Cada año se desechan millones de discos duros que funcionan. Esta es la (paradójica) razón

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La idea de “tirar a la basura” componentes informáticos totalmente operativos y con alrededor de media década de antigüedad puede tener muy poco sentido si pensamos en los mercados de segunda mano e incluso en reducir los desechos electrónicos. Para muchas compañías, sin embargo, tiene sentido, al menos cuando de discos duros se trata.

Cada año, millones de dispositivos de almacenamiento se dirigen obligadamente hacia un único destino: la destrucción. Y no importa que todavía funcionen e incluso que, en caso de ser vendidos, puedan retribuirles una importante cantidad de dinero a sus antiguos propietarios. Se trata de una práctica que en estos tiempos no deja de sorprender.

Para algunas empresas, es mejor destruir que borrar

Stellar Info, basándose en datos de Laboratorio Nacional de Energía Renovable de Estados Unidos, señala que al menos unos 20 millones de discos son destruidos anualmente en ese país. Este escenario se repite una y otra vez en diferentes partes del mundo y, por lo general, tiene un punto en común: que es impulsado por empresas y gobiernos.

Nombres como Amazon, Microsoft y Google, en el universo tecnológico, así como departamentos u oficinas gubernamentales de todo tipo, bancos y agencias de seguridad suelen confiar en la destrucción de los dispositivos de almacenamiento como una solución efectiva y sin vueltas para evitar que datos confidenciales acaben en manos indebidas.

Como señala Financial Times, se trata de discos duros empresariales que, generalmente, operaron en centros de datos y que una vez cumplida una cierta cantidad de tiempo son reemplazados. Y no necesariamente hacia el fin de su vida útil, sino después de unos cinco años después de haber sido adquiridos, que es cuando suelen expirar las garantías.

Quienes llevan adelante este tipo de prácticas priorizan, por sobre todas las cosas, el funcionamiento ininterrumpido de sus sistemas y evitar la filtración de datos, dos escenarios que en caso de presentar contingencias pueden traducirse en pérdidas millonarias, ya sea por interrupciones de sus servicios o por multas por incumplimiento de la protección de datos.

Discos Western Digital 4 Tb

Frente a este escenario se ha desarrollado todo negocio que apunta a ofrecer servicios de destrucción de discos duros. Algunas compañías como Sims Lifecycle Services ofrecen incluso destrucción “in situ” para evitar que los discos duros puedan extraviarse por el camino, una preocupación real por parte de algunos clientes de estos servicios.

Algunos expertos, no obstante, sostienen que este tipo de prácticas no es la mejor alternativa. Si efectivamente se quieren destruir los datos hay formas digitales de conseguirlo, lo que abre la puerta a la reutilización segura de los dispositivos. Frente a este escenario, Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos IEEE presentó recientemente tres alternativas posibles.

Bajo la premisa de impulsar la economía circular de los soportes de almacenamiento, impulsa varios métodos de borrado seguro de datos (sanitization). Veamos, en líneas generales, cada una de sus propuestas.


Clear

Purge

Destruct

Tipo

Lógico

Lógico y/o físico

Físico

Proceso

Eliminación de datos, formateo

Sobreescritura, borrado en bloque, borrado criptográfico

Fundición o incineración

Permite recuperación de datos

Sí, con software especializado

No, incluso con técnicas avanzadas

No

permite reutilización

No

Desde el IEEE señalan que los métodos de trituración de discos han dejado de ser completamente efectivos. Esto se debe, aseguran, a que las técnicas de laboratorio de última generación brindan la posibilidad de extraer datos incluso de pequeños fragmentos de 2 milímetros del plato de un disco duro. La destrucción solo debe usarse después de aplicar otros métodos, sugieren.

Si bien se presentan tres alternativas, desde el instituto destacan que la más importante es la purga (purge). Se trata de un método que impide que los datos se recuperen incluso utilizando equipos de última generación. Y, al no destruirse el disco, es posible su reutilización, incluso fuera de la órbita del propietario de origen. Con el tiempo sabremos si estas alternativas consiguen prosperar.

Imágenes: Nick van der Ende | John Cameron | Kina

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