La fundación creada por Bill Gates y su exesposa Melinda French ha sido la principal beneficiaria de la voluntad filantrópica de Warren Buffett desde que, en 2006, el veterano inversor decidiera destinar gran parte de su inmensa fortuna en ayudar a los demás.
Sin embargo, la evolución de la Fundación Gates y el comportamiento de su amigo de toda la vida Bill Gates en algunos asuntos, no parecen haber sido del agrado del nonagenario millonario, que ha rebajado su nivel de confianza en la entidad filantrópica de Gates.
Warren Buffett y la Fundación Gates. Haciendo gala del pragmatismo que le ha llevado a ser la sexta mayor fortuna del mundo, según de Forbes, Warren Buffett, concluyó en 2006 que no iba a ser capaz de gestionar por sí solo todo el dinero que planeaba donar. Encargaría el trabajo de donar su fortuna a quien más lo necesite a la fundación de su amigo Bill Gates.
Con su fundador al frente a tiempo completo, la Fundación Gates se ha convertido en la entidad filantrópica con mayor capacidad de financiación filantrópica del mundo y un actor con mucha influencia en políticas de salud, educación y alimentación a nivel global.
El nuevo “grifo” de Buffett para la Fundación. En 2023, la fundación donó casi 8.300 millones de dólares, superando a cualquier otra organización sin fines de lucro en todo el mundo. Tal y como el propio Bill Gates reconoció en una entrada de su página personal, gran parte de estos logros se deben a los 43.000 millones de dólares que Buffett ha aportado desde 2006, aportando un flujo constante de miles de millones cada año.
Tal y como relata el periodista nominado al Pullitzer Tim Schwab en su libro ‘El problema de Bill Gates’, la promesa de Buffett incluyó la donación de acciones de clase B de su empresa Berkshire Hathaway a lo largo de su vida, bajo tres condiciones clave:
- Los fondos debían gastarse dentro del año en que se recibieran, descontando el 5% de los activos que las fundaciones deben donar por ley.
- Alguien de la familia Gates debía seguir activo al frente de la fundación.
- Las donaciones tenían que ser contabilizadas como contribuciones de caridad, que fiscalmente se gravan de forma diferente a los regalos y donaciones.
Estas condiciones garantizaban a Buffett que el dinero no sería acumulado por la fundación y se repartiría rápidamente y con un alto nivel de responsabilidad. Sin embargo, tal y como destacan en Fortune, la inyección de credibilidad a la Fundación Gates que proporcionó el apoyo de Buffett fue incluso más importante que su dinero.
Buffett confiaba en Melinda. Pese a la larga relación de amistad y colaboración entre Buffett y Gates, la relación se ha deteriorado en los últimos años, tal y como revela un reciente artículo de The New York Times. En este se revela que Warren Buffett se habría distanciado de Gates a raíz de su divorcio de Melinda Gates, y se ha agravado todavía más tras su apresurada salida de la dirección de la Fundación Gates.
El millonario inversor ha escenificado su incomodidad con la nueva situación de la Fundación reduciendo sus donaciones a la fundación y asegurando a The Wall Street Journal que las donaciones a la Fundación Gates se cancelarán tras su muerte y el reto de su fortuna irá destina a una fundación creada por sus hijos.
Ya no es la misma Fundación Gates. Tim Schwab apuntaba en su libro sobre la Fundación Gates, la llegada de las enormes cantidades de dinero de Warren Buffett hizo saltar todas las alarmas en fundación. Tal y como se escenificaba en la película de 1985 ‘El gran Despilfarro’ protagonizada por Richard Prior, tener que gastar demasiado dinero en muy poco tiempo puede ser muy complicado.
“De repente, la fundación tenía que hacer un gasto enorme [tenía que donarlo en el mismo año que lo recibía] sin contar con los suficientes acólitos de confianza para absorber esas ingentes sumas de dinero”, asegura Schwab en su último libro.
La solución que encontraron en la Fundación fue crear un instrumento llamado “financiación anticipada” con el que la Fundación Gates creó nuevas entidades a las que asignar los fondos, bombeando rápidamente al exterior grandes cantidades de dinero sin tener que asignarle un destino concreto. No era más que un aparcamiento temporal. Algo que no gustó a Buffett.
Buffett ya no se fía de la Fundación Gates. Esta aparente ruptura está relacionada con la percepción de Buffett de que la fundación se ha vuelto complaciente, con costos operativos inflados y una actitud demasiado reacia al riesgo en sus donaciones.
Buffett, dejó la junta directiva de la fundación en 2021 y con él se llevó parte de su financiación filantrópica a proyectos personales que gestionaría desde organizaciones controladas por su familia, como aseguraba The Wall Street Journal.
El futuro de la Fundación Gates sin Buffett. A pesar de estas tensiones entre ambos millonarios, la fundación sigue siendo una de las más ricas e influyentes del mundo. En su última auditoria declaraba activos de 77.000 millones de dólares en comparación con los 17.000 millones de la Fundación Ford, otro gigante de la filantropía.
Sin embargo, los altos salarios, los generosos beneficios y los frecuentes viajes del personal de la fundación han sido objeto de críticas que acusan a la fundación de haberse convertido en un agujero negro de burocracia que consume gran parte de los fondos que no llegan a los proyectos finales.
Con el apoyo de Warren Buffett o sin él, la Fundación Gates tiene fecha de caducidad. Su actual CEO Mark Suzman aseguraba en una carta que la entidad se extinguiría 20 años después de la muerte de sus dos titulares.
En Xataka | La mina de dólares de Bill Gates: cómo ha logrado aumentar su fortuna durante más de veinte años seguidos
Imagen | Wikimedia Commons (Jennifer Jacquemart), Flickr (Fortune Live Media)
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