Durante las fiestas patronales de Barbastro, un pueblo oscense de 17.000 habitantes, un espectáculo taurino ha dejado una escena que se ha hecho viral: un toro ha sido liberado en la plaza cuando había varios cabestros en ellas.
El toro ha empezado a embestirles, dejando a los animales malheridos, para espectáculo del público asistente. En los vídeos viralizados se escucha a varios asistentes, niños y adultos, gritar y llorar.
Al amparo de las leyes
En un momento dado, algunos de los espectadores tratan de llamar la atención del toro, que sigue golpeando y levantando por los aires a los cabestros. Otros asistentes, en las gradas, abandonan la plaza.
La asistencia de menores de edad a este tipo de espectáculos está permitida por el actual Gobierno de Aragón, formado por PP y Vox, tal y como recogió en el BOA del 23 de mayo de este año: "La suelta de reses incluye distintas modalidades de concursos y exhibiciones, así como suelta de reses con la posibilidad de participación de menores de edad, previo cumplimiento de determinadas exigencias [...]".
La Ley de Bienestar Animal, aprobada con los votos de PSOE, Unidas Podemos, Esquerra y Bildu, dejó excluida a la tauromaquia, al igual que otras excepciones como los animales de producción o los utilizados en investigación científica. La tauromaquia está blindada por leyes de patrimonio cultural.
Las críticas no han tardado en llegar. Jorge Pueyo, diputado de Sumar y representante de la Chunta Aragonesista, ha hablado en X: "Lo llaman 'espectáculo taurino infantil'. Las gradas vacías y animales maltratados. Esto es una barbaridad".
PACMA también ha criticado duramente este espectáculo. "Los gritos y llantos son estremecedores. Las imágenes son brutales. Ayuntamiento de Barbastro, ¿cómo podéis permitir esto?".
Según ElDiarioAragón, esta actividad estaba dirigida a los niños, aunque en el programa de fiestas publicado por el ayuntamiento no aparece ningún acto infantil compatible con este suceso. Desde Magnet hemos contactado con el Ayuntamiento de Barbastro, indicándonos que al tratarse de un día festivo no podrían responder hasta el próximo lunes.
Esta polémica se suma a otras tantas acaecidas durante el verano en torno al uso de animales, habitualmente toros y vaquillas, en fiestas patronales. Entre ellas, la del adolescente ingresado en la UCI tras una cogida en Calpe (Alicante), la del toro en llamas durante un festejo en Villastar (Teruel) o la del hombre embestido mientras separaba a dos jóvenes peleándose.
También ha habido cancelaciones sonadas de festejos así, como el de San Clemente (Cuenca), cuando la Asociación contra el Cáncer se desmarcó de un evento taurino benéfico; o la de El Verger (Alicante), cuyo consistorio decidió suprimir la fiesta del 'bou embolat' "en defensa del bienestar animal".
Aunque las corridas van cayendo en interés, perdiendo audiencias, coberturas mediáticas y número de celebraciones, quedando como una afición minoritaria que está lejos de su relevancia anterior, los festejos populares resisten mucho mejor, siendo infranqueables a los reguladores.
Los gobiernos más críticos con la tauromaquia han podido sacar adelante legislaciones, autonómicas o estatales, que tienen en cuenta el bienestar animal, pero solo hasta donde les han dejado las leyes de patrimonio cultural, que preservan este tipo de tradiciones.
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Imagen destacada | Mockuuups Studio, Boris Yue en Unsplash.
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