Un frío extremadamente intenso: Febrero está obsesionado con tener su propia "ola de frío" y, según AEMET, está muy cerca de conseguirlo

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La cosa se pone seria. Y cuando digo "cosa" quiero decir frío, mucho frío. Desde el pasado miércoles, el frío, la nieve y el hielo han ido invadiendo la península de tal forma que ha superado con creces las expectativas. Tanto que la AEMET ya ha avisado de que este fin de semana se "alcanzarán valores situados en el 5 % de los más fríos registrados por estas fechas en el período 1991-2020".

Los días de frío más intensos del invierno. Y no es raro porque este invierno ha sido muy cálido. Sorprendentemente cálido, de hecho. Pero no debemos engañarnos, como dice la AEMET, este fin de semana no es frío solo por comparación. Es más, no sería extraño, de hecho, que estemos viviendo la primera ola de frío del año.

Es cuestión de tiempo, ojo. Ya vamos a tener temperaturas propias de una ola de frío. Lo que ocurre es que, para que lo sea oficialmente, debe de durar, al menos, tres días. Vamos a estar cerca.

¿Qué podemos esperar? Si ayer las cotas de nieve se situaron en torno a los 400 metros de altitud en algunas zonas del norte de la península, hoy (con la baja fría ya completamente desparramada sobre el país) se han abierto grandes claros en el interior haciendo generalizadas las heladas y congelando el ambiente hasta hacerlo algo puramente ambiental.

Esto va a seguir a lo largo del fin de semana: la inestabilidad llegará al sur y al oeste de la península y, por la fuerza de la entrada de aire frío, esperamos que las nevadas afectarán particularmente al interior de Andalucía. Mientras que las heladas se hará más intensas en el resto del país.

El frío no se va a ninguna parte. Y, más allá de récords, lo relevante es que la vuelta de las temperaturas primaverales aún no tienen fecha. Este episodio invernal parece que tiene la intención de quedarse.

Es más, puede hacerse más intenso. Porque, recordemos, la ruptura del vórtice polar se ha producido y las consecuencias para la península pueden ser muy serias. Difíciles de predecir, porque modelizar el impacto de este tipo de grandes disrupciones en la troposfera sigue siendo un reto para la meteorología, pero muy serias. Por eso, conviene no olvidarse de ellos: están cada vez más cerca.

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