Cuando Acer presentó hace aproximadamente un mes el Iconia A1 quedaba claro cuál era el foco: dirigirse a la gama de entrada. Parece que la mayoría de los fabricantes están abandonando, con algunas excepciones, la gama alta para dirigirse a un sector donde cada vez hay más modelos y es más competitivo.
El otro día, junto al Iconia W3, tuvimos oportunidad de probarlo. Un modelo modesto que busca hacerse un hueco con un precio reducido, aunque parece que al menos en España no llegará el modelo 3G. Hecha la introducción, comencemos.
Buenas especificaciones con apariencia discreta
Acostumbrados al formato 16:9, Acer apuesta esta vez por unas proporciones más cuadradas. Una decisión, posiblemente, motivada por el diseño de sus competidores como el iPad Mini. Al caso, en mano cae bien pero cae en lo mismo que otros modelos de precio similar.
Es algo pesado y grueso. Detalles que se le perdonan si tenemos en cuenta el precio de entrada pero que denotan también dónde ha trabajado menos, o más según se mire, para ajustar el precio del terminal y es que a veces estos detalles no son especialmente importantes en la gama de entrada.
De todos modos, en mano cae bien y aunque se antoja un poco pesado tampoco parece un gran problema. Es cómodo de utilizar y no hay muchos problemas en usarlo con una o dos manos. El tacto es agradable y la funda que viene como accesorio es bastante resultona.
En la pantalla vemos uno de los detalles que menos nos ha convencido: la resolución. Sus 1024x768 píxeles son algo escasos y el cristal frontal da muchos reflejos si nos salimos del ángulo recto. Cumple, teniendo en cuenta el precio, pero quizá Acer podía haberse estirado un poco más en este apartado. Suficiente, pero algo corta.
Mientras probábamos el Iconia A1, gente de la marca nos comentaba que una de las principales quejas de los usuarios con los tablets de Acer era el procesador. En este modelo no han querido escatimar potencia y los cuatro núcleos a 1,2GHz y 1GB de RAM son más que suficientes para mover el sistema sin problema.
Acer además no ha querido ser demasiado intrusiva con el software y apenas nos encontramos detalles de personalización: widgets y una función de desbloqueo con cuatro dedos para desbloquear sin pulsar ningún botón. Lo que no parece muy claro es si el hecho de llevar poca personalización se traducirá en actualizaciones cada poco tiempo.
La primera impresión con el Iconia A1 ha sido positiva. Sin embargo, quitando el formato de la pantalla, no cuenta con muchos elementos que le den carisma y le distingan de otros modelos que compiten en una gama de precios similares. Ofrece un buen procesador, sí, pero necesita un gancho que a mucha gente que quiere un tablet y no sabe por dónde empezar le llame la atención.
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