Perder el estatus de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco es posible. Liverpool lo acaba de descubrir

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Convertirse en Patrimonio de la Humanidad brinda a los sitios históricos acceso a financiación y protección de la ONU para la conservación. Además, claro está, de aparecer en guías turísticas de todo el mundo y tener un buen lugar en el buscador de Google. Liverpool ha disfrutado de esa posición desde 2004, colocándolo junto al Taj Mahal y la Gran Muralla China, como reconocimiento por su papel como una gran potencia comercial durante el imperio británico y la belleza arquitectónica de su costa. Y bueno, durante años ha sido la capital de la música y el fútbol.

La lista de la Unesco está diseñada para reconocer y preservar monumentos, edificios y otros sitios, y los estados miembros están obligados, en la mayor medida posible, a preservarlos. Pues Liverpool no lo ha conseguido. Por eso ha sido despojada de su estatus de Patrimonio Mundial al "amenazar el valor de la ciudad" y su desarrollo.

La humillación. La ciudad de los Beatles y de los Reds ha sido despojada de su codiciado estatus de patrimonio mundial después de que la Unesco les haya culpado por una "pérdida irreversible" del valor histórico de sus muelles victorianos. Básicamente, alegan que el "valor universal excepcional" del paseo marítimo de Liverpool había sido destruido por nuevos edificios, incluido el estadio de fútbol del Everton de €550 millones.

Esta medida es un golpe humillante para la ciudad y le da la ignominiosa distinción de ser solo el tercer lugar en irse de la lista en casi 50 años.

Motivos. La amenaza de ser eliminado ya se cernía sobre Liverpool desde 2012, cuando la Unesco advirtió que el desarrollo había cambiado significativamente el horizonte de la ciudad y estaba destruyendo el valor patrimonial de su costa. La agencia de la ONU explicaba que el desarrollo como el de Liverpool Waters, un proyecto de 5.500 millones de Peel Group para transformar tierras en desuso, había llevado a un "grave deterioro y pérdida irreversible" del valor universal excepcional del área junto con "una pérdida significativa de su autenticidad y integridad".

Dicen que como resultado de estos proyectos la línea de costa se había "deteriorado hasta el punto de perder características" que llevaron a su inclusión en la lista del patrimonio mundial en 2004. La propuesta de construir el nuevo estadio de fútbol del Everton junto al muelle de Bramley-Moore "se suma a la amenaza comprobada de un mayor deterioro y pérdida" de su valor histórico. Y eso que el club de fútbol había acordado invertir hasta 60 millones de euros para "preservar, restaurar y celebrar los activos patrimoniales" de la zona.

Polémica. La decisión ha sido un varapalo para los líderes de la ciudad. Joanne Anderson, la alcaldesa, decía que estaba "enormemente decepcionada y preocupada" y que el consejo consideraría presentar una apelación. Criticaba que había pasado una década desde la última vez que la Unesco visitó la ciudad "para verla con sus propios ojos" y era "incomprensible" que prefiriera ver el muelle de Bramley-Moore como un "páramo abandonado" que como un nuevo y reluciente estadio de fútbol. Algo que atraería a cientos de miles de visitantes.

Steve Rotheram, el mandatario de la zona metropolitana, defendía que "lugares como Liverpool no deberían tener la posibilidad de elegir entre mantener el estatus de patrimonio o la regeneración y generar empleos".

El otro bando. Varios políticos ahondaban en la idea de que aquellos que presionaron a Liverpool para que presentara una oferta por el estatus de patrimonio mundial se habían "reído de todos los edificios" en la ciudad hace 20 años debido al abandono y otros problemas sociales que habían arruinado el área durante décadas. Algunos piensan que esto aceleró un boom de desarrollo que asfixió la vida artística en la ciudad.

Otros casos. No es la primera vez que la organización elimina del panel otros patrimonios, pero sólo dos han perdido su estatus con anterioridad. El primer lugar fue el Santuario del Órice Árabe en Omán, en 2007, por las preocupaciones sobre la caza furtiva y la degradación del hábitat. El segundo, en 2009, fue el Valle del Elba en Dresde, Alemania, tras la construcción del puente de carretera Waldschlosschen sobre el río Elba.

El organismo de la ONU comenzó a compilar su lista de sitios del Patrimonio Mundial en 1972, nombrando 12 inicialmente. En la actualidad, hay más de 1.100 sitios incluidos en 167 Estados miembros.

La realidad. El debate de lo que ha sucedido en Liverpool ahora se centra en el argumento de que los beneficios de ser Patrimonio de la Humanidad nunca se explicaron adecuadamente y que no hubo voluntad política en la ciudad para abordar las preocupaciones de la Unesco hasta hace poco, cuando ya era demasiado tarde.

De hecho, los mismos ciudadanos piensan que los turistas que visitan Pier Head, St George's Plateau o Penny Lane no van porque Liverpool sea un lugar designado como Patrimonio de la Humanidad, y que probablemente ni siquiera se den cuenta de que lo es. Van por los Beatles, el fútbol, ​​la comida y la historia. El debate de la última década se presenta con dos opciones: ¿herencia o progreso? Y en Liverpool deben estar pensando: ¿No podríamos haber tenido ambos?

Imagen: Unsplash

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