Junto a sus llamativos huevos azulados, unos mirlos americanos se encontraron objetos de varias formas en su nido. Algunos más largos, otros planos y otros puntiagudos, con hasta formas de dado de ocho caras. Todos ellos con el característico color azul, imitando las propios huevos de este tipo de pájaro. Es el curioso experimento publicado en la Royal Society Open Science y liderado por el profesor Mark Hauber, de la Universidad de Illinois y experto en comportamiento animal.
El objetivo es intentar entender cómo deciden las aves lo que pertenece a su nido y qué objetos consideran fuera de lugar y deben tirar. Y aunque parezca poco intuitivo, resulta que los huevos rectangulares fueron mejor aceptados que no otros "huevos" ovalados y aparentemente más cercanos a los reales, según lo que cabría esperar siguiendo la lógica humana.
Mejor un huevo rectangular que no delgado
Los huevos de distintas formas fueron impresos en 3D y colocados por el equipo de Mark Hauber en varios nidos de mirlos americanos, según describe el New York Times. El resultado del experimento mostró que los pájaros quitaban del nido antes aquellos huevos que eran más delgados. Si bien, con aquellos "huevos" rectangulares o con varias caras, fueron bastante más cuidadosos.
La lógica de estos mirlos americanos resultó ser distinta a lo que podría tener sentido siguiendo lo que nosotros asemejaríamos a un huevo. Resultó que estos animales desecharon antes huevos más delgados, pero completamente ovalados, que no objetos rectangulares, pero cuyo volumen y grosor se asemejaba más.
Es bastante habitual que estos pájaros encuentren objetos ajenos en sus nidos. De hecho, sus nidos sirven como refugio para los tordos, otra especie de pájaro que pone sus huevos en los nidos de otras aves. Precisamente por estar acostumbrados a enfrentarse a los tordos, estos mirlos americanos eran un buen candidato para probar este experimento, explica Hauber, quien ha centrado su investigación de los últimos años en el estudio de las aves y su comportamiento alrededor de los huevos.
La primera serie de huevos fue reduciéndose en grosor, mientras que otra serie fue volviéndose cada vez más triangular. Todos ellos fueron pintados idénticamente, ya que quería estudiarse el factor concreto del grosor y la forma esférica. El resultado fue que aquellos "huevos" que eran un 75% del ancho habitual eran aceptados, pero que cuando el ancho bajaba del 50%, casi siempre los desechaban. Por otro lado, los objetos puntiagudos, salvo los más extremos como el de ocho caras, fueron ampliamente aceptados.
"Los mirlos americanos no saben qué hacer con ellos, porque nunca han evolucionado para responder ante esto", explica Hauber. Según explica el investigador, estos pájaros podrán considerar el grosor como un factor importante debido a que los huevos de lo tordos son bastante más anchos. Pero también apuntan a un segundo motivo; en lugar de arriesgarse a tirar uno de sus propios huevos por error, prefieren dejar reposar aquellos que tienen un grosor parecido.
Más allá de descubrir qué formas favorecen estas aves, el experimento quiere ayudar a comprender cómo funciona el reconocimiento de huevos en el cerebro. "Al igual que los humanos tienen un centro de reconocimiento para las caras en el cerebro, las aves tienen un centro de reconocimiento de huevos en el cerebro", explica Hauber. En esta ocasión, la mejor manera de estudiar su comportamiento ha sido creando estos azulados "huevos" impresos en 3D, con algunas formas que pocos humanos asociaríamos con un huevo real.
Vía | New York Times
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