Las primeras cifras y proyecciones para la campaña de vacunación contra el COVID-19 en España dejan poco espacio para ilusionarse con un verano vivido en cierta normalidad. Aunque para entonces la situación sea mejor que la que vivimos en este principio de año, con una incidencia que escala y escala hacia los 1.000 positivos por cada 100.000 habitantes, la inmunidad de grupo todavía no será algo viable, que en el mejor de los casos solo podemos esperar para octubre o noviembre... al menos, y salvo que se produzca algún giro de los acontecimientos.
Y todo eso contando con que el ritmo de la segunda fase, cuando será posible vacunar a mayor velocidad por el cambio logístico que supone el cambio de demográfico, crezca respecto al que tenemos ahora. El objetivo, alcanzar cuanto antes la inmunidad de grupo que nos permita una vida lo más normal posible.
De esto hablamos en el último episodio de Despeja la X, en el que participamos Javier Lacort, redactor de Xataka (@jlacort); y Javier Jiménez, (@dronte), también redactor de Xataka. La producción corre como siempre a cargo de Santi Araújo (@santiaraujo).
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El espejo israelí
Desde muy temprano es Israel el país que más rápido está vacunando. Un mes después de las primeras vacunaciones, casi la mitad de su población ha recibido al menos la primera dosis, un ritmo muy superior al de otros países que destacan en el ranking, como Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido, Estados Unidos o Dinamarca. España, en el puesto 12º, ha superado el millón de vacunas administradas, pero los que han recibido también la segunda dosis y por tanto gozan de inmunidad solo son 173.000, y se empiezan a divisar problemas para cumplir los plazos previstos en las próximas semanas por la falta de nuevas dosis recibidas.
La inmunidad de grupo con el 70% de la población vacunada no implica la erradicación del virus, pero sí una transmisión mucho menor y más controlable por parte del sistema sanitario
El panorama para esas próximas semanas tampoco es el más favorable: la guerra abierta entre la Unión Europea y AstraZeneca por el incumplimiento de la entrega de las dosis acordadas, algo que se anunció el 22 de enero y a lo que se sigue buscando una solución que no demore todavía más la llegada del principio del fin de la pandemia.
Un final que estará marcado por la consecución de una cierta inmunidad de grupo, que si bien se cifra en torno al 70% de la población como la cantidad necesaria, se trata de una cantidad que no erradica el virus, sino que permite que los brotes que se puedan dar para entonces sean controlables y no se vuelva a poner en juego la capacidad hospitalario que colapse el sistema sanitario.
Muchos desafíos logísticos y sanitarios que se unen a la incertidumbre a la que induce la pandemia y a sus desastrosos efectos económicos. Un cóctel para cuya larga resaca esperamos la llegada de esa vacuna que marcará cómo evolucionará este 2021 y cómo viviremos el tiempo que nos queda hasta que el coronavirus solo sea un mal recuerdo.
Cada semana, un nuevo capítulo
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