Repsol avisa a los conductores de diésel: sus beneficios son de récord y no espera reducirlos

Repsol avisa a los conductores de diésel: sus beneficios son de récord y no espera reducirlos
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La Guerra de Ucrania, la huelga francesa de las refinerías, las calefacciones... por uno u otro motivo, los combustibles se han encarecido y nada indica que vayan a volver a bajar a corto plazo. Los más afectados: los conductores de coches diésel. Y, para ellos, Repsol tiene un aviso.

Vaya año. Los precios de los combustibles se han encarecido mucho en 2022. Tanto que el Gobierno comenzó en abril a subvencionar con 20 céntimos/litro la compra de estos bienes, después de que una huelga de transportistas complicara el abastecimiento en algunos puntos del país.

Pese a ello, los combustibles han seguido subiendo e, incluso, han situado sus máximos históricos en 2,152 €/l para la gasolina 95 y 2,106 €/l para el diésel A. Nunca en España hemos pagado tanto por estos combustibles, lo que ha sido clave para disparar la inflación y obligar a las rentas más bajas a eliminar o reducir al mínimo su consumo.

Un cúmulo de sucesos. 2022 no ha sido un buen año para los consumidores de combustibles fósiles. La Guerra de Ucrania ha propiciado un encarecimiento de muchos productos y sacar el mercado ruso de las compras europeas ha sido un factor clave para que esto sucediera.

Esto ha obligado a Europa a buscar proveedores en un mercado que ya estaba lo suficientemente presionado y al que se ha sumado Estados Unidos con su propio veto ruso (aunque sus compras fueran mucho menores). La OPEP ha visto la oportunidad de establecer el precio del crudo en una nueva dimensión y no ha dudado en intervenir. La organización ya apunto en abril que no aumentaría la producción y hace unas semanas confirmó que ésta, además, se rebajaría para seguir manteniendo los precios altos.

El diésel. Si bien es cierto que los combustibles fósiles se han encarecido, el diésel vive en su infierno particular. Hace un año en España, la gasolina se pagaba a 1,505 euros/litro, mientras que por el diésel había que desembolsar 1,381 euros/litro. Hoy la gasolina se paga a 1,776 €/l (a los que hay que quitar 20 céntimos/litro de subvención) pero el diésel se paga a 1,963 €/l.

En la práctica (descontando la subvención), de media un conductor de diésel paga casi 40 céntimos más por litro que hace un año. Es decir, por cada depósito medio de 50 litros está pagando 20 euros más que hace un año. Si la subvención se levantara, el sobrecoste por depósito sería de 30 euros.

¿Por qué? El encarecimiento del diésel ha sido algo que se ha ido fraguando a fuego lento. Europa ya tenía una grandísima dependencia de las compras de diésel a Rusia. Refinar el combustible era caro, costoso y ofrecía un margen de beneficio pequeño. Con la pandemia de coronavirus y el parón en movilidad, la mayor parte de las refinerías europeas se cerraron.

Recuperada la movilidad y con Rusia fuera de juego, Europa se ha visto obligada a plegarse a los precios que le han marcado las refinerías asentadas en el continente. Además, en este contexto se suma la dura huelga francesa en sus refinerías, que está obligando al país a comprar fuera de sus fronteras y está tensionando el mercado aún más.

Y, por si esto no fuera poco, hay otros dos alicientes para pensar que los precios no van a bajar. Algunas industrias están cambiando el gas por el diésel como fuente de energía, asustados por los altos precios de este que, incluso, ha puesto en duda que el Grupo Volkswagen siguiera fabricando en el este de Europa. Sin olvidarnos de que el invierno es la época del año en la que más diésel se consume para calentar edificios de oficinas y comunidades de vecinos, por los que se espera una mayor demanda del mismo.

¿Quién dice qué? Todos estos argumentos son de los que ha avisado Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, hace uno días en unas charlas que han sido recogidas por distintos medios. En ellas llegaba a asegurar que "me parece que hay margen para ver precios más altos en los próximos meses" o que "en caso de continuar con las tensiones geopolíticas actuales en Europa, me temo que la grieta del diésel va a quedar muy abierta".

Las palabras muestran cierta preocupación por el precio pero lo cierto es que las petroleras están siendo las grandes vencedoras de esta crisis. En Bloomberg apuntaban a que el margen de beneficios estaba ya en 26 dólares/barril y en el mismo evento el consejero delegado de Repsol señalaba que no esperaba que éste bajara de 15 dólares/barril en los próximos meses.

Pero es que la situación no es nueva. Repsol ya multiplicó por 15 su margen de ganancia respecto al año pasado. En apenas tres meses, Galp pasó a obtener 13 dólares/barril de margen de beneficios frente a los siete dólares anteriores. Shell, BP y Exxon Mobile también han conseguido cifras récord millonarias o mil millonarias, como recoge El País.

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