Un electrocardiograma permite a la inteligencia artificial predecir la probabilidad de que alguien muera durante el siguiente año

Un electrocardiograma permite a la inteligencia artificial predecir la probabilidad de que alguien muera durante el siguiente año
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Investigadores de la compañía médica estadounidense Geisinger han desarrollado una IA capaz no sólo de predecir la probabilidad de muerte de un paciente en el próximo año a partir de los datos de un electrocardiograma, sino de hacerlo con mayor fiabilidad que cualquier otro procedimiento similar conocido.

Los patrones de la actividad eléctrica del corazón cambian según la condición del mismo y las dolencias sufridas en el pasado (como los ataques cardíacos). Parece que la clave reside en que esta IA percibe indicios de ese riesgo en datos del ECG que los médicos consideran normales; pero decimos "parece" porque lo cierto es que el modo en que lo hace es un misterio.

¿Qué ve la IA que nosotros no?

Los investigadores de Geisinger encargaron a un laboratorio de inteligencia artificial que examinara los resultados de 1,77 millones de electrocardiogramas de casi 400.000 personas. Se crearon dos versiones de la IA: una entrenada únicamente con los datos de los electrocardiogramas sin procesar, mientras que la otra utilizaba una combinación de esos datos con aspectos como la edad y el sexo del paciente correspondiente.

Y fue la primera versión la que demostró ser mejor diferenciando los electrocardiogramas de pacientes que, efectivamente, murieron como mucho un año después de hacer la prueba, de aquellos que no. Según Brandon Fornwalt, investigador principal del estudio en Geisinger,

"en todos los casos, el modelo basado en los datos de la actividad eléctrica era siempre mejor que cualquier modelo que construyéramos a partir de datos ajenos a lo que ya aparece en el electrocardiograma".

Midieron esto usando una métrica conocida como AUC, que indica el éxito a la hora de distinguir entre dos conjuntos de datos, donde una puntuación perfecta es 1 y una puntuación de 0,5 indica que no hay distinción entre los dos grupos. La IA obtuvo una puntuación por encima de 0,85, cuando los métodos de valoración de riesgos usados actualmente por los médicos oscilan entre 0,65 y 0,8.

La IA predijo con precisión el riesgo de muerte incluso en personas que varios cardiólogos estimaron, por separado, que mostraban un electrocardiograma totalmente normal. Ninguno de ellos fue capaz de ver los patrones de riesgo que la IA sí detectó.

Según Fornwalt, "la inteligencia artificial puede enseñarnos cosas que hemos estado malinterpretando durante décadas".

Vía | New Scientist

Imagen | publicdomainpictures.net

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