Un pueblo de Francia ha logrado reducir la velocidad de sus coches. Sin radares ni semáforos ni badenes

Está demostrado que pintar la carretera es una medida muy simple y efectiva para que los conductores reduzcan la velocidad. En España, Italia o Estados Unidos también se aplica

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"La gente conduce rápido y es complicado conseguir que reduzcan la velocidad y que las señales de tráfico funcionen". Así hablaba Jean-Charles Prono, alcalde de Beuné, un pequeño pueblo cercano a Angers en Francia. La ciudad, harta de que los vehículos no reduzcan la velocidad entre los edificios ha tomado una decisión tan radical como simple y efectiva.

La decisión se tomó a principios del verano pasado, como recogen en los medios franceses. El problema de este pequeño pueblo es que está rodeado de carreteras. Hasta tres travesías tiene en su interior y, además, dos de ellas terminan en un cruce dentro del pueblo. Un peligro para los vecinos, con conductores que sobrepasan repetidamente los límites máximos de velocidad.

En el pueblo no conseguían que los conductores redujeran la velocidad a los, como máximo, 30 km/h que marcan las señales. Cansados de la situación, llenaron el asfalto de líneas que se cruzan entre sí y que no obedecen a ningún orden prestablecido. Las imágenes se pueden ver en la cuenta de Facebook Alerte Info Trafic 49, en la que se recogen diferentes informaciones relacionadas con el tráfico rodado francés.

Una decisión que tiene mucho sentido

Las líneas se han pintado en el cruce de ambas travesías, uno de los espacios donde más problemas encuentran los vecinos. A falta de radares, Beuné tomó la decisión de pintar el suelo. Se trata de "dificultar la lectura del paisaje, es decir, crear acontecimientos que llamen la atención del conductor", aseguraba Prono.

El alcalde explicaba que desecharon la idea de los resaltos porque éstos provocan mucho ruido. Unas líneas en el suelo consiguen un efecto inmediato con una intervención que es muy barata, sencilla y puede revertirse. Los datos y las actuaciones de algunos organismos relacionados con la seguridad del tráfico avalan esta práctica.

Hace tiempo contamos que en Estados Unidos habían tomado la misma decisión. Pintar el asfalto en los cruces estaba permitiendo que los conductores levantaran el pie del acelerador y redujeran las posibilidades de atropello. Un tipo de accidente que está entre los más mortíferos y que en el país se ha disparado en los último años.

Pero no hace falta que busquemos en Francia o Estados Unidos ejemplos similares. Algunos ayuntamientos, como el de Madrid, han optado por pintar el suelo con los conocidos como "dientes de dragón". Estas líneas, que avanzan en continuo zigzag o adoptan la forma de triángulos, se aplican en zonas especialmente sensibles, como la entrada de los colegios.

Pintar líneas en el suelo es una manera rápida y sencilla de poner en alerta al conductor y es más fácil que, inconscientemente, el conductor levante el pie del acelerados. La aplicación, como en este pueblo francés, tiene mucho sentido en una travesía.

Cuando circulamos durante un tiempo más o menos largo a una velocidad alta es más difícil que rebajemos la velocidad por debajo de los límites legales que existen en un pueblo. Esto se debe a que nuestros sentidos nos engañan y nos hacen creer que vamos a una velocidad inferior a la que se muestra en el cuadro de instrumentos de nuestro coche.

Esto mismo señalan desde la DGT y es el motivo principal para que también estén probando con los dientes de dragón en la entrada de algunos pueblos. De nuevo, pintar el asfalto hace creer que circulamos por un carril más estrecho y de forma inconsciente nos mantenemos alerta y reducimos la velocidad a la que circulamos.

Si reconocen en el pueblo francés que la acción es algo puntual y que no pueden multiplicarla por todas las calles de la ciudad. En primer lugar porque allí donde se ha aplicado se trata de vías de un único sentido. En calles o carreteras de ida y vuelta, este tipo de acciones no se pueden realizar.

Incluso el propio alcalde ha reconocido a los medios franceses que utilizar las líneas en el suelo de esta manera puede hacer que las personas de mayor edad se desorienten. Pese a ello, destaca que las primeras reacciones de los conductores habían sido positivas pues se estaba consiguiendo reducir la velocidad de paso de los vehículos.

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Foto | Omar Ram

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