La carrera por seguir conquistando territorio espacial sigue avanzando y hoy los ojos están puestos en la India. Si todo sale según lo esperado, esta noche alrededor de las 22:00 (hora española) el módulo de alunizaje tocará suelo lunar convirtiendo al país asiático en el cuarto en llegar a la luna. Con un presupuesto inferior a películas como El Hobbit o Interstellar, la India se quedaría a las puertas del podio espacial demostrando que con presupuestos más ajustados también se puede ir a la luna.
Chandrayaan 2. Este es el nombre con el que ha sido bautizada la segunda misión espacial de la India que, tras enviar en 2008 una nave orbital (Chandrayaan 1), ahora busca tocar superficie lunar para emprender sus propias investigaciones. La idea es que Vikram (el módulo de alunizaje) aterrice en el polo sur del satélite en busca de agua en estado sólido, una hipótesis que barajan varios científicos.
Objetivo. Actualmente, la India está considerada la tercera economía más fuerte de Asia por detrás de China y Japón. Sin embargo la desaceleración que está experimentando junto a otras potencias asiáticas como China, hace que la imagen de fuerte economía en desarrollo se debilite un poco. Por ello y según cuenta el analista indio Arati Jerath a The New York Times "el gobierno está muy focalizado en posicionar a la India como una potencia global, y las misiones espaciales le ayudan a construir esa imagen".
Siguiendo los pasos de China. A principios de 2019, China se convertía en el tercer país por detrás de Estados Unidos en pisar la luna, concretamente su cara más oculta. ¿Objetivo? Analizar la composición del terreno para conocer más acerca de la formación y evolución del satélite terrestre. El ambicioso programa espacial chino no representa tanto un gran paso para el hombre como sí un importante movimiento para la economía china que pretende convertirse en el primer productor de energía solar del espacio, colocando una panel fotovoltaico gigante.
Presupuesto. Chandrayaan 2 ha salido adelante gracias a un presupuesto de 142 millones de dólares, algo que en términos espaciales es casi calderilla si lo comparamos con otras misiones. Para hacernos una idea, la llegada a la luna de Amstrong en 1969 le costó a la NASA la friolera de 23.600 millones de dólares, lo que en términos actuales y teniendo en cuenta la inflación, se sitúa en torno a los 131.750 millones de dólares (105.000 millones de euros aproximadamente). Si Estados Unidos quisiese volver hoy a la luna, el precio de la misión rondaría los 83.400 millones de euros.
Otras comparativas. Neymar le costó al Paris Saint Germain 222 millones de euros hace tan solo dos años, el presupuesto de películas como Piratas del Caribe o Interstellar se fijó en 300 y 185 millones de euros respectivamente. El precio de la misión india no solo palidece en comparación con las cifras desmesuradas de la NASA, sino que saca los colores al modelo capitalista occidental que incluso llega a duplicar el presupuesto de una investigación científica como esta para rodar una película.