Por qué la NASA no para de enviar tardígrados y sepiólidas al espacio

Tardigrados
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En junio de 2021 unos bichitos tenían asiento reservado en la nueva misión espacial de la NASA. La cápsula espacial Dragon de Space X se lanzó en la última misión de reabastecimiento de la Estación Espacial Internacional, y en ella viajaron tardígrados y sepiólidas.

Los primeros —casi indestructibles y capaces de intervenir en entrelazamientos cuánticos— son ya viejos conocidos de las misiones espaciales y de hecho miles de ellos acabaron en la superficie de la Luna. Ahora van de invitados junto a las sepiólidas para que nos ayuden a conocer cuáles son los efectos de los viajes espaciales en organismos biológicos.

Una ración de sepia en el espacio (o casi)

Los tardígrados, comúnmente llamados osos de agua, son capaces de sobrevivir en condiciones extremas. Uno les pone en ambientes con temperaturas, presión y radiación altísimas y ahí siguen como si nada. Y hace poco descubrimos una nueva especie de tardígrado aún más especial.

Sepiolidas
Sepiólidas en acción. Fuente: NASA.

Eso según la NASA los convierte en los sujetos perfectos para experimentar con ellos y lograr saber cómo afectan los vuelos espaciales a la supervivencia de organismos biológicos. La idea, por tanto, es saber cómo logran ser tan resistentes para tratar de ayudar a que los futuros astronautas puedan aprovechar ese conocimiento.

Lo de las sepiólidas es diferentes. Hay miles de microbios en el cuerpo humano que ayudan a que nos mantengamos saludables, pero los científicos no están seguros de cómo la microgravedad afecta a esos microbios.

Esa es la razón de que en esa misión de la NASA se hayan enviado estos primos hermanos de la sepia que nos pedimos como tapa o ración en el bar. Esos sepiólidos formarán parte de un nuevo programa de investigación llamado 'Compresión de la Microgravedad en Interacciones Animal-Microbio', o UMAMI por sus siglas en inglés.

Los científicos estudiarán su la gravedad tiene impacto en la relación entre esas sepiólidas y su bacteria simbiótica.

De nuevo la idea es proteger y mejorar la salud de los astronautas en futuros viajes espaciales, pero los descubrimientos, aseguran en la NASA, podrían servir también para mejorar la calidad de la vida en la Tierra.

Más información | NASA

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