Hace mucho tiempo que la frase “llevar una vida de perro” dejó de ser la más acertada al hablar de mantener un buen estatus. Aunque es innegable que nuestras mascotas caninas tienen una vida de comer y dormir envidiable, los gatos suman a todo eso no sólo una independencia propia de lo mucho que les resbala la jerarquía, también una historia de cargos oficiales del estado en la que el famoso gato Larry de Downing Street es su máximo exponente, pero no el único.
Larry, el gato de Downing Street
El simpático felino ha sido objeto de todas las miradas durante las últimas semanas al conocerse que David Cameron abandonaría el número 10 de Downing Street para dejar hueco a Theresa May, que desde hoy ocupará el cargo de Primer Ministro de Reino Unido.
Larry lleva en la casa desde 2011, cuando tras presenciarse en una grabación que las ratas campaban a sus anchas por la famosa calle londinense, se adoptó al gato para ofrecerle el cargo de “Cazador jefe de ratones”. Los instintos de depredador se los pasó por su forro gatuno cuando empezó a recibir chucherías y caricias de los visitantes, así que lo de no cobrar por sus escasos servicios no le duele a nadie.
Mantenido por los empleados de la casa del Primer Ministro, Larry permanecerá ahí hasta que sea reemplazado pese a la marcha de Cameron. Según un portavoz del gobierno “es el asistente de un funcionario y no pertenece a los Cameron, así que se queda”.
Toda esta historia nos dejaría de pasta de boniato de no ser porque Larry no es el primer gato en ocupar esa posición, y tampoco el único felino que ocupa un cargo público y mantener un sustento por parte de organismos públicos. Digamos que no sólo viven mejor que nosotros, también tienen mejores trabajos.
Los gatos con cargo público del Reino Unido
La tradición de ofrecer cargos públicos a gatos e incluso mantenerles una pensión anual (100 libras en época de Margaret Thatcher) se remonta a 1909, donde el gato Frilly se convirtió en cazador de ratones oficial de la Oficina Británica de Guerra siendo incluido en nómina.
Para encontrar el primer gato en ocupar un puesto en Downing Street debemos trasladarnos hasta 1924, cuando el Primer Ministro Ramsay Macdonald llevó consigo al conocido como Rufus de Inglaterra, que se catapultó a la fama al llevarse a votación del parlamento un incremento del 50% de su sueldo.
A él le siguieron Munich Mouser bajo los mandatos de Neville Chamberlain y Winston Churchill, y Nemo, el gato de la familia de Harold Wilson, pero fue con la llegada de Wilberforce bajo la tutela de Edward Heath y Margaret Thatcher cuando el tema de los gatos en Downing Street volvió a las portadas.
Al parecer la Primera Ministra mimaba a sus gatos hasta el punto de llevarles distintas delicatessen de sus viajes al extranjero, e incluso apareció con Wilberforce en algunas entrevistas televisadas. Los cuerpos de seguirdad que guardaban el número 10 de Downing Street tenían la orden de llamar al timbre siempre que el gato se acercase a la puerta para entrar.
Las mismas facilidades recibió el gato Humphrey, que se mantendría en el puesto durante varios mandatos hasta la llegada de Sybil en 2007 y la posterior adopción de Larry en 2011. Entre ellos hubo algunos períodos sin gatos, pero eso no ha evitado que la surrealista idea de tener a un gato entre las nóminas del estado se haya convertido en una tradición inglesa.
Otros gatos con puestos oficiales
Por increíble que parezca los felinos del Reino Unido no son los únicos con cargos similares, de hecho a día de hoy podemos encontrar gatos en multitud de cargos públicos, desde jefes de estación hasta alcaldes. Aquí tenéis algunos de los casos más sonados.
Stubbs - Alcalde
Encontrado en una caja llena de gatos en una tienda local, Stubbs pasó a convertirse en alcalde de Talkeetna, Alaska, en julio de 1997. Al parecer la población se trata de un distrito histórico con una alcaldía simbólica, así que cuando al realizarse elecciones no se encontró ningún candidato válido, decidieron darle ese puesto al minino sin cola que se había ganado el cariño del pueblo.
Imagen | Wikipedia
Tama - Jefe de estación
La anteriormente desierta estación de Kinokawa en Wakayama, Japón, es ahora una atracción turística desde que en 2007 se nombrase a una gata que deambulaba constantemente por allí Jefa de estación. La gata tenía dos ayudantes felinos a su cargo y se paseaba por la estación uniformada mientras se hacía fotos con los curiosos.
Imagen | Wikipedia
Fred - Agente encubierto
Tras ser adoptado por una diputada de Brooklyn en 2006, Fred recibió la medalla al honor de las fuerzas de seguridad tras participar en una operación contra veterinarios sin licencia, hecho que le catapultó a la fama apareciendo en televisión como reclamo político.
Morris - Aspirante a Alcalde
La locura por los gatos en puestos de renombre no se limita a zonas de habla inglesa. En 2013 el aspirante a la alcaldía de Xalapa, Morris, consiguió reunir 548 votos en las elecciones que no le sirvieron para nada pero le catapultaron a la fama. Al no estar permitido que un gato asumiese la alcaldía, todos los votos que recibió se contaron como nulos, lo que acabó aumentando el número de votos conseguidos al incluirse en su particular recuento cualquier papeleta no válida.
Lemon - Policía
Adoptado por los miembros de la comisaría de Yoro en Kyoto, al entrar en la oficina el gato no sólo se ganó un puesto y un uniforme, también el deber de acompañar en las patrullas a los miembros del cuerpo. Por surrealista que parezca la idea, la compañía del gato ha demostrado ser de gran ayuda para tranquilizar y apoyar a las víctimas cuando se produce un crimen.
PC Tizer - Cazador de la estación King Cross
Adoptado por la patrulla de seguridad de la estación King Cross para ayudarlos a mantener controlada la población de roedores, el gato dispone de su propio puesto en las oficinas del cuerpo y se pasea por todos los rincones de la estación sirviendo además de herramienta antiestrés para los miembros de seguridad.
Tuxedo Stan - Aspirante a Alcalde
Con la intención de denunciar la plaga de gatos que asolaba la ciudad de Halifax, Canadá, el partido Tuxedo decidió presentar a un gato a la alcaldía, consiguiendo así una repercusión a nivel internacional que le llevó a pasearse por platós de televisión como el de la archiconocida Ellen DeGeneres.