El bacon, las salchichas, la morcilla y todos los tipos de carne procesada han entrado hoy en el grupo 1 de cancerígenos de la Organización Mundial de la Salud: "carcinógenos para el ser humano". El titular es fácil: "El bacon mata". La realidad, no tanto.
Básicamente, lo que dice la OMS es que si tomas 50 gramos al día de "carnes procesadas" -embutidos y demás- tu riesgo de sufrir un cáncer colorrectal aumenta un 18%. Y que la carne roja en general "probablemente" sea cancerígena. La idea es que seamos conscientes de los riesgos. Pero, ¿es posible renunciar a la mayoría de los elementos de la lista de la OMS?
Grupo 1: cancerígenos para el ser humano
Los elementos de esta lista son "cancerígenos para el ser humano. Las condiciones de la exposición conllevan exposiciones carcinógenas para el ser humano". Aquí es donde han entrado el bacon y los embutidos. Y el tabaco. Y el alcohol. De acuerdo, tienen distintos grados de peligrosidad -fumar es mucho más letal que hacer una barbacoa, por ejemplo-, pero en todos los casos está comprobado que aumentan el riesgo de sufrir cáncer.
Adiós cacahuetes. Y frutos secos y cereales en general. Pueden estar contaminados por hongos que producen aflatoxinas, algo que puede matarte de cáncer de hígado y de otras cinco maneras.
No trabajes fabricando aluminio. Ni carborundo. Ni nada en lo que tengas que tratar con amianto, que estuvo presente en la construcción de muchos edificios hasta hace unas décadas. Oh, y evita el serrín y el polvo de la madera: ten cuidado si eres carpintero, leñador, ebanista o montas un mueble de Ikea en tu casa.
Si te ofrecen en Oceanía o ciertos países de Asia nuez de areca, que se masca como si fuese tabaco en el viejo Oeste, diles que no, que tú dices sí a la vida.
Cuidado con los remedios tradicionales: a principios de siglo, la FDA retiró una docena de preparados de hierbitas curativas chinas porque contenían ácido aristolóquico, una sustancia ultracangerígena (que también te daña el riñón para siempre).
Evita el arsénico. Que puede producirse en plantas de carbón o presentarse de forma natural en el suelo. Y pasar de ahí al aire y al agua y a... Nah, no puedes evitar el arsénico. En concentraciones bajas, no puedes saber que está ahí.
α-benzopireno. Está en el humo del tabaco, el del carbón y el de los incendios forestales. También es un subproducto del café tostado, las barbacoas y las carnes y pescados ahumados. Sin embargo, es fácil evitar su mayor incidencia cancerígena: no seas deshollinador en los siglos XVIII-XIX.
No tengas cáncer: varios compuestos del grupo 1, como el clorambucilo o la ciclofosfamida, se emplean para tratar algunos tipos de cáncer... Pero aumentan el riesgo de padecer otros.
No es sólo Volkswagen. Todos los motores diesel emiten compuestos cancerígenos. Predicar con el ejemplo implicaría no tener coche. Vivir en las ciudades también es un gran no, si quieres evitar sus efectos
La minería del carbón, del hierro, de los metales preciosos y de otros cuantos minerales te expone a unos cuantos agentes cancerígenos. Trabajar en las profundidades de la tierra no es una opción.
La luz solar. Suerte con eso. Sobre todo porque su falta puede provocarte todo tipo de problemas de salud.
Al menos 13 cepas del virus del papiloma humano están clasificadas como cancerígenas. Y es una de las enfermedades de transmisión sexual más frecuentes. Sólo hay una manera de estar 100% seguro de no cogerlo o transmitirlo. Que conlleva la extinción de la Humanidad en un siglo o así.
Ser pintor. Un mundo sin pintores. Un mundo de ladrillo visto, suciedad y óxido es lo que necesitamos. No quieres que los pintores mueran de cáncer. No contribuyas a ello.
La contaminación atmosférica. Sólo hay una opción: colonicemos otros planetas. ¡Salgamos al espacio exterior!
La radiación ionizante del espacio exterior.
Las máquinas de rayos UVA. La radiación ultravioleta en general. Ponerse moreno es el fumar del siglo XXI.
Las máquinas de rayos X. "¿Quiere matarme, doctor?", será mi frase el día que tenga fracturas múltiples y hemorragia interna.
El color magenta. Y otros tintes, pero la producción del magenta tiene categoría propia. Ha llegado el momento de arrojar las impresoras de cuatricomía por la ventana y rediseñar todos los pantones.
El polvo del cuero. Afecta a los zapateros. Ha llegado la hora de abandonar el calzado.
El petróleo de esquisto. ¿Fracking? Cáncer.
Grupo 2A: probablemente carcinógeno para los humanos
El grupo 2 es un poco lioso. El apartado A recoge las cosas que casi seguro que influyen, pero todavía falta algo de investigación al respecto o disponemos de datos limitados.
La carne roja. Si yo fuera un pez, cualquiera, ahora mismo tendría mucho miedo.
Acrilamida. Es decir, patatas fritas.
El combustible de biomasa. Por si no ha quedado claro: quemar cosas da cáncer. Volvamos al Paleolítico Inferior y empecemos de cero. Lo hemos hecho todo todo mal.
El mate. A beber té.
Bastantes pesticidas y herbicidas. Fabricar pegamento también influye en el cáncer. Igual que trabajar en cualquier cosa relacionada con el refinado del petróleo.
Ser peluquero. Cada vez que te tiñes el pelo, es probable que estés matando a alguien.
El trabajo a turnos. En general, cualquier trabajo que rompa tu ritmo circadiano de sueño y comidas. Pero los freelancistas que no se preocupen: es bastante posible que su salud no dure hasta llegar al cáncer.
¿Trabajar como exterminador de plagas? Mala idea.
Grupo 2B: posiblemente carcinógeno para los humanos
Y el apartado B recoge los agentes, ocupaciones y elementos que a lo mejor son cancerígenos, pero no hay pruebas suficientes para llegar más allá. Son sospechosos habituales, en el mejor de los casos. Aún así, están incluidos como posibles factores de cáncer.
Internet. Bueno, la wifi y los móviles. Por alguna razón, a pesar de que "los estudios en población humana muestran una asociación débil con leucemia infantil; y una base de datos más amplia de resultados de laboratorio muestran una evidencia inadecuada de asociación con cáncer en animales". Pero sí, venga, los móviles dan cáncer. A tope.
El café. La depresión no es un cancerígeno de por sí, pero hay palabras que al escribirlas te quitan las ganas de vivir. Tres, en concreto: "renunciar al café".
Los coches de gasolina. Y la propia gasolina. De las bicicletas no dicen nada.
Usar talco en el perineo. Esto lo dejamos aquí y cada cual que decida.
Los bomberos. O sea, no son cancerígenos para otras personas, pero ellos pueden sufrirlo por su profesión. Algunas Organizaciones Mundiales de la Salud sólo quieren ver el mundo arder (espera, eso también daba cáncer).
Trabajar en una imprenta. El papel es la muerte (algunos elementos del blanqueamiento del papel también están más arriba del grupo 2B).
La industria textil manufacturera. Aquí los del PACMA nos arrancarán las uñas, pero habrá que volver a vestir con pieles. Aunque no podamos comernos a esos animales.
_
Imágenes
Foto de apertura: Sam Craig
Foto de bombero: Barry Riley