Todas las etiquetas que nos inventamos para clasificar a chavales normales haciendo cosas normales

Todas las etiquetas que nos inventamos para clasificar a chavales normales haciendo cosas normales
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¿Qué tal, intrépido joven de la segunda década del siglo XXI? ¿Satisfecho con tu rutina, con tu vida, con tus aficiones, con el universo en el que te mueves? Lo estés o no, todo lo que haces tiene un nuevo nombre: muppie. "¿Cómo, que mi vida ya tenía un nombre antes de este?". La pregunta es razonable y justa. La respuesta, simple: sí. Antes que tú, otros miles de jóvenes en la historia también fueron definidos en torno a parámetros vagos e inconclusos. También fueron etiquetados.

Muppie es sólo el último eslabón de una larga cadena que, tras la Segunda Guerra Mundial, ha ido definiendo los hábitos de cada generación. Todos los términos provienen en primera instancia de Estados Unidos, y explican tendencias de consumo, modelos de pensamiento y hábitos sociales que, en realidad, no tienen nada de especial. Relatan generalidades. Y como tales, encuentran su réplica en la sociedad, porque es complicado fallar al decir que los jóvenes de hoy compramos por Internet.

Muppie es sólo el último eslabón de una larga cadena que relata generalidades. Y como tales, encuentran su réplica en la sociedad, porque es complicado fallar al decir que los jóvenes de hoy compramos por Internet

Veamos entonces de dónde partimos y cómo hemos llegado al muppie, o sea, a ti, aunque lo que hagas en tu día a día sea de una normalidad que espanta. Hemos seguido la catalogación más popular de todos los tiempos, realizada por William Strauss y Neil Howe y que abarca a generaciones desde los tiempos del Renacimiento. Pero no llegaremos tan lejos. Empezamos en 1900.

Generación Perdida

La idea de bautizar a generaciones enteras surge durante el periodo de gestación de la sociedad de masas moderna, de la mano de un libro de Ernest Hemingway (inspirado por Gertrude Stein) en el que definía de este modo a un puñado de jóvenes escritores que alcanzaron su madurez en el desangelado, revolucionario mundo posterior a la Primera Guerra Mundial (que vivieron). Al igual que todas las definiciones generacionales, nace y se aplica especialmente bien en Estados Unidos.

Hemingway ¿Tiene Hemingway la culpa de todo?

En esencia, Hemingway sólo puso nombre a un fenómeno presente en la vida diaria de millones de jóvenes nacidos a uno y otro lado del Atlántico: la experiencia de la postguerra, de un mundo que surgía a partir de las cenizas del antiguo orden social y económico y que estaba a punto de experimentar drásticos cambios (progresos y retrocesos) económicos, políticos y sociales. Es decir, la experiencia común de gente común. Pero revestido entonces con tintes poéticos.

Generación Grandiosa

Nace en el periodo de entreguerras y vive la II Guerra Mundial. De nuevo, sólo tiene sentido dentro del contexto cultural y social de Estados Unidos, donde la experiencia bélica entre 1939 y 1945 fue muy diferente a la de sus compañeros de generación europeos. Su nombre lo dice todo: aquella generación cuyo esfuerzo permite a Estados Unidos ganar (muy especialmente) la guerra con Japón en el Pacífico, y de paso con Alemania en Europa. Dada su victoria, es "la más grande".

Generación Silenciosa

La II Guerra Mundial había cambiado el mundo. La incorporación de la mujer al mundo laboral sería de ahora en adelante progresiva, del mismo modo que la extensión de los derechos civiles a casi todas las capas de la población. La Generación Silenciosa, también bautizada como "The Lucky Few", toma su nombre y su idea partiendo de la escasez: la presente a nivel demográfico después de la guerra. Pero también vive de la estabilidad y la boyantía económica, sobre todo en Estados Unidos.

Fue la generación que, en su madurez, durante los años '50 y '60, construye el nuevo orden económico mundial, la clase media, la sociedad de consumo que heredaríamos los demás

Fue la generación que, en su madurez, durante los años '50 y '60, construye el nuevo orden económico mundial, la clase media, la sociedad de consumo, la lucha desde dentro del sistema y no desde fuera. Vivieron bien, dado que fueron pocos y disfrutaron de un periodo de crecimiento económico sin precedentes. De nuevo, nada de esto se aplicaba a la mayoría de países de Europa.

Babyboomers

Hasta aquí, todo más o menos en orden. Antes que tendencias de consumo y estilos de vida, las generaciones definen patrones y contextos históricos. A partir de ahora también lo harán, pero las etiquetas específicas y la definición de modelos de comportamiento ganarán peso. La gran estrella, etiqueta utilizada hasta el abuso, es la de la Generación del Baby Boom: los nacidos entre el final de la II Guerra Mundial y el fin del sueño hippie de los '60. Los hijos de "The Lucky Few".

Babyboomer Natalidad en el siglo XX. En rojo, la generación babyboomer.

Fueron muchos. Crecieron al abrigo de la abundancia y de la buena educación, y fue la última generación en creer en sus sueños (hola, Woodstock). ¿A qué se dedicaban? A ser jóvenes sin mayores especifidades que la de ser jóvenes: escucharon la popularización del Rock y del Pop, se opusieron a la Guerra de Vientam (seguimos en EEUU), fueron más liberales que sus padres, vistieron de un modo un tanto estrafalario. Rebeldes (mayo '68) e idealistas. Los últimos, quizá.

Generación X

La generación que, en España, nace o alcanza la madurez en democracia, en un modelo económico netamente capitalista y cada vez más globalizado. La Generación X es, por tanto, la primera cuyos límites definitorios comienzan a tener sentido dentro de nuestras fronteras. ¿Característica principal? Su desencanto generalizado, en contraposición al sueño hippie ya muerto y aniquilado a principios de los '70. Al contrario que sus padres, es una generación que nace y vive en plena crisis económica.

Generacion X

Y que se hace adulta a finales de los '80 y principios de los '90, en plena postmodernidad, con todo lo que ello implica. La Generación X se subdivide en diversas tribus urbanas, tiene una visión del mundo menos idealista, se aleja de forma consciente de la política, sobrevive en un entorno de constante cambio, modifica de forma sustancial sus preferencias vitales en relación a la de sus padres y, por primera vez desde la II Guerra Mundial, lidia con una perenne crisis y precariedad.

Millennials

El cajón de sastre por antonomasia, el epítome de la definición vaga y poco fidedigna de una generación. Si la Generación X ya trataba de poner orden y homogeneidad allí donde sólo existía un crisol de razas y clases sociales, la Generación Y, popularmente conocida como la Generación Millennial, reduce al absurdo la definición de patrones de comportamiento y hábitos sociales. Porque los disecciona y proyecta en diferentes términos, siempre conectados al márketing.

Si has nacido entre los '80 y los '00, como es mi caso, eres un millennial. Y haces cosas que hace cualquier otro millennial: te comunicas a través de las nuevas tecnologías porque eres un nativo digital, eres más liberal y estás algo más ideologizado que la generación de tus padres, vives de nuevo frente a la precariedad y la crisis (aunque eso varía, y de qué modo, según la clase social) y interaccionas y adoptas gustos y estéticas de otros lugares del mundo. De forma masiva.

Si has nacido entre los '80 y los '00, eres un millennial. Y haces cosas que hace cualquier otro millennial, aunque hasta ahora quizá no te hubieras parado a intelectualizarlo

Ah, tienes bastante mala prensa, has vivido en sus carnes las consecuencias de la mayor crisis económica mundial desde los años '30, la clase media se desintegra debajo de tus pies y eres altamente incomprendido especialmente, dada la revolución digital, por las generaciones previas.

Muppies y la definición del todo

Por supuesto que todos cabemos dentro de esta definición. De modo que, en la cima de la sociedad de consumo contemporánea, es lógico que la etiqueta millennial se haya diversificado. A través de las revistas de tendencias hemos descubierto quiénes eran los hipsters, quiénes eran los twee (!) y, finalmente, quiénes eran (o somos) los muppies. Hay quien ha llevado la idea más allá, generando un nuevo término titulado yuccie: young urban creative.

Yuccie aún no nos ha llegado: aquí el último grito es el muppie, la evolución del hipster, la segunda hornada de jóvenes en su veintena que produce la Generación Millennial. Y que se diferencia de los primeros esencialmente en... nada. El término mezcla "millennial" y "yuppie", y ha sido acuñado por Michelle Miller en su libro The Underwriting. Y sí, es otra tendencia. Porque no existen, sólo son un estrato social imaginado en el libro de Miller.

Millennial Bike La bicicleta, símbolo del millennial porque nunca antes había sido popular.

Y porque sus particularidades no son tales. ¿Qué tienen de especial? Compran por Internet, pasan horas y horas en las redes sociales, han nacido con un smartphone (o con un mando de la Play) en la mano, hablan idiomas (se lleva diciendo de todas las generaciones desde los babyboomers), tienen un master, son viajeros, etcétera, etcétera. Es la definición del todo, y por tanto de la nada, elevado a la categoría de marca y tendencia. Y que, además, sólo se dirige a la clase media y alta.

Lo cual, dicho sea de paso, se puede aplicar a todas las generaciones definidas más arriba. Al final, etiquetar a chavales normales haciendo cosas normales siempre tiene un obvio sesgo de clase. Y lo que es peor, su utilidad es tirando a escasa. Aunque sea una gran herramienta de márketing.

Imagen | Elizabeth Hahn, Tom Woodward, Jason Michael

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