Tres elecciones generales en tres años: España camina de forma irreversible hacia su "italianización"

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28 de abril. Es la fecha fijada por el gobierno de Pedro Sánchez para la convocatoria de unas nuevas elecciones generales en España. No han pasado ni tres años desde los últimos comicios, en la legislatura más corta de la historia de la democracia... Desde la abierta entre las elecciones de noviembre de 2015 y su repetición electoral en 2016.

Tres elecciones en poco más de tres años.

¿Por qué? La causa inmediata: Sánchez no tiene apoyos suficientes para aprobar sus presupuestos en el Congreso. La aritmética que permitió desalojar a Mariano Rajoy de Moncloa, una empresa de afinidad más sencilla que las líneas maestras de una legislatura, ha naufragado en la negociación presupuestaria.

La clave. Cataluña, una vez más. El PSOE trató de acercar posturas durante los últimos ocho meses. Las negociaciones bilaterales no llegaron a buen puerto cuando, marcando músculo, las fuerzas independentistas exigieron un reconocimiento al derecho de autodeterminación para sostener los presupuestos. El PSOE, tras la polémica del "relator", se negó.

Quién gana. Es inicierto. El PSOE acudirá a las elecciones sobre dos puntos clave: no le han permitido aprobar los "presupuestos más sociales" de la última década; y no ha cedido a las presionies del independentismo. PP y Cs reclamaban elecciones desde prácticamente la moción de censura. Casi todo el mundo parece satisfecho con el desenlace.

Las encuestas no otorgan mayorías claras.

El largo plazo. España se ha italianizado. Las negociaciones de 2016 entre PSOE, Podemos y Cs ofrecieron una pista preliminar. La moción de censura de 2018 certificó el mito de la derecha fuerte. Al igual que en Italia, la voladura del sistema de partidos entre 2011 y 2015 ha dejado un escenario de inestabilidad donde es complejo establecer mayorías firmes sobre proyectos comunes.

La irrupción de Vox y la fragmentación de la derecha podría ahondar en la dinámica.

De fondo, Cataluña. Tanto a izquierda como a derecha, la pata que ha dejado de sostener las alianzas parlamentarias es el independentismo catalán (17 escaños claves en un Congreso dividido). El procés lleva marcando la agenda política española siete años. Ahora con más intensidad que nunca. Otras cuestiones parecen menos importantes.

Todo ello pese a que la independencia de Cataluña es el décimo problema más urgente para el conjunto de los españoles, según el CIS. La cuestión catalana se ha tragado a la política nacional.

Imagen:   Lalo Alvarez/GTRES

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