Canadá construyó una autopista de 18 carriles con la esperanza de aliviar el tráfico. Se atasca todos los días

  • Quieren dejar al impactante túnel de Lærdal como una obra menor y el mejor argumento de los políticos canadienses es que son expertos en túneles

  • La oposición duda de que más carreteras consigan descongestionar la vía principal y que sólo será un gasto tonto de dinero público

Ontario autopista 18 carriles
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Estados Unidos no es un país para peatones, sino para coches. Las ciudades están pensadas para los coches y vemos aceras cortadas por autovías, los numerosos espacios en los que predominan las cadenas de comida rápida para aparcar el coche, comprar lo que sea y volver al vehículo y el take-away en el coche es de lo más habitual. Ese cochismo se ha llevado a extremos en los que los norteamericanos entrenan antes de visitar Europa. Y, evidentemente, tanto coche en la carretera implica atascos colosales.

Famoso es el caso de las autopistas de Los Ángeles que cada Acción de Gracias y cada Navidad se pone hasta los topes, pero por toda Norteamérica hay casos así. Y un ejemplo es otra apabullante autopista en Ontario que tiene 18 carriles y en la que se forman colas kilométricas. ¿Su solución? Más carreteras, pero ahora… bajo tierra.

La Highway 401. Aunque ejemplos hay a montones, uno que llama la atención es el de la Highway 401. Esta autopista es una auténtica barbaridad en todos los sentidos. Cuenta con una longitud de 828 kilómetros y va desde Windsor (la ciudad canadiense que está frente a la estadounidense Detroit) hasta casi Montreal. Pasa por ciudades tan importantes como Toronto y muy cerca de Ottawa —la capital— y es la autopista más transitada de América del Norte.

Colapso. Tiene secciones que son esenciales en la vida laboral y comercial tanto de los canadienses como de los estadounidenses y su promedio de casi medio millón de vehículos diarios en algunas de sus secciones hacen que sea más transitada que la famosa autopista Santa Mónica a la que nos referimos anteriormente. De hecho, no es aventurarse demasiado si decimos que es la columna vertical canadiense.

En uno de sus puntos, en Toronto, la autopista se extiende a 18 carriles. Se dice pronto, pero como se puede apreciar en la imagen que corona el artículo, 18 carriles son muchos, muchísimos carriles. Aun así, hay tramos que diariamente están colapsados y, aunque se han ido realizando ampliaciones —precisamente en el área metropolitana de Toronto— o se ha ampliado el límite de velocidad para solucionar la situación, no han dado con la tecla.

Ontario 2 El punto más ancho
Highway 401 East Of Highway 400 1 Otro tramo de menos carriles

¿La solución? Hay tramos en los que hay obras proyectadas, pero desde el gobierno se ha propuesto algo mejor que ampliar aún más la carretera: más carretera, pero subterránea. Esa es la posibilidad que el primer ministro de Ontario, Doug Ford, ha puesto sobre la mesa recientemente. La idea es crear un túnel para conductores y transporte público bajo la misma autopista, algo que reducirá los atascos, según Ford:

"Este túnel y esta autopista reducirán los atascos, apoyarán el crecimiento económico y ayudarán a que la gente se desplace más rápido", apunta el primer ministro, quien también afirma que se está realizando un estudio de viabilidad que será clave para determinar la longitud, todo basado en el dinero. "Si me dicen que 30 kilómetros cuestan x, 40 kilómetros cuestan y, y 70 o 60 kilómetros es otra cantidad, analicémoslo, pero vamos a hacer el trabajo. Recuerda mis palabras", afirma rotundo.

Tuneladora a tus túneles. Lo cierto es que las palabras de Ford son curiosas. "Una vez tengamos el estudio de viabilidad, lo llevaremos a cabo. Siempre he creído que nunca hay que sacar las tuneladoras del suelo, sino que hay que seguir haciendo túneles", comenta el político, que aprovechó los micrófonos para atacar a una oposición que, según él, quiere derribar sus planes de transporte.

Si el túnel se realiza, lo más probable es que termine contando con 55 kilómetros, siendo uno de los más largos del mundo y con conexiones con otras vías principales del tramo entre Mississauga y Scarborough y sería de acceso público -sin peaje-. Además, Ford ha comentado que será transparente con los costos, pero hay quien ya ha aprovechado para recordarque no lo ha sido con otros de sus proyectos.

Críticas feroces. "Sé que es una idea ambiciosa y que algunas personas dirán que no se puede llevar a cabo o que ni siquiera deberíamos intentar, pero son las mismas personas que se oponen a todos los proyectos... A todas las propuestas para sacar a la gente del estancamiento y hacer que nuestra provincia avance, dicen que no", comenta Ford. Sin embargo, desde la oposición comentan que tienen poca fe en este túnel, calificándolo como "un túnel de cuento de hadas" y como algo que costará miles de millones de dólares a los contribuyentes.

Pusieron como ejemplo el ‘El Gran Túnel’ de Boston, que tardó 25 años en completarse, sufrió varios retrasos, sobrecostes y se convirtió en el proyecto de carreteras más caro de Estados Unidos. Cuando la prensa comentó esto con Ford, el primer ministro se limitó a decir que "eso no va a pasar aquí. Somos expertos en hacer túneles".

¿Funciona? Veremos si este megaproyecto de túnel se termina llevando a cabo, pero que las autoridades se empeñen en hacer más carreteras o en ampliar las existentes con más y más carriles es algo que ya está provocando reacciones en la población norteamericana. Los Angeles Times ya cuestionó hace tiempo esa lógica de "si con los carriles actuales hay atascos, éstos se solucionarán añadiendo más".

Es un hecho que hacer más carriles sólo provoca más atascos, pero en el artículo del Times se profundiza en que es un tema complicado. Por un lado, los políticos tienen presiones para hacer algo con el tráfico y, por otro, están las presiones de los sindicatos y empresas constructoras, que mantienen abundantes puestos de trabajo gracias a esos megaproyectos de carreteras.

Al final, es un asunto realmente complicado, pero bueno, como se suele decir, son sus costumbres y hay que respetarlas. Como que cada vez quieran coches más y más grandes, a pesar de que se está demostrando que sí, son buenos para proteger a quien va montado en él, pero muy malos para… todos los demás.

Imagen | Clashmaker, AlbertaScrambler

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