Nissan ha presentado esta semana un prototipo de vehículo eléctrico pequeño y deportivo que ha atrapado las miradas. Con una imagen muy radical y primo hermano del futuro Renault 5, los nipones estaban allanando el terreno para dar la noticia más importante: Nissan sólo presentará modelos completamente eléctricos en Europa a partir de ahora. Y en 2030 sólo venderá este tipo de tecnología en nuestro continente.
El mensaje es similar al que Opel anunció este mismo mes durante el IAA Mobility de Múnich. En aquella ocasión, los germanos señalaron que, a partir de 2025, todos los coches que presenten serán completamente eléctricos. Un paso importante en la electrificación de la marca y del grupo, pues Stellantis utilizará a Opel de avanzadilla en el terreno del "sólo eléctrico".
Nissan, sin embargo, ha confirmado que sólo presentará modelos completamente eléctricos a partir de ahora en Europa. En su envoltorio, la noticia parece todavía más importante que la de Opel pero, si atendemos a su contenido, parece un paso de lo más lógico.
Nissan, sólo eléctricos en las novedades
La noticia de presentar sólo modelos eléctricos para nuestro continente y vender sólo modelos eléctricos a partir de 2030 puede parecer ilógico, ahora que Reino Unido aplazará la prohibición de vender vehículos con motores de combustión a 2035 y cuando Europa se encamina a una Euro 7 suavizada.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que Europa ha dejado de ser un mercado prioritario para Nissan hace mucho tiempo. En 2022, Nissan vendió en Europa 237.650 automóviles, un 5% menos que el año anterior, según Jato Dynamics (17ª marca más vendida en Europa). Si sumamos los vehículos comerciales, colocó 286.225 matriculaciones. Muy lejos de las 372.337 unidades de 2021, con una caída del 23,1%.
Estos últimos datos contrastan con las cifras registradas en China y Norteamérica, donde rondaron el millón de matriculaciones. En global, según los propios datos de la compañía, Nissan colocó en el mundo un total de 3.225.549 unidades. Un cifra muy alejada de las poco más de 4 millones de matriculaciones en todo el mundo en 2021 pero que deja claro cuál es el papel de Europa en sus ventas.
A las cifras hay que sumar el planteamiento que Nissan tiene respecto a nuestro continente. En 2020, en su acuerdo con Renault, ya llegaron a la conclusión que Norteamérica y China eran los mercados donde Nissan podía conseguir un mayor volumen de ventas. Los esfuerzos para Europa iban a ser mínimos. Tanto que en el continente nos hemos quedado sin vehículos de nicho porque las normativas europeas de emisiones castigaban mucho las pocas ventas de coches como el Nissan GTR, que se ha despedido recientemente, o el precioso Nissan Z que ni veremos en Europa.
Aunque la normativa Euro 7 parece que no será tan dura como se esperaba, adaptarse a los nuevos límites de emisiones provocará que los fabricante tengan que seguir haciendo importantes esfuerzos en inversiones de investigación y desarrollo. Esto último ha sido una constante fricción en la alianza de Renault y Nissan.
El debate interno se ha saldado con algunos cambios importantes. Renault y Nissan tienen ahora una mayor libertad para negociar, lo que ha terminado por impulsar el acuerdo de los franceses con Geely (conglomerado chino dueño de Volvo) para sacar adelante Horse, una empresa específica para el desarrollo de motores de combustión.
Nissan, por su parte, ha invertido 600 millones de euros en Ampere, pensada para impulsar los vehículos eléctricos de Renault. Es decir, se continúa la alianza entre ambos socios pero las sinergias estarán siempre más cerca de los vehículos eléctricos que los de combustión.
Con esta fotografía general, Nissan tenía tres opciones. La primera pasaba por seguir lanzando modelos de combustión en Europa, adaptándose a las nuevas reglas del juego, que impulsan el mercado hacia el coche eléctrico a medio plazo, y, por tanto, dejándose dinero en un mercado al que le sacan poco rendimiento.
La segunda vía era llegar a un acuerdo con Renault para lanzar en Europa modelos remarcados de los franceses, como éstos están haciendo con Mitsubishi, quienes han presentado un Mitsubishi ASX que, en realidad, es un Renault Captur. Una decisión de muy bajo coste económico en inversiones pero que puede devaluar la imagen de marcaa.
O, el tercer camino por el que han optado, aprovechar los vehículos de combustión que ya tienen en el mercado, alargando su vida comercial hasta 2030 y lanzando vehículos exclusivamente eléctricos a partir de ahora. Serán coches que, por su relación con Renault y Ampere, podrán mantener en unos costes de producción asumibles al tiempo que se lanzan de lleno al coche eléctrico en un mercado donde no tienen tanto que perder.
De hecho, el nuevo Nissan Micra completamente eléctrico saldrá de la misma planta de Renault en Douai, Francia, donde se ensamblará el nuevo Renault 5. En los próximos años, los nipones quieren tener en el mercado 19 modelos completamente eléctricos. La fecha límite para estos planes es 2030.
Y todo ello les permite, además, volver a impulsar su imagen de marca en la que se relaciona a Nissan con el coche eléctrico. Un movimiento que relanza el mensaje de que la firma va un paso por delante con esta tecnología, como ya hicieron tantos años con el Nissan Leaf, uno de los pocos coches eléctricos en el mercado en esos momentos.
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Foto | Nissan
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