Tras un fin de semana muy movido en el Mediterráneo, los primeros días de la semana serán mayoritariamente estables. Las zonas montañosas (sobre todo en el tercio este) sufrirán algunas tormentas y, en Galicia, veremos un débil frente atlántico.
Nada nuevo, nada especial. Lo interesante (a nivel meteorológico) vendrá justo después.
Algo empieza a moverse en el Atlántico. Porque mientras la vida sigue en la Península, un anticiclón se va consolidando a la altura de las Islas Británicas. Su localización facilita que las masas de aire se separen de la circulación general y se descuelguen sobre el país.
La primera de esas masas (una vaguada de aire frío) empezará a descolgarse al oeste y, para el jueves 28, irá aislándose hasta convertirse en una DANA que romperá la frágil estabilidad del país. Quedarán cuatro días (y, probablemente, algunos más) de lluvias tormentosas y aguaceros.
¿"Probablemente, algunos más"? El "probablemente" se debe, por un lado, a que el anticiclón tiene todos los elementos para provocar nuevas DANAs en los próximos días. De hecho, la configuración atmosférica continental no solo nos brinadará vaguadas atlánticas, sino también permitirá a algunas llegar (de forma retrógrada) desde el noreste.
El "probablemente" se debe, por el otro, a que "hacer predicciones a más de 5-7 días es algo complicado en este tipo de situaciones", explicaba Martín León en RAM.
Pero hay más. Vaya si hay más. Como señalaba el mismo Martín León, "algunos expertos apuntan que el norte de África está experimentando estos días altas concentraciones de humedad a la fuerte entrada de la Zona de Convergencia Intertropical, ZCIT, hacia latitudes más altas de los normal y a las ondas del este, también, más altas en latitud de lo normal".
En términos sencillos, esto es sinónimo de precipitaciones más abundantes de lo normal y, como decíamos ayer, sin picos de calor. Es un pequeño adelanto de lo que solemos reconocer como otoño.
¿Durará mucho ese otoño? Es decir, ¿volverá el calor? Es una buena pregunta porque, siendo realista, los últimos estudios señalan que el calor cada vez tarda más en irse. Es decir, "otoño" ya no significa "alivio térmico" por mucho que las temperaturas se derrumben un par de días a finales de agosto.
La respuesta no está clara. 2024 ha sido un año muy raro y lo cierto es que puede seguir dándonos sorpresas. La gran pregunta es, por eso mismo, si estamos en una anomalía o es un cambio de tendencia. Por eso mismo, los próximos meses van a ser tan interesantes.
Imagen | ECMWF
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