Si Artemis no tenía suficientes problemas, ahora un huracán gigantesco le va a pasar por encima

Si Artemis no tenía suficientes problemas, ahora un huracán gigantesco le va a pasar por encima
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El aeropuerto de Tampa está cerrado, las carreteras de Florida están colapsas por la evacuación de (por ahora) más de 300.000 personas, las escuelas echan la llave, las actividades al aire libre se están suspendiendo y los trabajos por asegurar la mayor cantidad de elementos van a toda prisa: el huracán IAN ha puesto su ojo en Florida y el caos puede ser monumental.

Esto podría ser simplemente un huracán más, un huracán con una marejada histórica, sí; pero un huracán al fin y al cabo. Sin embargo, para los amantes del espacio es algo más: otra oportunidad perdida. Artemis monta un circo y las pulgas le organizan un sindicato

A la tercera... tampoco. Efectivamente. La Artemis I, la misión no tripulada que constituye el primer paso de nuestra vuelta a la Luna, finalmente no saldrá el martes desde Cabo Cañaveral. Tras el sonado fracaso de principios de septiembre, la NASA había puesto toda la carne en el asador para lanzar la misión antes de que acabara el mes. Sin embargo, no será posible.

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Un huracán llamado Ian. El cuarto huracán de esta temporada, concretamente. Según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, la tormenta se está intensificando cerca de Cuba y se espera que se convierta en un huracán de categoría mayor (3 o más) en pocas horas. En ese momento, empezarán los impactos en el occidente cubano y, poco después, el ciclón pondrá rumbo a la península de Florida.

Y los pronósticos son muy oscuros. Las inundaciones se dan por descontadas, pero lo cierto es que no hablamos de inundaciones normales: Según Michael Lowry, en más de 50 años no se ha visto nada parecido a las inundaciones previstas. En algunas zonas, se esperan inundaciones de más de tres metros. No es buen tiempo para intentar poner en órbita un cacharro de 98 metros de altura y 2.608 toneladas de peso.

Y, sin embargo, la NASA se ha resistido a decir que no. De hecho, pese a la cancelación, hasta hace muy poco la lanzadera, el cohete SLS y la nave espacial Orion permanecían en el sitio de lanzamiento. La esperanza de que el tiempo mejorara estaba encima de la mesa, pero se ha disipado en las últimas horas y, finalmente, los técnicos de la agencia han empezado a mover el gigantesco cohete al edificio de ensamblaje donde se espera que capee el temporal.

¿En qué lugar queda Artemis I? El lado positivo de todo esto es que parece que la NASA ya ha conseguido solventar los problemas con el llenado de combustible que obligaron a cancelar los lanzamientos anteriores. Según parece, la semana pasada completaron otro test sin mayores problemas. El lado negativo es que los retrasos se van acumulando.

El programa Artemis es un enorme encaje de bolillos tecnológico, logístico y aeroespacial. No podemos dar un paso sin haber dado el anterior y, con cada retraso, el lanzamiento del Artemis III (la que llevará "a la primera mujer y al próximo hombre" a la Luna) se va alejando en el cronograma. El interés de China por lanzar su propia misión tripulada disipa la posibilidad de que Artemis se cancele, claro. Al fin y al cabo, en esto hay muchísimo de juego geopolítico. Pero los costos aumentan, los retornos se retrasan y la ilusión se resiente.

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