El procedimiento es tan rutinario para millones de personas en todo el mundo que apenas ocupa espacio en la memoria: se abre la bolsa del pan rebanado, se coloca un trozo en el tostador, se calienta y se desayuna felizmente. Es tan familiar y rutinario como el concepto de "rebanada". No importa en qué idioma emitamos la palabra. Todos tenemos en la cabeza la misma imagen. Un trozo de pan de molde más o menos cuadrado, con o sin bordes redondeados. Es una medida áurea, universal.
¿Pero lo es realmente?
Al parecer no. Es lo que han descubierto algunos usuarios de Reddit, en concreto del subforo u/MildlyInteresting, cuando se han topado con otra espantosa realidad: rebanadas de pan cortadas horizontalmente, no verticalmente. Si cogiéramos la barra de pan entera, no la cortaríamos de izquierda a derecha sino... De arriba hacia abajo. El resultado son rebanadas mucho más largas que anchas, dispuestas para dios-sabrá-qué ritual gastronómico de alguna cultura aberrante.
Esa cultura es Québec. Siempre ha habido dos formas de interpretar a la única provincia francófona de América del Norte: o bien como el último faro de europeidad en tierras antaño colonizadas, o bien como la región donde se junta lo peor de América y lo peor de Europa. A juzgar por su extraña relación con las rebanadas de pan, nos decantamos por lo segundo. La imagen que abre el artículo pertenece a un supermercado quebequés, inconfundible por su rotulación tanto en francés como en inglés.
¿Y para qué nadie querría rebanadas tan alargadas, imposibles de encajar en la mayoría de tostadores del mundo? Como se explica aquí, sirven para elaborar uno de los platos más típicos de Québec durante las reuniones familiares: el pain sandwich. Es una especie de pastel salado. Cada rebanada opera como divisora de un ingrediente y otro (jamón, huevo, pollo, lo que sea). La pieza se recubre posteriormente con crema de queso. Al tener forma horizontal, ahora sí, se puede cortar en rodajas verticales para compartir entre todos los comensales.
Un camino revirado para llegar al mismo punto que el resto del mundo.
En otras versiones el pastel en cuestión se baña con una intensa crema de queso amarillo llamada Cheez Whiz, para un resultado francamente más apetecible. Por extraño que resulte, el "pastel de sándwich" fue popular durante un tiempo en Estados Unidos y el resto de Canadá. En ocasiones se preparaba con ingredientes dulces y se recubría de crema de cacahuete o mermelada. Las primeras referencias datan de 1935 y alcanzó su punto culminante de popularidad a mediados de siglo, donde incluso llegó a exportarse a la frontera con México (rebautizado como "sandwichón" y a día de hoy aún presente en muchos recetarios mexicanos).
El pain sandwich es hoy más característico de Québec, y ni siquiera es consumido por todos los habitantes de la región (tiene más predicamento en las zonas rurales).
Lo extraño del plato quebequés reside únicamente en la extraña forma de sus rebanadas de pan, inservibles para casi cualquier otro propósito. Su naturaleza, sin embargo, es bastante frecuente. Acumular rebanadas las unas sobre las otras para producir "bocadillos" a cual más grande y exagerado es una feliz tradición occidental del último medio siglo o más. La cocina anglosajona, siempre tan fina, tiene incluso un nombre para una variante similar al pain sandwich elaborado con rebanadas de pan normales: el dagwood sanwich.
El reto, hacerlo lo más alto posible. Su origen procede de un cómic publicado a mediados de los años '30 donde un personaje era aficionado a sándwiches de múltiples niveles. Aquella idea resultó lo suficientemente sugerente como para que se trasladara a múltiples restaurantes reales.