Los corales de todo el mundo se están blanqueando. Y con ello estamos comprometiendo la biodiversidad de los mares

La  crisis climática está generando un calor oceánico sin precedentes, y prácticamente todos los escenarios traspasan las líneas rojas

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A fuerza de repetirlo parece que ya no lo tomamos tan a la ligera. Conceptos como el cambio climático, el calentamiento global o el aumento de las temperaturas son temas tan importantes como, a veces, aparentemente lejanos a nuestro día a día. Ejemplo de ello lo tenemos en un proceso que se está produciendo a lo largo de las costas de México, Australia y Kenia. En esencia, el fondo marino se está “ahogando” de calor, y traerá consecuencias para los humanos.

Los arrecifes de coral, en peligro de extinción. Hace unas semanas, la voz de alerta la daban en una declaración conjunta NOAA y la ICRI: más del 54% de las áreas de arrecifes de coral del mundo han experimentado blanqueamiento el año pasado, lo que afectó al menos a 53 países y territorios, incluidas grandes franjas de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. Peor aún, el proceso, el cuarto en 30 años, se presume el más devastador de todos.

Blanqueamiento como línea roja. El proceso, cuya principal causa se debe al aumento de las temperaturas, se produce cuando el agua del mar se calienta. En ese punto, los corales se exponen al estrés de las olas de calor marinas y escupen las algas simbióticas que viven dentro de su tejido, las mismas que les proporcionan tanto su color como la mayor parte de su energía. 

¿Qué ocurre entonces? Bajo la situación actual, hay dos escenarios. El ideal, pero posiblemente menos realista, es aquel donde las temperaturas del océano vuelven a la normalidad. El otro, y quizás más factible, mantiene todo como está o incluso peor, un escenario donde el blanqueamiento puede provocar una muerte masiva de corales, amenazando con el colapso a las especies y las cadenas alimentarias que dependen de ellos.

El impacto en comunidades humanas. En última instancia, la pérdida de arrecifes de coral reduce la biodiversidad, compromete la protección natural contra las tormentas costeras y, de forma irremediable, afecta a la pesca, impactando en el medio ambiente y en todas las comunidades humanas que dependen de estos ecosistemas.

Un dato muy a tener en cuenta sobre su importancia: cada año, los arrecifes proporcionan alrededor de 2,7 billones de dólares en bienes y servicios, desde turismo hasta protección costera. Sólo los turistas que practican snorkel y buceo generan alrededor de 36.000 millones de dólares. 

No solo eso. También ayudan a las comunidades costeras formando una barrera protectora contra las marejadas ciclónicas y las grandes olas, evitando daños a la propiedad de más de 5 millones de personas en todo el mundo, según un estudio de 2022.

Beautiful Coral Reef Batangas Anilao Panoramio

Zonas clave a tener en cuenta. Como decíamos, el último proceso de blanqueamiento es el cuarto evento global en el mundo, y el segundo en la última década, con períodos anteriores en 1998, 2010 y entre 2014-2017. El año pasado se confirmó un blanqueamiento masivo en regiones como Florida y el Gran Caribe, México, Brasil, Australia, el Pacífico Sur, el Mar Rojo, el Golfo Pérsico, Indonesia y el Océano Índico, incluida la costa este de África y las Seychelles.

La gran pregunta. Todo ello lleva a la ciencia a la gran cuestión: ¿cuánto durará este cambio tan masivo de temperatura? De las pocas pistas (y nada buenas) que disponemos están los datos del Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Comisión Europea, donde se mostraba que los últimos 12 meses han sido los más cálidos registrados en el planeta y donde las temperaturas de los océanos se han disparado fuera de los gráficos.

De hecho, en febrero y marzo NOAA agregó hasta tres nuevos niveles de alerta a los mapas de blanqueamiento de corales para permitir a los científicos evaluar la nueva escala del calentamiento submarino. Por cierto, para que el blanqueamiento sea catalogado como “mundial” desde impactar claramente en las tres cuencas oceánicas (Pacífica, Índica y Atlántica) durante un período de 365 días.

El protagonismo del cambio climático y El Niño. En realidad, ambos fenómenos no se pueden entender separados y son clave para ese calentamiento de las aguas superficiales del océano. El Niño, un patrón climático natural que se origina en el Océano Pacífico a lo largo del ecuador y tiende a elevar las temperaturas globales, ha contribuido a impulsar el calor oceánico sin precedentes. Por su parte, NOAA predice que La Niña, algo así como la contraparte más fría de El Niño, podría llegar entre junio y agosto de este año, lo que proporciona una pequeña esperanza para los arrecifes de coral.

El peor escenario. Según la advertencia del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, será clave reducir las emisiones de carbono. Es más, su informe detalla que si el mundo no logra reducir agresivamente dichas emisiones, el planeta se encamina hacia un calentamiento de casi 3 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales este siglo. Si crees que no es para tanto, piensa que la ciencia predice que con un calentamiento “extra” de solo 2 grados (y podríamos alcanzarlo sobre 2050), aproximadamente el 99% de los corales de la Tierra morirían.

Imagen | Francesco Ungaro, Andre oortgijs

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