Niu KQi 3 Pro, análisis: el patinete eléctrico que demuestra lo lejos que puede llegar un vehículo de movilidad personal

Niu KQi 3 Pro, análisis: el patinete eléctrico que demuestra lo lejos que puede llegar un vehículo de movilidad personal

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Niu KQi 3 Pro, análisis: el patinete eléctrico que demuestra lo lejos que puede llegar un vehículo de movilidad personal

Durante un mes hemos tenido la oportunidad de probar el nuevo Niu KQi 3 Pro, el patinete eléctrico más ambicioso de Niu, su opción para conquistar el mercado de los patinetes eléctricos pensados más allá del simple divertimento o de los traslados puntuales. El Niu KQi 3 Pro es todo un medio de transporte por derecho propio.

Ficha técnica del Niu KQi 3 Pro

NIU KQI3 PRO

VELOCIDAD

Hasta 25 km/h.

DIMENSIONES Y PESO

1.173 mm de largo, 170 mm de ancho y 540 mm de alto. Plegado: 1.173x504x542mm. Peso: 20,3 kg.

CARGA MÁXIMA

100 kg

AUTONOMÍA

Más de 50 kilómetros.

BATERÍA

465 Wh (48 Voltios) Motor de 350W. 700 W de potencia máxima. Tiempo de carga: 5 horas.

SEGURIDAD

Freno de disco delantero y trasero. Frenada regenerativa. Neumáticos con cámara. Luces delantera y trasera.

CONECTIVIDAD

Aplicación propia de NIU

PRECIO

699 euros.

Niu KQi 3 Pro, todo un medio de transporte

Mi relación con los patinetes eléctricos ha sido corta. Hace años probé el patinete de Seat, un producto de Segway que había sido renombrado con la nueva marca y que, desde luego, no me dejó nada satisfecho como medio de transporte para ir y volver a diario del trabajo, al gimnasio o hacer otros quehaceres diarios. Reconozco que, equivocadamente, llegué a pensar que aquello de los nuevos vehículos de movilidad personal no llegarían a triunfar.

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Hace unos cuatro años de aquello y el tiempo, evidentemente, me ha quitado la razón. Las ciudades se han llenado de este nuevo vehículo de movilidad personal. Y no parece ser una moda pasajera. Durante la primera toma de contacto con este producto y otros modelos hermanos, Niu nos hizo saber que en 2021 se habían vendido 285.000 patinetes eléctricos en nuestro país. Y que en 2022 se esperaban alcanzar las 300.000 unidades vendidas.

Son datos para tener muy en cuenta. Un medio de transporte que se ha popularizado en las grandes ciudades mediante los alquileres compartidos pero que también se ha hecho un hueco en ciudades medianas y pequeñas. De hecho, es aquí donde más sentido puede tener un patinete como este Niu KQi 3 Pro.

Niu KQi 3 Pro, cumpliendo con solvencia

El Niu KQi 3 Pro es, de momento, el patinete eléctrico más ambicioso de la firma. Hasta el lanzamiento y llegada del nuevo Niu KQi 3 Max, esta versión es la más potente y la que mayor autonomía ofrece.

Desde que lo sacamos de la caja nos hacemos a la idea de que el Niu KQi 3 Pro es un producto duro, que no va a defraudar en su construcción, pero que también nos resultará pesado si tenemos que maniobrar con él cada día. Ponerse en marcha es muy sencillo. Apenas hay que desenvolver el producto, fijar cuatro tornillos con una llave allen (que llega con el patinete) e iniciar la primera prueba (si la batería lo permite).

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La primera sensación con el patinete entre las mano es sorprendente. Tiene un motor de 350 W que puede alcanzar picos de 700 W como potencia máxima. Su robustez es llamativa y el cierre delantero, en el plegado, es doble y garantiza una sujeción firme y segura. El manillar es duro y su buena altura (540 mm) garantizan una buena estabilidad. También la base, lo suficientemente ancha para ir tranquilo con una pierna adelantada y la trasera cruzada (no termino de acostumbrarme a apoyar la trasera en el soporte que recubre dicha rueda).

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Su carga máxima es de 100 kg y la potencia instantánea que se entrega garantiza que cualquiera pueda alcanzar rápidamente los 25 km/h de velocidad máxima. De hecho, las primeras veces asombra la inmediatez de la respuesta y puede tirarnos al suelo si, en un despiste, no hemos apoyado todo nuestro peso sobre el patinete. La tracción trasera ahonda en la agilidad del conjunto y mejora el radio de giro del patinete.

La robustez, la mayor base frente a modelos de la competencia e, incluso, otras versiones menos potentes de la propia marca, y sus neumáticos con cámara (en lugar de ruedas sólidas) garantizan un mayor agarre y cierta seguridad a la hora de superar resaltos o baches. Pese a todo, hay que tener en cuenta sus limitaciones y tener claro que un despiste en un patinete eléctrico puede llevarnos al suelo si el obstáculo es lo suficientemente importante.

Dicho esto, el Niu KQi 3 Pro te permite circular con comodidad entre el tráfico e, incluso, salvar con facilidad algunos pequeños bordillos a base de dar un extra de potencia y atreverse con el salto. No es tan cómodo cuando tenemos que subir estas barreras urbanísticas, pues el mayor peso juega en su contra. Tampoco si tenemos que maniobrar con él para dejarlo aparcado en un espacio estrecho o si queremos meterlo en el metro.

De hecho, utilizar este patinete eléctrico como vehículo intermodal en el día a día me parece que es hacer un uso incorrecto del mismo. En una estación de metro puede ser todo un dolor de cabeza si lo trasladamos tanto plegado como sin plegar. Para guardarlo en mi coche, un Fiat Grande Punto, he tenido que abatir los asientos para poder meterlo en el maletero, sin contar los inconvenientes que supone guardar y sacar todos los días del coche un patinete tan pesado.

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A cambio, como decíamos, este mayor peso entrega un extra de seguridad cuando avanzamos por la calzada. También ayudan los neumáticos con cámara, que aportan un extra de amortiguación. E, incluso, se han comportado correctamente en caminos bien arreglados de tierra, como pueden ser pistas forestales o en parques.

Sí es cierto que, en este caso, hay que cuidar mucho el uso que se hace con el acelerador, pues podemos perder cierta tracción en la rueda trasera. Cuando esto sucede, el patinete corta automáticamente la potencia para que no patinemos, lo que puede ser especialmente interesante en una calzada húmeda o en las líneas blancas de los pasos de cebra.

El Niu KQi 3 Pro también se puede configurar en modo E-Save. Se hace de manera sencilla con el botón de encendido. Éste limita la potencia a 15 km/h, lo que puede ser interesante en parques con muchos peatones a nuestro alrededor o si queremos guardar batería. Echo de menos, sin embargo, un tercer modo que entregue la potencia de forma más suave y que sea más sencilla de regular.

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Entiendo que la inmediatez y la asombrosa aceleración del patinete es necesaria cuando queremos meternos en una vía con tráfico, para ponernos cuanto antes a la velocidad del resto de vehículos. Sin embargo, creo que carece de un tercer modo más conservador y comedido en su entrega de potencia. Sería útil poder alcanzar los 25 km/h con mayor suavidad, especialmente cuando hay tráfico denso o queremos circular por un camino sencillo de tierra. La potencia es tal que un mal cálculo puede lanzarnos contra un coche con cierta facilidad.

Sí he detectado a este respecto un muy buen funcionamiento de los frenos. La frenada regenerativa es suficiente para la mayor parte de las situaciones y cuando cogemos el tacto es muy útil para no tener que hacer uso del doble freno de disco. En el caso de que sí lo necesitemos, estos frenos de disco actúan con gran solvencia y me han librado de más de un apuro.

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También he quedado gratamente sorprendido con su motor. Madrid es una ciudad con muchas cuestas y, sin embargo, no he tenido ningún escenario en el que el patinete eléctrico no haya sido capaz de alcanzar los 25 km/h. Tampoco conforme la batería se iba agotando notaba una falta de chispa. Sólo ha mostrado sus flaquezas en una cuesta bastante empinada (superior al 7% de inclinación) y arrancando desde parado al inicio de la misma. Pese a todo, conseguía alcanzar unos 18 km/h, lo que no está nada mal.

Sí me ha provocado cierta confusión su velocidad de crucero. Su activación me ha resultado esquiva en ocasiones y no he terminado de entenderla. La idea es que pasado un tiempo de circular con el acelerador presionado a fondo, el patinete eléctrico emite un suave pitido y se mantiene a la velocidad máxima hasta que activamos los frenos. Sin embargo, no he podido encontrar un patrón que me indicara cuánto tiempo tenía que pasar. En el mismo trayecto ha habido ocasiones en los que se me ha activado este modo tres o cuatro veces y otras en las que ha brillado por su ausencia.

Por último, destacar que el patinete viene bien armado de reflectores catadióptricos pero, además, cuenta con una luz trasera roja y una delantera blanca que se encienden por defecto. Además, esta última se puede aumentar su haz de luz con mayor intensidad, activándose en la pantalla un aviso similar al de la luz de cruce de los coches. Niu también cuenta con un casco (obligatorio en los VMP) que incluye una luz roja en su parte trasera para facilitar al resto de vehículos nuestra posición.

Niu KQi 3 Pro, conectividad sencilla pero un poco corta

El patinete eléctrico de Niu también se puede integrar en la propia aplicación que la marca tiene disponible para sus productos. Es decir, si contamos con varios de ellos podemos gestionar los datos recopilados desde el mismo espacio.

El emparejamiento con el patinete eléctrico fue muy sencillo y apenas tardé unos pocos segundos en tenerlo activo. Sin embargo, después de varios trayectos, quise recuperar los datos recopilados y, lamentablemente, comprobé que hay que emparejar el vehículo cada vez que éste se pone en marcha si queremos tener un registro de los caminos que hemos ido haciendo.

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Es una tarea sencilla, basta con entrar en la aplicación y apenas esperamos unos segundos antes de que suene un pitido y el icono de Bluetooth quede fijo en la pantalla, pero sería mejor que el patinete se conectara automáticamente al teléfono móvil cada vez que queremos iniciar un viaje. Una vez registrado el trayecto, podemos ver el tiempo que hemos tardado, la distancia recorrida y el gasto que hemos hecho en la batería. Sin embargo, en mi caso no se muestra la velocidad media recorrida. Lo que sí podemos hacer es configurar el teléfono como velocímetro.

Los registros de nuestros trayectos dan cuenta del buen comportamiento de la batería. En trayectos idénticos, el gasto ha sido prácticamente el mismo. Eso sí, Niu promete una autonomía superior a 50 kilómetros. No dudamos de que con el modo E-Save podamos hablar de estas cifras, pero entregando toda su potencia y circulando a la velocidad máxima siempre que hemos podido, la autonomía es de unos 40 kilómetros.

Pero, además de su batería y el control de los kilómetros, con la aplicación de Niu también se puede configurar el nivel de la frenada regenerativa o la velocidad máxima a la que podemos circular. Ésta puede configurarse para alcanzar los 32 km/h, sin embargo hay que tener en cuenta que en España no está permitido moverse con un VMP por encima de los 25 km/h. Por último, también es posible configurar una alarma para el patinete y que sólo podamos desbloquearlo haciendo uso de la aplicación.

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La pantalla es, probablemente, de lo mejor que tiene este Niu KQi 3 Pro. Es brillante y los dígitos se pueden visualizar sin problemas a plena luz del día y con las gafas de sol puestas. Ofrece la información de forma sencilla y sin entrar en complicaciones, justo lo que pedimos cuando estamos moviéndonos por la ciudad en un patinete eléctrico. De un solo vistazo comprobamos si la aplicación está enlazada, si llevamos puesta la luz delantera o la velocidad a la que circulamos.

Echamos de menos, sin embargo, una mayor profundidad en los datos recabados, con mapas, la velocidad a la que hemos circulado en cada momento o una mayor profundidad en el gasto de energía. Son pequeños detalles que podrían interesar a los amantes de los datos o a quien busca el trayecto más rápido (que no tiene que ser el más corto) o aquel en el que hace un menor gasto de batería.

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La opinión de Xataka

El Niu KQi 3 Pro es un patinete eléctrico al que se le pueden poner muy pocas pegas. Es cierto que echamos de menos una conexión Bluetooth automática o una mayor profundidad en la aplicación a la hora de mostrar los datos. Pero, lo cierto es que tenemos a mano toda la información básica y la configuración de los pocos parámetros que podemos tocar es muy sencilla de manejar.

A cambio, quien busque un patinete eléctrico para hacer recorridos relativamente largos (entre veinte minutos y media hora o entre seis y ocho kilómetros) tiene en el Niu KQi 3 Pro una garantía de éxito. El producto, en marcha, es realmente redondo y quienes no tienen problemas con los inconvenientes propios de un patinete (menor estabilidad que una bicicleta o mayor peligro ante resaltos y baches) es una opción muy recomendable.

Se mueve con soltura entre el tráfico, no desfallece cuando la batería cae a mínimos, garantiza 40 kilómetros de autonomía en una ciudad con cuestas y es lo suficientemente robusto y estable para que cualquier persona se sienta segura encima de él. Para quienes buscan un medio de transporte con el que ir a trabajar o moverse a diario, este Niu KQi 3 Pro puede ser una solución más que interesante.

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