Establecer una empresa rentable hoy en día es toda una hazaña: se necesita un equipo talentoso, una idea disruptiva y que se den un cúmulo de casualidades inusuales para despegar, sobre todo ahora que la tasa de fracaso en las startups después de cinco años es superior al 50% y superior al 70% después de los diez años. Sin embargo, hay un grupo de élite que sí logra navegar con éxito sobre la ola que son los desafíos del mundo empresarial. Son los unicornios. Aquellas que alcanzan o sobrepasan el valor de los 1.000 millones de euros en su etapa inicial.
Estos animales fantásticos eran muy raros de ver en la mitología. Sin embargo, en nuestro mundo, en la realidad, esta manada mística sólo sigue creciendo año tras año. Aunque no siempre fue así, ya vivimos en la era de los unicornios.
Un año de unicornios. Un número sin precedentes de empresas se ha unido al club de los unicornios este año, según la lista de Crunchbase de 2021. En menos de la mitad de 2021 hay 166 nuevas empresas, en comparación con 163 que surgieron en todo 2020. En total, hay más de 800 startups en el mundo, valoradas colectivamente en 2.800 millones de euros que han recaudado un total de 560.000 millones a lo largo de la historia. Las empresas más rápidas en convertirse en unicornios en 2021 han sido la china de semiconductores Moore Threads; la empresa de entregas con sede en Alemania Gorillas; la aplicación de audio Clubhouse y la de tecnología Pacaso, ambas con sede en San Francisco; y la de ciberseguridad con sede en Israel Wiz.
Los tres sectores principales este año que más unicornios reunen no son una sorpresa: servicios financieros, atención médica, privacidad y seguridad.
No siempre fue así. Para entender esta tendencia hay que comprender el mismo significado de la definición y por qué nunca ha habido tantos unicornios como ahora. Acuñado en 2013 por la capitalista de riesgo Aileen Lee, el término "startup unicornio" se refiere a una empresa privada valorada en 1.000 millones de euros. Cuando Lee hizo su primer conteo en 2013, sólo había 30 unicornios. El porcentaje de las nuevas compañías que se han sumado a esta categoría ha subido en más de 3.000%. En aquel año era tan difícil, que la emprendedora lo definió como una posibilidad remota, tanto que era "más probable ser golpeado por un rayo".
A medida que el club se abrió a nivel mundial, ha habido una expansión sincrónica en la cantidad de empresas emergentes para lograr el estatus de unicornio. Hablamos de algunas como Xiaomi, Uber, Linkedin, Palantir, Airbnb, Workday, Flipkart, Dropbox, Snapchat o Twitter. Empresas que en su día no fueron ni por asomo lo que son ahora.
Mega rondas. En segundo lugar, está el fenómeno popularizado de las mega rondas o acuerdos de capital de riesgo de 100 millones de euros o más. En 2013, cuando el término se convirtió por primera vez en una palabra de moda, una ronda de riesgo de nueve cifras era algo prácticamente imposible de ver, pero a medida que cambian los tiempos, el capital de riesgo (VC) evolucionó. Y aunque ha disminuido con respecto a años anteriores debido a la crisis derivada de una pandemia mundial, aún alcanzó los 129 mil millones solo en la primera mitad de 2020.
El inversor más activo en general en lo que va de año ha sido Tiger Global Management, con capital en 45 de los 166 nuevos unicornios. El segundo más activo ha sido Insight Partners, otro inversor de capital de crecimiento, pero con solo la mitad del recuento en 22 nuevas empresas de cartera de unicornios.
Divergencia. Si bien los unicornios pueden nacer en cualquier lugar, en los últimos años surgen principalmente en EEUU y China, países ricos en financiamiento en etapa de crecimiento. Hemos contado en Magnet cómo cada vez el país asiático acumula más empresas millonarias. Estos países también albergan valores atípicos dentro del club unicornio: empresas que han tenido tanto éxito en sus primeros años que el término "unicornio" es simplemente insuficiente. Estas variantes incluyen el decacornio (empresas valoradas en más de 10.000 millones) y hectocornio (valoradas en más de 100.000 millones).
La mayoría de las startups de unicornios con sede en EEUU tienen su sede en el área de la bahía de San Francisco, la ciudad de Nueva York y centros tecnológicos similares, incluidos Boston, Seattle y el sur de California. Tiene sentido, ya que la mayoría se dedican a los sectores tecnológicos como fintech, biotecnología o software empresarial, además de moda, alimentos, salud o transporte.
Modernizar lo que ya había. Y claro está, la mayoría de los unicornios no cruzan el umbral de los 1.000 millones de la noche a la mañana, aunque algunos sí lo hacen muy rápidamente. Los empresarios se preguntan regularmente qué sectores pueden producir empresas unicornio. Es, al final, el gran secreto. Pero lo cierto es que si algo hemos aprendido de la evidencia es que la mayoría de empresas que triunfan no venden nada nuevo, sino que modernizan lo que ya había. Sus imperios globales se construyeron sobre servicios que ya existían: reparto de comida, taxis y hoteles. Lo que sea, hay una aplicación para eso.
Muchos de los unicornios emergentes identificados por Forbes se centran en industrias específicas de software para ciberseguridad, bancos y empresas de salud o biología. Puede que no sean tan majestuosos como los unicornios del pasado, pero como decía Kristen Green, una capitalista de riesgo de Forerunner Ventures, “muchas de esas industrias son grandes gigantes que necesitamos en nuestras vidas y en los negocios, y necesitan modernizarse".