Llegan los primeros vencimientos de créditos a empresas que se pidieron por Covid. Muchas no podrán pagar

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Llevamos meses anticipando una ola, la de la segunda crisis sanitaria. Ahora empezamos a atisbar la existencia de otra, esta vez sanitaria.

Los primeros vencimientos de los préstamos. A finales de marzo, con todo el país confinado y millones de trabajadores incapacitados para ir a sus puestos de trabajo, si es que seguían existiendo, el Ejecutivo y el sector financiero acordaron abrir a tope el grifo de la liquidez: moratorias en los pagos de hipotecas y líneas de avales con el sello ICO entre otros. De estos últimos los bancos llevan expedidos 800.000 créditos a empresas y autónomos con valor de más de 100.000 millones de euros (150.000 millones teniendo en cuenta las moratorias), muchos de ellos a sectores dependientes de la cercanía social, como son el turismo y los bares.

Seis meses después, y aunque la mayoría de períodos de carencia estaban firmados para vencer en la primavera de 2021, se tendrían que empezar a ejecutar algunos vencimientos acordados a seis meses. En un contexto en el que 85.000 empresas españolas llevan desde febrero colapsadas. Es decir, los empresarios, ahogados, aceptaron esos créditos esperando que la cosa remontase en estos meses. Al no haber sido así, ahora se encuentran sin un adecuado futuro escenario económico para prosperar y con más deuda de la que tenían al principio de todo esto. Hace una semana una de cada cuatro pymes entrevistada aseguraba que no podrá pagar los ICO a tiempo.

El temor de la banca es, lógicamente, el inicio de un derrumbamiento.

El problema del dinero a espuertas. La lección de Europa para esta crisis, a diferencia de lo ocurrido en la anterior, fue adoptar la postura del “lo que haga falta”. Una política monetaria expansionista que aprobaba el gasto de 500.000 millones de euros en créditos disponibles para los países que lo necesitasen. Como cuentan en Reuters, España ha cogido de ese fondo y hasta el momento 102.000 millones frente a los 70.000 solicitados por Alemania.

Por qué es algo que va a afectar sobremanera a España. Por seguir con la comparativa con Alemania, la configuración de los objetivos de rescate son además distintos: ellos, como todas las grandes potencias, han usado mucho más de ese dinero para rescatar a los grandes conglomerados mientras que nosotros lo hemos gastado en pymes, algo lógico teniendo en cuenta que el nuestro es un país en el que el 95% de su estructura empresarial está copada por pymes, lo cual nos hace más vulnerables a los envites económicos.

Lo que se analiza ahora desde la macroeconomía es la idoneidad de haber apostado por las inyecciones de liquidez indiscriminada, algo fácil de decir ahora que sabemos que sabemos más sobre cómo será la convivencia con el virus que en marzo. La liquidez salvó vidas y la ruina económica de miles, tal vez millones de personas en toda Europa. Pero lo que veremos es si los bancos supieron dar las ayudas justas a empresas que tenían papeletas de sobrevivir o si hemos ayudado a sectores zombies e irrecuperables (se cree que en torno a un 8% de las compañías españolas ya lo son).

El turismo volverá: esto no quiere decir que esos sectores que consideramos de baja productividad y escaso valor añadido no tengan aún un próspero futuro. Alicia Coronil Jonsson, economista jefe de Singular Bank, considera que el turismo en España no es un zombie, y que, tras la pandemia, el deseo por visitar nuestros destinos por parte de todo el mudo seguirá estando ahí.

Las negociaciones entre Estado y bancos. Bruselas dijo que los bancos tienen un total de cinco años (ampliados ahora a ocho) para cobrarse los préstamos de las líneas ICO acordadas con motivo de la pandemia. Lo que vemos que llegaría ahora son los vencimientos de los primeros pagos por el fin del período de carencia. El fin de este período es el inicio de la morosidad de las empresas, y el problema de los bancos es que esas moratorias entran en la morosidad de sus propias cuentas. Ante la petición por parte de los bancos de la extensión de los plazos de contabilización en sus balances de estas deudas ante las autoridades europeas, éstas han dicho que no, mientras que los Gobiernos y el BCE les están pidiendo que extiendan las moratorias al menos en el caso de los “clientes buenos”.

En cualquier caso, y como hemos visto por cómo se han configurado la mayoría de créditos ICO, el susto gordo llevará en abril.

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