Pensábamos que nos estábamos volviendo locos con las pantallas. BMW cree que son pocas y redobla su apuesta

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Un coche que pretende revolucionar la marca BMW. Un prototipo que adelanta un cambio radical en la experiencia de circular dentro de sus modelos. Adelantado hace unos meses, Olivier Zipse, CEO de BMW, ha sido el encargado de presentar en sociedad el BWM Vision Neue Klasse, un adelanto de las nuevas líneas de diseño por dentro y por fuera de los germanos.

El Neue Klasse debería ser, en definitiva, una nueva era para la marca. Tanto por lenguaje de diseño como por mecánica. Prometen 30% más de autonomía en sus futuros modelos, recargas un 30% más rápidas y una mejora del 25% en la eficiencia global del vehículo.

Con el lanzamiento del modelo definitivo en 2025, y sin confirmación oficial, el BMW Vision Neue Klasse adelanta muchas de las cosas que deberíamos ver en la próxima generación del BMW Serie 3.

Reciclaje, reducir la huella de carbono, sostenibilidad… todos estos conceptos han inundado la presentación del Neue Klasse. Una presentación en la que, como pilar fundamental de BMW, también se ha hablado de emociones, dinamismo y deportividad.

Un centro de experiencias

Si durante la presentación del Mini Cooper se hizo hincapié en presentar el interior del utilitario como una experiencia en sí misma, BMW quiere llevar este concepto a otro nivel. Y, en vivo, el Vision Neue Klasse sorprende.

Por fuera, las formas rectas y limpias lo protagonizan todo. Con un cuerpo con un menor número de nervios y aristas, al BMW Vision Neue Klasse lo dominan dos riñones estrechos pero que se extienden por todo lo ancho del frontal. Llegan enmarcados por una luz blanca que los realzan e integran dos luces en sus extremos. En el espacio trasero también dominan dos grupos ópticos absolutamente protagonistas que juegan con los LED. En el lateral, todas las miradas caen sobre las enormes ruedas con llanta de 21 pulgadas.

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Pero es lo que se deja entrever desde fuera (el coche no ha estado abierto) lo que más llama la atención. Una pantalla central que en cualquier otro modelo debería dominar el habitáculo. Sin embargo, es su Head-Up Display que cubre todo el ancho el que se lleva todas las miradas. Por encima del mismo, en el lado del conductor, un segundo Head-Up Display, este en formato 3D, sólo muestra datos relativos a la conducción.

Desde fuera, siempre hablando desde fuera del vehículo, la nitidez que se adivina en este espacio es total. Si el concepto se replica en un vehículo de calle, tiene todos los ingredientes para convencer a los más escépticos de la utilidad de estos sistemas. El objetivo es repartir por completo la información por todo el habitáculo, intentando que la dedicada a los pasajeros no interfiera con la que espera tener a la vista el conductor.

Aunque nosotros no hemos tenido la oportunidad de sentarnos en el habitáculo y tocar de primera mano el prototipo, la marca sí ha mostrado en directo cómo funciona el Head-Up Display y cómo se ejecuta en plena integración con la pantalla central, eligiendo el pasajero qué se muestra en uno u otro espacio, desplazando las aplicaciones de uno a otro lugar.

Aprovechando la pantalla táctil, las aplicaciones se arrastran como si fueran widgets y se "lanzan" al Head-Up Display desde la pantalla, quedando en el espacio reservado para el copiloto. De esta manera, los servicios se ejecutan en uno u otro espacio.

Img 3572 Desde fuera, la nitidez que se observa en el nuevo Head-Up Display es muy buena
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Para que la pantalla central brille en todas las condiciones, BMW asegura que cuenta con “retroiluminación matricial”, para que los cambios de luz no afecten a la lectura de los datos y los menús. Todas estas pantallas y proyecciones podrán ser controladas desde el volante multifunción con botones táctiles. Una solución que habrá que esperar al modelo final para conocer cómo se implementa pero que, de momento, no nos parece la mejor solución en materia de usabilidad

El objetivo final es que todo componga una experiencia inmersiva y única para cada usuario. La próxima generación del BMW Operating System deberá ser el encargado de coordinar todas estas funciones para alcanzar una “nueva dimensión a la interacción humano-automóvil”, en palabras de la marca. Desde luego, la personalización y la creación de ambientes únicos es algo por lo que BMW lleva apostando en los últimos tiempos, conscientes de que el software será una de las piezas fundamentales del futuro de la automoción.

Juegos en la pantalla, realidad aumentada, sistemas ADAS de ayuda a la conducción, suscripciones o servicios individualizados. Todo esto debería tener cabida de forma ordenada en un habitáculo que recogerá el cambio de paradigma en el mundo del automóvil que estamos viviendo.

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Fotos | Xataka

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