico ya visualizan una electrónica donde las baterías puedan adaptarse totalmente a la estructura del dispositivo al que quieren darle energía. Desde el MIT ponen como ejemplo la ropa conectada, donde estas baterías podrían funcionar casi como los hilos de las costuras.

La investigación ha sido publicada en la revista Materials Today y entre sus autores se encuentran distintos profesores del MIT, la Universidad de Singapur y algunos postdoc que actualmente trabajan en Apple.

Fibra Flexible Encendida

En el pasado los miembros de este equipo demostraron que con estas baterías podían alimentar LEDs, fotosensores y otros sistemas digitales. Esta batería es flexible y lavable, por lo que es capaz de funcionar en dispositivos que se enfrentan a condiciones adversas, como por ejemplo el submarino robotizado.

Para la fabricación de la fibra-batería de 140 metros se ha utilizado unos geles protectores y un cable de fibra que contiene todos los componentes. Lo que se hace es que se calienta esta punta por debajo de su punto de fusión. Con esto lo que hacen es comprimir todas las piezas, pero mantienen la disposición original y logran que siga cumpliendo su tarea.

Con este método consiguen incrustar el litio dentro de la fibra y luego solo necesitan un revestimiento exterior protector para que sea duradera.

El cable de 140 metros tiene una capacidad de 123 mAh, suficiente para cargar pequeños teléfonos o relojes inteligentes. No por mucho tiempo, pero se trata al fin y al cabo de un prototipo para demostrar que la tecnología funciona.

Llama la atención también el grosor, ya que la fibra tiene únicamente unos pocos cientos de micrómetros de grosor. Es decir, aproximadamente una décima parte de milímetro o poco más del grosor del cabello humano (50 μm).

Otra de las ventajas de las baterías flexibles en forma de fibra es que pueden llegar a integrar varios dispositivos. Los investigadores creen que se puede combinar entre tres y cuatro baterías en una misma fibra. Estamos ante un significativo avance y el equipo del MIT ya ha iniciado el proceso para su patente.

Más información | MIT

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