Cuando un paciente decide hacerse una reconstrucción o simplemente quiere someterse a un procedimiento quirúrgico, lo más habitual es que se le muestren las opciones y los potenciales resultados sobre papel, en un álbum de fotografías, con el fin de informarle y que éste decida qué quiere hacer. ¿Y si pudiera enseñársele algo mucho más real que todo eso? En MirrorMe3D creen que la impresión 3D tiene la respuesta.
¿Qué hacen ellos concretamente? Primero escanean en tres dimensiones la cara o la zona a operar (pueden ser también los pechos) y realizan las modificaciones sobre dicho modelo. Posteriormente, utilizan una impresora 3D para imprimir los resultados y de esta forma los pacientes puedan verlos en relieve y en tamaño real.
¿Qué puedes comprar entonces? Si lo deseas, puedes hacerte con una mini versión de tu cara por 60 dólares. Si quieres tu rostro en tamaño real, eso te costará un poco más: hasta 300 dólares. ¿Y si te vas a operar la nariz y sólo te interesa esa zona? También puedes imprimir "fragmentos" de tu rostro. Lo mismo con otras partes del cuerpo: por 60 dólares puedes ver cómo será el resultado final incluso antes de operarte con una réplica de tus futuros pechos.
Carrie Stern, responsable de la compañía y cirujana plástica, asegura que el ver los cambios y el poder tocarlos es algo que ayuda a los pacientes a entender cómo será la cirugía y qué cambios sufrirán sus cuerpos: "a los pacientes no se les da bien el entender las simulaciones en 3D en la pantalla de un ordenador".
Enlace | MirrorMe3D
Vía | QZ
En Xataka | Éstas son las tecnologías de impresión 3D que hay sobre la mesa y lo que puedes esperar de ellas
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