Cuando haces una fotografía de un paisaje con el teléfono móvil quieres que todo salga enfocado. Si haces un retrato lo que buscas es que solo se vea nítido al modelo... Depende de cómo trabajemos con la profundidad de campo, uno de los conceptos más desconocidos de la fotografía móvil, tendremos que enfocar en un punto u otro. Controlar la profundidad de campo con el móvil es posible.
¿Qué es la profundidad de campo? ¿Es posible controlarla con los teléfonos móviles? Estas y otras preguntas siempre surgen cuando hacemos fotos con el smartphone. Es más complicado si queremos reducirla, pero tenemos una serie de técnicas para conseguirlo.
No queda más remedio que olvidarse de las leyes ópticas, de la poco recomendable hiperfocal y de otros elementos que siempre hemos tenido en cuenta cuando hablamos de la profundidad de campo. De todas formas, hay que conocer bien la teoría para luego aplicarla como nos interese.
La teoría de la profundidad de campo
Lo primero que tenemos que recordar es qué es la profundidad de campo. Se puede definir de muchas maneras, con complicadas fórmulas y textos complejos. Lo mejor es ser sencillos:
Es la distancia entre el objeto más cercano y más lejano enfocados en una fotografía. La zona que se aprecia con detalle, nítida.
El problema de esta definición es que marcar la zona enfocada depende de un concepto llamado círculo de confusión, donde intervienen el tamaño de la final de la copia y la distancia a la que será observada. La profundidad de campo cambia si vemos la fotografía ampliada a 3 metros colgada a 1 metro de distancia o directamente en la pantalla del móvil. Por eso enfocados aparece en cursiva.
Una vez señalado este punto vamos a conocer los factores que intervienen en la profundidad de campo, para conseguir ver más o menos distancia aceptablemente nítida.
Diafragma
El diafragma controla la luz que llega al sensor. Cuánto más abierto, más luz. Si cerramos la abertura, llegará menos luz. Otra función del diafragma es precisamente variar la profundidad de campo. Si lo abrimos, para que entre más luz, reduciremos la profundidad de campo; si lo cerramos sucederá lo contrario.
La mejor regla mnemotécnica es: Número pequeño, poca profundidad de campo. Número grande, mucha profundidad de campo.
Pero el problema es que en los móviles solo tenemos un diafragma, y es muy luminoso... En las demás cámaras solo tenemos que cambiar el diafragma para variar la profundidad. Con los móviles tenemos que recurrir muchas veces al software para simularlo.
Distancia focal
Según la distancia focal de nuestro objetivo lograremos más o menos profundidad de campo. Si trabajamos con objetivos angulares, que tienen un mayor ángulo de visión, será más sencillo tener más zonas nítidas. Sin embargo, con los teleobjetivos, la profundidad de campo se reduce drásticamente.
Si queremos que todo salga enfocado, como en un paisaje, la mejor opción es trabajar con un objetivo angular, y cuánto más extremo mejor. La profundidad de campo es prácticamente infinita con un ojo de pez (el angular más extremo), desde el primer plano hasta el fondo.
Este punto está solucionado en los móviles, pues el objetivo principal suele ser un angular, y en algunos casos, como el iPhone 13, tenemos un 14 mm, el preferido de los fotógrafos de paisaje.
Distancia de enfoque
Otro factor importante es la distancia de enfoque, el punto donde enfocamos cuando vamos a hacer la fotografía. Y por supuesto influye la distancia que hay del sensor al objeto.
No es lo mismo enfocar a un objeto que está a 2 metros que uno que esté a 5 metros. La profundidad de campo puede cambiar mucho solo por este punto. Si el objeto está cerca y lo enfocamos, la profundidad de campo se reduce. Y viceversa.
A partir de aquí nace la hiperfocal, un concepto más que una fórmula perfecta de los tiempos del Super8 que buscaba conseguir más nitidez en aquellos pequeños negativos. Hoy se sigue abusando de este concepto, pero es muy relativo y solo sirve en circunstancias muy concretas, como veremos a continuación.
Círculo de confusión
El círculo de confusión genera muchos dudas y es un concepto que depende de la distancia de observación y del tamaño de ampliación.
Cuando un punto de la realidad aparece como un punto en el sensor, se dice que está enfocado. Todo lo que quede por delante o por detrás, y se vea más como un círculo que como un punto, se llama círculo de confusión.
Que nosotros lo consideremos como algo enfocado o no depende, como hemos dicho, de la distancia de observación y del tamaño de la imagen. Así, una fotografía resultará muy nítida en la pequeña pantalla del móvil y desenfocada en una ampliación.
Esta puntualización es la que podemos aprovechar para la fotografía móvil, pues si la imagen no va a salir del dispositivo, tenemos mucho más margen para dar sensación de más profundidad de la que realmente tenemos.
La profundidad de campo en la fotografía móvil
A la hora de buscar la respuesta científica a la profundidad de campo, encontramos varias fórmulas. Ofrecen el resultado de la misma incógnita con una disposición de diferentes coeficientes.
Siempre intervienen los cuatro puntos que hemos visto anteriormente y nunca, por si hubiera alguna duda, hablan del tamaño de la superficie donde se forma la imagen. Es decir, el tamaño del sensor no importa porque siempre que los cuatro puntos sean idénticos, la profundidad de campo será la misma.
Es indiferente, para la profundidad de campo, trabajar con el sensor de un móvil o de una cámara de formato completo. Lo único que las diferencia, aparentemente, es que una fotografía con un sensor más grande recoge más información alrededor de la zona enfocada y hace variar la percepción.
Así que todo este tema es idéntico en la fotografía móvil. El problema es que tenemos dos constantes: el diafragma y la distancia focal. Y por este motivo es complicado cambiar la profundidad de campo con un teléfono.
Por el diafragma tan abierto, el uso de objetivos angulares y el pequeño tamaño de visionado, la profundidad de campo de los smartphones siempre será muy amplia. Para cambiarla tenemos pocos recursos, si lo comparamos con todo lo que se puede hacer con una cámara de objetivos intercambiables:
- A no ser que tengamos un móvil con varias cámaras y objetivos (la norma hoy en día) la única manera de variar la PdC es acercarnos o alejarnos del objeto que queremos enfocado.
- Si disponemos de un tele, reduciremos más fácilmente la profundidad. Si disparamos con el angular, podemos ampliarla.
- El último recurso que tenemos es acudir a la inteligencia artificial o al software para reducirla, ya que ampliarla nunca será necesario.
No tenemos otra forma de cambiar la ya famosa profundidad de campo en nuestros teléfonos. Quizás sea una de sus grandes limitaciones. O mejor aún, es uno de los grandes retos que tenemos para mejorar como fotógrafos. Si tenemos limitaciones, siempre podemos ver cómo superarlas.
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