Hoy se entregan los Goya, ese intento del cine español de tener nuestros propios Oscar. Como en prácticamente, las comparaciones son odiosas, algo que 'La isla mínima', la gran favorita de este año, ha tenido que soportar desde antes incluso de su estreno, ya que rápidamente se le asignó la etiqueta de ser una especie de versión española de 'True Detective'. Una moda hasta cierto punto comprensible, pero la cosa cambia si recordamos que la película de Alberto Rodríguez finalizó su rodaje un mes antes del estreno de la aclamada serie de HBO.
El propio director no ha tenido problemas en señalar cuáles fueron algunos de sus principales referentes, pero, obviamente, 'True Detective' no fue uno de ellos. Sin embargo, las similitudes entre ambas obras son bastante numerosas, pero aún lo son más los elementos que las distancian y evidencian la personalidad propia de las dos. Pasemos a ver cuáles son esos parecidos tan comentados y también las notables diferencias entre ambas propuestas.
Los parecidos más superficiales
Si os digo que dos policías con personalidades contrapuestas investigan un misterioso y sádico crimen en una zona deprimida de su país y en la que da la sensación de que sus habitantes callan más de lo que dicen, ¿de cuál de las dos obras estaría hablándoos? Es tan evidente que 'True Detective' y 'La isla mínima' comparten la misma premisa que utilizarlo como argumento a favor de su similitud se ha convertido en un tópico manoseado y poco fiable, pues hay infinidad de obras de ficción que también se ajustan a ella haciendo retoques mínimos o incluso sin ellos.
De hecho, ese superficial parecido se viene abajo a poco que nos fijemos en la relación de los dos policías, ya que uno de los ejes dramáticos de 'True Detective' es el progresivo deterioro de la confianza que les une, mientras que 'La isla mínima' parte de una relación fría entre ellas que sirve como eco a los intentos de la película de reflejar las dos mentalidades dominantes en España por aquel entonces. En cambio, la situación temporal de la serie creada por Nic Pizzolatto acaba siendo mucho más anecdótica que la de la cinta española.
Por último, conviene tener en cuenta las ideas previas del espectador respecto al dúo protagonista, porque tanto Matthew McConaughey y Woody Harrelson como Javier Gutiérrez y Raúl Arévalo son elecciones que llaman la atención del público por lo inesperado que resulta. Eso sí el choque de personalidades no podría ser más diferente, ya que en 'True Detective' se basa en temas personales y en 'La isla mínima' es la ideología lo que realmente les separa. Por no decir que, obviando su final para no entrar en spoilers, en la serie su relación va de más a menos y en la película justo al contrario.
Una cuestión de ambientación y género
Hay que conceder que resulta inevitable acordarse de los pantanos de 'True Detective' ya con los planos cenitales utilizados por Rodríguez durante los títulos de crédito, tanto por la contundencia que transmiten al espectador como por la sinuosa y retorcida forma de las marismas andaluzas que sienta las bases de esa tono turbio que desprende la película, pero también el inicio de una efectiva atmósfera opresiva utilizando para ello amplios espacios naturales situados en un pequeño pueblo en el que la mayoría de la gente se conoce, uno de sus principales puntos de contacto con la serie de televisión.
Esos paisajes, cuya fuerza visual se potenciará siempre que sea posible, aislados y su constante asociación con la amenaza que suponen en caso de ser utilizados para el mal vincula también estas dos obras, aunque en el caso de los títulos de crédito se da la curiosidad de que son los únicos planos que no rodó Rodríguez, pues se los confió a Héctor Garrido, un fotógrafo del CSIC que se encarga del conteo de los pájaros que anidan allí, lo cual le hacía poseedor de un conocimiento inmejorable de la zona para reflejar en pantalla el efecto buscado.
Ese aislamiento alienante encuentra otro punto de contacto en la factura visual de 'True Detective' y 'La isla mínima', ya que en ambos casos se apuesta por una fotografía luminosa pero con unos tonos apagados que delatan el origen criminal de sus historias. No obstante, hay pequeñas diferencias a la hora de mostrarlo, ya que la cinta española apuesta por un look más terroso que remarca la mayor importancia del trabajo de campo de los dos policías, mientras que en la obra de HBO se apuesta por una mayor palidez como reflejo de su mayor interés por la psicología de sus protagonistas.
Sin embargo, el resultado inicial para los ojos del espectador es que visualmente se parecen, lo cual se potencia aún más ante las semejanzas entre ciertas escenas, básicamente aquellos en los que los pantanos y las marismas son un personaje tan importante como todos los actores que hay en escena. El problema es que esto resulta algo inevitable desde su mera raíz, pues son escenarios naturales similares utilizados con una finalidad idéntica: Ser el lugar de un terrible crimen donde el asesino de turno sigue libre y podría volver a actuar en cualquier momento.
Eso sí, los días y las noches de 'La isla mínima' y 'True Detective' transmiten las mismas sensaciones, ya que la luz se convierte en un elemento que sobrecarga el trabajo de los policías al dotarlo de un aire pesado que delata las dificultades que van a tener para completar su investigación, algo perfectamente reflejado en su forma en enfocarlo visualmente. En cambio, las noches son mucho más frías, distantes y misteriosas, aunque justo es reconocer que este punto no es algo especialmente novedoso, por lo que, de nuevo, conviene relativizar el parentesco entre ambas obras.
Todo ello se traduce en otros puntos de contacto durante la propia investigación, no tanto resultado de la pertenencia a un mismo género, ya que la serie de HBO potencia sobre todo su lado de drama psicológico en oposición a la apuesta más directa y decidida por el thriller de 'La isla mínima', como por el mero hecho de estar contando los progresos de casos muy parecidos sobre el papel, creando así una previsible asociación entre ambas por el coqueteo ocasional de ambas con el cine negro, algo mucho más presente en 'True Detective'.
La inspiración literaria frente al retrato histórico
Pizzolatto en ningún momento ha ocultado su inspiración literaria a la hora de abordar la historia que se nos contaba en la primera temporada de la serie, basándose para ello tanto en su novela 'Galveston' como, sobre todo, en obras ajenas, mientras que Rodríguez ha recalcado en repetidas ocasiones que se basaba en obras más terrenales, desde fotografías de Atin Aya hasta documentales reflejando las particularidades de España a principios de los años 80. Esto es algo que se refleja en ambas obras, alejándolas en tono y ritmo de forma radical.
En el caso de 'True Detective' se apuesta por un ritmo más reposado en el que por momentos, y no precisamente breves, se llega a dejar de lado la investigación de los crímenes en aras del desarrollo psicológico de los protagonistas y de sus interacciones con otros personajes. Además, Pizzolatto no duda en mostrar su inspiración en libros de filosofía a través de los diálogos, donde tiende a sacrificar la naturalidad por lo simbólico, algo que también se traslada a la propia investigación, mucho más críptica que la de 'La isla mínima'.
Por su parte, Alberto Rodríguez prefiere un ritmo más vivo y que nunca decaiga para atrapar al espectador dentro de una investigación mucho más tradicional y directa. De hecho, hasta esa pequeña desviación del caso que representa la trama liderada por Nerea Barros acaba conectándose con los avances de los dos policías en las muertes de las niñas para que todo avance como un tiro. Tampoco coincide con 'True Detective' en los diálogos, ya que aquí se opta por una marcada sencillez expositiva en la que lo realmente importante es transmitir ese apego dominante de la cinta por lo realista.
Está claro que la ambientación en Luisiana resulta esencial para que 'True Detective' sea lo que es, pero la acción podría haberse trasladado a otro escenario natural similar sin que el resultado final se resintiera demasiado. Eso no sucede en 'La isla mínima', ya que Rodríguez lleva a las últimas consecuencias alguna de sus inspiraciones -como este documental- para que 'La isla mínima' sea una película indiscutiblemente española y situada en un momento histórico que no podría cambiarse, ya que de hacerlo estaríamos ante una obra diferente.
Lo concreto de 'La isla mínima' y lo inconcreto de 'True Detective'
Ese mayor apego de 'La isla mínima' por el lugar y la fecha en la que se ambienta no es más que uno de los detalles que marcan que estamos ante una obra que apuesta por lo concreto. Hay un crimen, se investiga y todo se encamina a su resolución. Rodríguez apuesta entonces por un notable trabajo de síntesis que impide que el metraje se dispare. La principal consecuencia negativa de ello es que no hay el espacio suficiente para ahondar más en los personajes, lo cual puede llegar a dar la errónea sensación de que sean algo esquemáticos.
No obstante, la apuesta por lo inconcreto de 'True Detective' se cobra un importante peaje, ya que una vez se identifica la amenaza tiene que saturar visualmente la propuesta para impedir que el interés decaiga de forma pronunciada, pero aún así se produce un bajón de interés como resultado de ello, sobre todo en su epílogo. En cambio, el hecho de que 'La isla mínima' reserve su secuencia más potente al inevitable enfrentamiento con el asesino resulta más orgánico, como también lo es todo lo que sucede a continuación.
La cuestión es que tanto el punto de partida como de llegada se parecen mucho, pero siguen caminos muy diferentes, dejando así sensaciones enfrentadas en su desenlace. Por un lado, 'La isla mínima' está obsesionada con ir al grano y no dejar nada a la imaginación del espectador, mientras que en 'True Detective' sucede todo lo contrario, por lo que su brusco descenso a la realidad ha de ser maquillado con esa querencia de la serie hacia lo -casi- sobrenatural y el resultado desentona respecto a lo visto con anterioridad.
En definitiva, los parecidos razonables de 'La isla mínima' y 'True Detective' se deben en parte a contar con una premisa similar, siendo el trabajo de ambientación donde esa obsesión por compararlas está más justificada. Sin embargo, la cinta española apuesta por lo concreto y tiene en todo momento los pies en la realidad, siendo imprescindible el hecho de ambientarse a principios de los 80, mientras que la serie de HBO prefiere jugar con elementos más simbólicos para fascinar al espectador más con la idea de lo que podría llegar a ser que de lo que acaba siendo realmente.
Disclaimer, colaboración especial de los compañeros de Blog de cine con motivo de los Goya 2015
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