El Sol avanza hacia su pico de actividad de su 25º ciclo y el jueves fue buena prueba de ello. Solo el día de ayer fueron detectadas tres “llamaradas”, las llamadas fulguraciones solares.
Tres “llamaradas”. En menos de 24 horas el sol ha emitido tres fulguraciones que han captado la atención de los expertos de la NASA. Estas “llamaradas” fueron captadas por el Solar Dynamics Observatory (SDO), la misión de la agencia espacial estadounidense encargada de monitorizar la actividad de nuestra estrella.
La primera de ellas se produjo a las 00:07, hora peninsular (CET), de ayer (el 21 a las las 23:07 UTC); la segunda unas horas más tarde, a las 07:32 CET (las 06:32 UTC); y la última a las 23:34 CET (las 22:32 UTC), según explicaba la propia NASA.
Las tres fulguraciones fueron catalogadas como de clase X, las de mayor intensidad. En concreto, fueron catalogadas como X1.8, X1.7 y X6.3 respectivamente.
Fulguraciones y otros eventos. Las fulguraciones solares son explosiones que suceden en las capas exteriores del Sol, como consecuencia de la gran cantidad de energía acumulada en pliegues en el campo magnético del astro. Estas explosiones emiten radiación intensa y en un amplio rango del espectro electromagnético.
Cuando estas fulguraciones se expanden a la velocidad de la luz y se topan con nuestro planeta pueden generar fenómenos adversos en lo que solemos denominar meteorología espacial, especialmente si son de gran intensidad como estas. Concretamente, estas fulguraciones suelen ir asociadas a apagones de radio, ya que pueden interferir con las emisiones de radio en nuestro planeta.
Estas “llamaradas” pueden venir acompañadas de eyecciones de masa coronal (CME). Estas como su nombre sugiere, durante estos eventos el Sol expulsa partículas cargadas en lugar de radiación electromagnética. Estas partículas tardan más en llegar a la Tierra aun viajando a altísimas velocidades, pero cuando llegan pueden causar tormentas solares y geomagnéticas.
SDO. Estas flguraciones fueron captadas por el Observatorio de Dinámicas Solares de la NASA, el SDO. El observatorio consta de una sonda situada en órbita geosíncrona inclinada, de forma que acompaña a nuestro planeta mientras observa de manera constante a nuestra estrella.
La sonda fue lanzada en Febrero de 2010 y desde entonces funciona como nuestros ojos en el Sol, advirtiéndonos de cualquier posible novedad a la vez que compilamos datos que nos ayuden a comprenderlo mejor. Así podemos estudiar cómo se genera su campo magnético o cómo la energía de este se transforma y es expulsada en forma de fulguraciones, CMEs o viento solar.
Ciclo 25. Los expertos habían anticipado que el pico de actividad solar se adelantaría y que este ciclo solar sería más intenso de lo inicialmente esperado. Según los últimos datos de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), el pico se espera que ocurra en algún momento a lo largo de este año, concretamente entre los meses de enero y octubre.
Habrá que esperar para saber cuándo comienza el descenso de actividad solar, pero días como el de ayer nos sirven de recordatorio de que nuestra estrella no está, precisamente, dormida. Podemos esperar nuevos eventos similares a lo largo del año.
Imagen | Dos de las Fulguraciones captadas por el SDO. NASA/SDO
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